Los gatos son los animales domésticos que más alergias provocan, pero no los únicos

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Los gatos son más sutiles en sus cambios de humor, pero hay que aprender a conocerlos.

MASCOTAS

Las reacciones alérgicas a los animales son frecuentes, pero muchas veces la causa puede estar en elementos del ambiente y no en las mascotas. De todas formas hay maneras de atenuar los efectos.

Ser alérgico puede ser un obstáculo a la hora de tener mascotas, pero tampoco es un impedimento si se toman algunos recaudos y uno se informa bien del tema. El gato es el animal que genera más reacciones alérgicas, pero no el único.

Para empezar habría que saber si realmente la persona es alérgica. “Para esto hay test que dicen específicamente a qué es alérgica la persona: a los ácaros, a cuál; a los hongos, a cuál; a los pólenes, a cuál; a los animales, a cuál”, explicó al diario el País, Selva Ale, presidenta de la Sociedad Uruguaya de Alergia e Inmunología.

Los alergenos son las sustancias que producen las reacciones alérgicas. “Los alergenos de mascotas son la tercera causa de alergias a inhalantes a nivel global, después de los ácaros del polvo y de los polénes”, señaló Ale.

Dentro de los animales hay que distinguir los animales que se utilizan para la producción, como vacas o caballos; los animales de laboratorio, como ratas o ratones, y los animales que sirven como mascotas. Dentro de estos últimos los que causan mayores alergias son los gatos y los perros, pero también las provocan –aunque mucho menos– los conejos o los cobayos.

“En el caso de los gatos los alergenos se encuentran presentes en el pelo, la saliva y en algunas glándulas perianales. Entonces pasa que el animal al lamerse, al limpiarse, traslada los alergenos”, detalló la especialista.

Es importante tener presente que puede suceder que la persona crea que es alérgica al gato y en realidad lo que el animal hace es transportar alergenos del ambiente como, por ejemplo, ácaros del polvo doméstico u hongos ambientales.

En cuanto a los gatos, Ale aclaró que no se puede decir que haya especies hipoalergénicas, si bien se habla de que hay gatos que dan más alergia que otros. “Es posible que algunos tengan menos pelo o que un gato macho al castrarlo disminuya la producción de alergenos. Las hembras en general tienen menos alergenos que los machos”, indicó Ale.

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Reacciones.

La persona entra en contacto con los alergenos al tocar o acariciar a su mascota. Eso le puede provocar alergias fundamentalmente respiratorias.

“Puede producir síntomas respiratorios superiores, como el famoso resfrío alérgico que en realidad se llama rinitis alérgica y se caracteriza por estornudos, una secreción nasal muchas veces acuosa, a veces mucosa; la persona está siempre resfriada. A veces hay manifestaciones en la garganta, como carraspera o picazón. Hay picazón nasal, estornudos generalmente en salva (uno atrás del otro) y a veces hay sensación de congestión, de obstrucción nasal, de pesadez. La persona tiene que respirar por la boca porque no respira bien por la nariz, a veces ronca mucho. Puede acompañarse de picazón en los ojos, conjuntivitis alérgicas, entonces los ojos lloran, molestan. Hay sensaciones como de arenilla”, describió Ale. Otro tipo de manifestación son las alergias respiratorias inferiores, fundamentalmente el asma alérgico.

“Todo esto es más molesto que grave”, destacó la especialista. Las rinitis no son graves, en el caso del asma puede tener un poco de más gravedad.

Hay que destacar que son síntomas que persisten porque “la alergia es una enfermedad crónica, o sea, una vez que la persona se hizo alérgica eso no va para atrás. El sistema inmune es un sistema de memoria, recuerda las respuestas”, indicó Ale.

Lo recomendable entonces sería que la persona no tuviera por mascota un animal que le produce alergia, pero si se insiste con la idea existen formas de disminuir la sensibilidad, como hacer inmunoterapia.

“La inmunoterapia alergeno específica genera un cierto grado de tolerancia, es decir que el individuo sigue siendo alérgico pero los síntomas disminuyen en intensidad hasta que llega el momento que no tiene síntomas clínicos. La gente le llama de sensibilización, no es lo más correcto pero se entiende. El individuo dice ‘ya no soy alérgico’; no es que ya no lo sea, pero no tiene manifestaciones clínicas, que es lo que importa”, explicó Ale.

Otra medida importante a tomar para disminuir la reacción es mantener limpio el ambiente, libre de pelo. Hay que ventilar, aspirar y tratar de que el gato no esté en la cama del alérgico. “Lo ideal es que esté fuera de su dormitorio”, apuntó la especialsta.

Por último existen ciertos alimentos que se le dan a las mascotas que contienen sustancias que lo que hacen es secuestrar los alergenos, inactivarlos. “Disminuyen la expresión del alergeno en la piel de la mascota, entonces es como si tuviera menos. Es imposible sacarlos del todo, pero las sustancias que están en el alimento los contrarrestan, los bloquean”, señaló Ale.

El gato se "adueña" de sus territorios en la casa donde vive.

Frecuencia en los gatos ha variado de 9% a 14%

Dentro de los animales que causan el mayor número de reacciones alérgicas, el gato es el que las genera con más frecuencia.

“La alergia a los gatos es un problema global. La prevalencia de sensibilización varía en los distintos estudios, pero oscila entre 5% y 20%. En pacientes con alergia respiratoria, la sensibilidad a los gatos está presente con una frecuencia de 10% a 27%.

En nuestro país no existen cifras publicadas pero, a modo de ejemplo, en mi consulta la frecuencia aproximada de sensibilización a los gatos ha variado entre 9% y 14% en distintos períodos”, informó Selva Ale, presidenta de la Sociedad Uruguaya de Alergia e Inmunología.

Apuntó que de todas maneras la alergia al gato no es tan diferente en su frecuencia que la alergia al perro.

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