Pasear en canoas es un mimo para el cuerpo y la mente. El movimiento, el entorno natural y la conexión con uno mismo hacen de esta actividad una oportunidad para divertirse, relajarse y aprender. El licenciado en Educación Física y técnico en Canotaje, Guillermo Giorgi, lo sabe de primera mano: “Empecé de adolescente, como algo recreativo, y después me apasioné. Y la pasión no se explica”.
Dirige la Escuela de Canotaje Santiago Vázquez y es cofundador de Caminos del Agua, un emprendimiento ecoturístico que ofrece paseos en canoas y travesías en los Humedales de Santa Lucía. Antes, participó en campeonatos y fue atleta juvenil; incluso obtuvo una medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Canotaje 2005 y llegó al sexto lugar en el Campeonato Mundial de Canotaje 2006.
Si bien ya no se dedica al deporte de alto rendimiento, este año compitió en el Campeonato de Canotaje Sprint Masters de la Federación Internacional de Canotaje —carreras de canoa y kayak en aguas tranquilas para mayores de 35 años— y obtuvo la medalla de bronce.
Pasear y aprender en el agua
En Caminos del Agua, Giorgi brinda visitas guiadas —las salidas estándar duran entre una hora y media y dos horas— a través de los arroyos que componen el Área Protegida Humedales de Santa Lucía. La actividad permite que uno pueda remar y, al mismo tiempo, apreciar la naturaleza circundante: “La diversidad de fauna y flora es enorme porque hay bañado, pradera, monte nativo, monte exótico”.
Las protagonistas del paseo son, en parte, las aves. Las hay de monte, de pradera, exóticas y nativas; incluso, llegan a la actividad ornitólogos y aficionados al avistamiento de aves. También aparecen reptiles, como las tortugas, y pueden verse otros animales como carpinchos, nutrias, zorros, hurones y manos peladas (aunque lo más común es encontrar solamente sus huellas).
Otros que no faltan son los peces. A veces, se ven ejemplares muertos, y otras veces aparecen saltando, como es el caso de la lisa, que ha llegado a caer en los botes. Y por supuesto que están las plantas: cola de zorro, paja brava, caraguatá y juncales, entre otras. El paseo permite observar, conversar y aprender sobre todo lo que la naturaleza tiene para mostrar.
La actividad es apta para cualquier edad; de hecho, Giorgi contó que han ido desde bebés en la falda de sus padres hasta una mujer japonesa de 94 años “con una salud impecable” que “subió, bajó, remó”.
Las salidas son los sábados y domingos de tarde, aunque también hay salidas especiales en días feriados. El costo va desde los $ 400 y los menores de diez años no pagan.
Además del emprendimiento ecoturístico, Giorgi da clases en la Escuela de Canotaje Santiago Vázquez —que abre todos los días con agenda previa— y ofrece actividades para grupos de escuelas, colegios, liceos y centros juveniles. Su propuesta educativa —contó— incluye prevención de ahogamiento y cuidado del cuerpo en el agua.
A su vez, Caminos del Agua financia proyectos sociales y comunitarios para instituciones de educación pública, INAU y hogares Mides; por ejemplo, clases de canotaje, actividades de recreación y visitas guiadas.