Redacción El País
Con su elección durante este pasado jueves 8 de mayo de 2025, el papa León XIV, Robert Prevost de nacimiento, pasó a ser el pontífice número 267 y continuó la histórica tradición que tienen los papas de cambiar su nombre de nacimiento por uno que los identifique específicamente con la Iglesia católica, tal y como lo había hecho Jorge Bergoglio con el nombre papa Francisco, y así sucesivamente con todos sus predecesores por cientos de años.

Es una de las primeras acciones que toma un cardenal cuando es elegido papa. Pero, ¿de dónde viene la tradición de los papas de elegir un nombre? Para encontrar una respuesta, hay que retroceder varios siglos en el tiempo.

Según relata el medio Vatican News, la sustitución del nombre bautismal por el pontifical tiene varios siglos de tradición. Este medio narra que la costumbre inició con Pedro, el primer pontífice, cuyo nombre era Simón pero fue el propio Jesucristo quien le cambió el nombre a este apóstol, por lo que se puede concluir que la tradición tiene un arraigo con la Iglesia que data desde los orígenes del cristianismo.

Foto: Basílica de San Pedro.

Sin embargo, CNN detalla que, después de Pedro, tuvieron que pasar cinco siglos para que un nuevo papa cambiara de nombre. El primero en hacerlo fue Mercurius, quien tuvo un breve papado: lideró la iglesia entre 533 y 535, y utilizó el nombre de Juan II.

Esta decisión se debió a que Mercurius consideraba que su nombre era demasiado parecido al del dios pagano Mercurio, informa el mismo medio.

Después de Juan II, el próximo papa en cambiar su nombre vino en el siglo X, cuando Pedro Canepanova se cambió a Juan XIV, dice CNN, citando al profesor asistente de historia del catolicismo en la Universidad de Durham, Liam Temple.

Esto luego pasó a ser una práctica común entre los papas, aunque algunos pocos papas eligieron mantener sus nombres de nacimiento como excepción. Algunos ejemplos que cita CNN son los de Marcelo II y Adriano VI, quienes fungieron como jefes de la Iglesia en el siglo XVI.

Foto: AFP

Según Vatican News, entre los nombres más utilizados por los pontífices después de su elección están los de Pío, Gregorio, Juan, Benedicto, Inocencio, León y Clemente. Esta lista además incluye los de José, Santiago, Andrés y Lucas.

El mismo medio agrega que ningún papa, hasta ahora, ha elegido llamarse Pedro como el primer pontífice.