La Nación/GDA
Un propietario descuidado de un Lamborghini Huracán a la venta debió lamentar el destrozo del vehículo tras haber permitido que un niño de 13 años lo manejara.

El hecho ocurrió en la ciudad de Vancouver, en la costa oeste de Canadá. El sol se ocultaba detrás de nubes negras y la lluvia, que había comenzado con cautela, mostraba signos de intensificarse de manera inminente. Un hombre, cuya identidad no fue revelada por la policía local, había puesto en venta un Lamborghini Huracan y ofrecía a sus potenciales compradores hacer un test drive.

En paralelo, dos niños de 13 años fantaseaban con subirse al auto deportivo italiano y manejarlo. Lluvia mediante, se acercaron al propietario del vehículo y aseguraron tener la edad suficiente para probarlo. El vendedor no se percató de la apariencia del pequeño y le entregó las llaves para que pudiera manejar el auto.

Foto: Policía de West Vancouver

Con un clima altamente hostil, lluvias ya más intensas y visibilidad reducida, el pequeño se puso detrás del volante y sentó a su amigo y cómplice en el asiento del acompañante. Recorrieron un poco las calles hasta llegar a la autopista de West Vancouver, donde vieron vía libre para pisar el acelerador a fondo.

Cuando llegaron a los 100km/h, velocidad que en este vehículo se alcanza en solo 2,9 segundos, perdieron el control y se estrellaron violentamente contra un costado del camino. El auto quedó destruido por completo y los dos niños se dieron a la fuga.

La policía respondió al llamado de emergencias y se encontraron con el auto destrozado, pero sin rastro de los dos pequeños. “No creemos que el propietario registrado conociera la verdadera edad de este joven o que no tuviera la licencia para conducir”, declaró el oficial de policía Chris Bigland en diálogo con el medio North Shore News.

“La incapacidad del conductor para manejar este vehículo a esa velocidad y en estas condiciones climáticas fue un factor importante que contribuyó (al siniestro)”, completó.

Foto: Policía de West Vancouver

Afortunadamente, ninguno de los dos menores sufrieron lesiones leves ni graves. Sin embargo, dado que la legislación canadiense establece la edad mínima de imputabilidad penal en 12 años, los niños se enfrentarán a cargos judiciales. Según consta en medios locales, son acusados de conducir en exceso de velocidad, manejar sin licencia, conducción peligrosa y abandonar la escena del accidente.

En cuanto al propietario, no solo no enfrenta ningún tipo de cargo penal sino que se estaría evaluando la posibilidad de reclamar un resarcimiento económico por los daños causados. Un Lamborghini Huracán usado, en Canadá, se vende en torno a los US$ 500.000.