Estos son los siete tipos de descanso que el cuerpo necesita para recuperarse más allá de dormir

La ansiedad y la falta de motivación son algunos de los síntomas de agotamiento; reconocerlos es clave para identificar qué tipo de descanso falta y así recuperar el equilibrio.

Respiración, meditación
Mujer respirando en calma.
Foto: Freepik.

Dormir bien no siempre equivale a descansar. Aunque muchas personas creen que dormir ocho horas es suficiente para recuperar la energía, la médica estadounidense Saundra Dalton-Smith, especialista en medicina interna y autora del concepto de los “siete tipos de descanso”, advierte que el cuerpo y la mente pueden seguir agotados incluso después de un largo sueño.

El verdadero descanso, señala, es mucho más amplio y abarca diferentes dimensiones del bienestar físico, mental y emocional.

Señales de que el cuerpo necesita descansar

Cuando el estrés se acumula y el cuerpo alcanza su límite, comienzan a aparecer señales claras de agotamiento. Algunos de los síntomas más frecuentes son enfermarse con frecuencia, sentirse ansioso o frustrado, tener dificultades para dormir, perder la concentración o la motivación e incluso notar cambios en el apetito o el rendimiento laboral.

Reconocer estos signos es clave para identificar qué tipo de descanso falta y así recuperar el equilibrio.

Hombre meditando
Hombre meditando en la playa.
Foto: Freepik.

  1. Descanso mental. Es el que más se pasa por alto. Implica desconectarse de los pensamientos laborales o académicos que mantienen la mente en tensión constante. Dalton-Smith recomienda hacer pausas breves cada dos horas, para liberar la mente y mejorar la concentración.
  2. Descanso físico. Abarca tanto el descanso pasivo —dormir o simplemente recostarse— como el descanso activo, que incluye actividades restauradoras como yoga, estiramientos o masajes.
  3. Descanso sensorial. En un mundo dominado por pantallas y notificaciones, este tipo de descanso se vuelve esencial. Reducir la exposición a la luz azul, limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir y establecer momentos sin conexión digital ayuda a calmar el sistema nervioso y mejorar la calidad del sueño.
  4. Descanso creativo. Fundamental para quienes trabajan en entornos que exigen innovación o resolución constante de problemas. Dalton-Smith sugiere reconectarse con la inspiración a través del arte, la naturaleza o actividades que estimulen la imaginación, permitiendo que la mente recupere su capacidad de asombro.
  5. Descanso emocional. Consiste en reconocer las propias emociones y dejar de priorizar siempre las necesidades ajenas. Darse permiso para sentirse vulnerable o pedir ayuda forma parte de un descanso emocional saludable, que alivia la carga interna y previene el agotamiento afectivo.
  6. Descanso social. No todas las relaciones nutren. Este tipo de descanso implica rodearse de personas que aporten energía positiva y establecer límites con quienes la drenan. Aprender a decir “no” —sin culpa— es un acto de autocuidado que preserva la salud mental.
  7. Descanso espiritual. Está vinculado con la búsqueda de propósito y conexión con algo más grande que uno mismo. Puede encontrarse a través de la meditación, la gratitud, el voluntariado o la participación en comunidades con valores compartidos.

Según Dalton-Smith, descansar de verdad significa atender todas estas dimensiones. Dormir es solo una pieza del rompecabezas: el bienestar duradero se alcanza cuando el cuerpo, la mente y las emociones encuentran un ritmo que les permita detenerse, renovarse y volver a empezar.

Dormir.jpg
Mujer durmiendo.
Foto: Freepik.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar