Pisar uvas, probar vinos, conocer historias: una nueva vendimia en Uruguay

BODEGAS Y VIÑEDOS

En Uruguay, la vendimia comienza a mediados o fines de enero y se extiende hasta mediados o finales de marzo, por lo que a pesar de que las bodegas y viñedos son un buen paseo para cualquier época, por estos días se encuentran más pintorescas que nunca.

Además, al estar en plena zafra es posible que los visitantes realicen algunas actividades como la de viajar en el tiempo, a aquellos años en que el vino se hacía pisando las uvas, porque hay varios establecimientos que invitan a hacerlo, no para obtener vino, pero sí para vivir toda una experiencia.

En la vendimia, que es el momento del año en que se cortan las uvas, los trabajadores de los viñedos y bodegas cierran de alguna manera un ciclo por el que trabajaron día a día durante todo el año. Pero por más atareados que estén siempre abrirán sus puertas para recibir a amantes del vino y curiosos que quieren conocer más sobre el proceso y sobre lo que hay detrás de esta bebida, ya que dentro de casa botella hay mucho trabajo. En Uruguay hay más de 50 bodegas y viñedos turísticos.

Por estos días, antes de que finalice la vendimia, El País recorrió tres bodegas del departamento de Canelones y en esta nota compartimos algunas curiosidades relacionadas al vino o a la zafra, así como historias de quienes están detrás de esta bebida.

Visitar viñedos en cualquier época del año regala a la vista un paisaje verde que no se olvida jamás. Pero en vendimia algunas de estas plantaciones, a pesar de estar en verano, nos transportan a lugares nevados.

Es que mirando de lejos parece nieve: muchos cubren con un nylon blanco y grueso el suelo y, por supuesto, tienen sus razones.

En algunos de los viñedos de Establecimiento Juanicó (en Instagram @establecimiento_juanico) se utiliza esta técnica y Gustavo, uno de los enólogos, contó que es para “evitar el ingreso de agua de lluvia al suelo durante el período de maduración de la uva. No es una práctica muy usual, pero nosotros lo hacemos desde hace muchísimos años en algunos de nuestros viñedos que van dirigidos a vinos de muy alta gama”.

Gustavo explicó que esta técnica permite aislar al suelo de las condiciones climáticas y que “es una forma de homogeneizar la concentración de las uvas, porque necesitamos mucha madurez tánica, mucha concentración de antocianos, el desarrollo del aroma”.

El periodo de cobertura, detalló a El País, se realiza “durante la maduración, es decir, desde mitad de enero que es cuando la uva empieza a cambiar de color, hasta la cosecha”.

Tradicionalmente el vino se hacía pisando las uvas, algo que hoy en día solamente ha quedado como una tradición, pero que es una experiencia que se puede vivir en varias bodegas uruguayas durante la vendimia.

Una de ellas es la bodega Colorado Chico (en Instagram @ccwineryuy), en la que el enólogo Nicolás Monforte y su equipo, además de recorrer con los visitantes el lugar y explicar los detalles de la elaboración del vino, con degustaciones mediante, en un momento llega con cajones llenos de uvas para ofrecer eso que tantos quieren hacer por primera vez o que desean repetir por lo divertido y tradicional en esta época: descalzarse y pisar esas uvas.

Un dato curioso: de un kilo de uvas se pueden lograr unos 750 mililitros de jugo.

Detrás de cada vino hay una historia y detrás de Artesana (en Instagram @artesanawinery) hay una que se compone de vinos finos y mujeres. Las tierras en las que actualmente trabajan fueron compradas en 2007 por Analía y Valentina, dos amigas.

“Armamos este proyecto y gracias a la inversión de un extranjero pudimos formar lo que es hoy Artesana. La idea era elaborar vinos finos, por eso se planificó qué variedades plantar y en qué cantidades”, dijo.

Comenzaron con Tannat y Merlot, pero se arriesgaron por una variedad diferente: “En 2008 plantamos Zinfandel. No sabíamos cómo se iba a comportar esta planta, que es de origen croata y muy conocida en Italia, pero es la uva principal en California, Estados Unidos”, sostuvo Analía. Con el tiempo dieron con el manejo puntual que les permitía elaborar vinos de calidad y así lo hacen hasta el día de hoy.

Analía, de las dos socias fundadoras es quien hoy sigue al frente de la bodega, contó que el haber comenzado siendo mujeres, teniendo ambas menos de 30 años y sin venir de familia que fueran reconocidas en el rubro, no fue fácil: “La gente constantemente nos ponía a prueba, teníamos que estar todo el tiempo demostrando que sabíamos de lo que hablábamos y eran cosas que seguramente si hubiéramos sido hombres no pasaban”. La esencia de Artesana se mantiene y hoy su equipo está compuesto en un 70% por mujeres.

En Instituto Nacional de Vitivinicultura (INAVI) realizó un mapa que comparte en su web (inavi.com.uy) en el que se distinguen las seis regiones diferentes y definidas por sus características.

La región del Litoral Norte, por ejemplo, por sus particularidades da paso a vinos con características particulares, con más sabor y aroma. En la región Norte, los suelos favorecen a la concentración de azúcar, polifenoles totales y antocianos totales de las uvas.

En el Litoral Sur, sobre todo en Colonia, los suelos son excelentes para la producción de vinos y en algunas partes las condiciones son ideales para variedades tardías como Cabernet Sauvignon. En el Centro los vinos están marcados por un clima más cálido y más horas de sol y están allí Durazno, Florida y Lavalleja.

La región Oceánica, de influencia atlántica, se caracteriza por tener temperaturas menores a las continentales y las amplitudes térmicas de la región enlentecen la maduración de la uva.

En cuanto a la zona Metropolitana, esta es la región que comprende la mayor cantidad de viñedos y producción vitivinícola del país, concentrando más del 70% de las bodegas nacionales.