Es un lunes cualquiera y solo queda un lugar en la barra: el local está lleno, el movimiento en cocina y salón se ve desde la puerta y las comandas no paran de sumarse.
Es un lunes cualquiera en la ciudad, pero el primero para esta cafetería que abrió sus puertas apenas hace dos días y ya está así, repleta.
Tal vez las redes sociales ayudaron a viralizar, en pocas horas, imágenes de postres totalmente distintos a lo que estamos acostumbrados en Montevideo, o quizá el boca a boca fue el fuerte. No se sabe qué aceleró el éxito al que apostaron sus creadores, pero a pocos días de abrir sus puertas todos quieren conocer Tsubo.
Es la primera cafetería de estilo asiático en Uruguay. Para desayunos o meriendas hay shio pan, dorayaki, mochi, cream buns, para almuerzos salen okonomiyaki, omurice y para beber hay café de especialidad, variedad de tés, jugos. Nombres complicados, pero los anfitriones se encargan de explicar y describir cada una de sus preparaciones. Luego queda disfrutar.
“Tsubo”, que en japonés significa “vasija”, refleja la esencia del lugar: un rincón que atesora y comparte lo mejor de la tradición y la modernidad de Asia —dicen sus creadores— que es el mismo equipo detrás del ya conocido restaurante de sushi Pez Globo.
Enzo Salvetto, quien dirige la cocina de esta cafetería que vino a sacudir Montevideo, integra el equipo junto a Daniela Lizarazu, Matías Musetti y Alejandro Nuñez, y contó que el grupo tenía ganas de hacer algo distinto a lo que había en la ciudad.
Así comenzó a gestarse la idea y luego de varios meses de investigar, estudiar y visitar propuestas de este tipo en Buenos Aires, comenzaron a probar. Fue ensayo y error, pues la pastelería de estilo japonesa además de cuidar los ingredientes, también pone mucho foco en la estética.
Pensaron una carta, que inicialmente era mucho más larga que la actual, pero decidieron acortarla para poder cambiar las opciones con el tiempo y lograr que la gente vuelva a probar cosas nuevas.
Matías detalló que también pensaron en preparaciones para todos los gustos, es así que el matcha, por ejemplo, además de su presentación en matcha latte que es caliente, también se ofrece en bebidas combinadas con frutas, una opción colorida y que llama la atención, sobre todo a los más jóvenes.
En pastelería japonesa trae propuestas que salen de lo común. Las preguntas surgen en decenas por minutos: los comensales quieren saber más sobre la carta. Se puede googlear, o preguntar a quienes atienden, que explican desde que un dorayaki es una especie de alfajor hecho con dos pequeños panqueques y relleno de pasta de porotos, o cuentan hasta que un matcha latte está hecho con todo el procedimiento que implica tradicionalmente.
Tsubo promete, a través de sus platos y el servicio, un viaje sensorial y la vista desde la barra es recomendable: las manos de los cocineros no paran y se coordinan para sacar todo con precisión.
Trabajan con café de forajida y tés de Sinfonía. Están en Juan Benito Blanco 708, esquina Solano Antuña. Abren de miércoles a lunes de 12:30 a 20.00 horas.
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