Las infinitas vidas de los envases de vidrio: avanzan alternativas de reciclaje

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Arenas de Vidrio

RECICLAJE

El año pasado cerró con éxito un plan piloto de recuperación y reciclaje de recipientes

¿A qué usted piensa que el vidrio es reciclable? Si su respuesta es sí, bueno, sepa que está equivocado. La realidad es que es una equivocación a medias. El vidrio sí es reciclable –“infinitamente reciclable” para Ana Paula Demaría, directora de Arenas de Vidrio– pero no tanto en la realidad uruguaya. El cierre de la industria que absorbía parcialmente este residuo ha hecho que la inmensa mayoría del volumen de envases posconsumo no tenga otro destino que la disposición final. Se estima que cada uruguayo descarta, al menos, siete kilos de vidrio de envases por año.

Pero hay alternativas. Demaría las ha estado buscando desde 2019. Ha salido a buscar botellas, las ha triturado, ha hecho ensayos y, luego de dos años, ha conseguido resultados que, a su juicio, son “muy alentadores”.
“Los resultados de laboratorio confirmaron que es posible. En 2022 me propongo hacerlo posible”, dijo con confianza.

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Alternativas.

Demaría, en algunos casos con el apoyo de otros emprendedores y de la ANII, Latitud Fundación LATU, y la Cámara de Industrias del Uruguay, demostró que la arena de vidrio reciclado puede ser una solución viable para, al menos, tres grandes áreas: el filtrado de agua, la infraestructura vial y la construcción. Pero, al mismo tiempo, es una gran solución para todos los uruguayos por partida doble.

Primero porque “es un volumen gigantesco de un material inerte, no contaminante, que descartamos a diario”. En promedio más de 20 mil toneladas de vidrio son tratadas como residuos cada año. Esto equivale a unos 40 millones de botellas medianas.

En el caso de Montevideo, la usina de disposición final tiene una vida útil estimada entre 5 a 10 años. “Si logramos retirar parte de los residuos, se extenderá ese periodo”, apuntó. Segundo porque es un sustituto de la arena natural (el recurso natural más usado después del agua y del aire) y que, como tal, es finito.

En nueve meses, Arenas de Vidrio logró recuperar 15,5 toneladas de vidrio durante un plan piloto tras obtener el primer premio en el concurso Desafío Impactá Montevideo 2020 y con el apoyo de empresas productoras o importadoras de envases como Carrau y Cía, Cepas Uruguay, Diageo Uruguay, Fernando García, FNC y Pernod Ricard. Ese peso representa a “45.000 envases menos que logramos desviar de nuestro relleno sanitario”, apuntó la emprendedora.

Solo un local gastronómico descarta, al menos, dos toneladas de envases al año. Para Demaría esa cifra es mayor puesto el movimiento comercial es menor por la pandemia por coronavirus.

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Parte del material recolectado fue transformado en muestras de arena de vidrio filtrante. Se probó la eficacia como insumo para la filtración de distintos tipos de agua (efluentes industriales, piscinas, potabilización, recuperación y recirculación) en comparación con la misma arena que utiliza OSE. “En algunos casos obtuvimos valores de hasta 40% más de remoción de partículas respecto a la arena natural”, señaló Demaría.

Y añadió: “Es un ganar-ganar por todos lados porque estás desviando un residuo y generando un valor a partir de la transformación de ese residuo para mejorar la eficiencia del proceso de filtrado”.

Además, Arenas de Vidrio y el Grupo Bitafal desarrollaron un producto de mantenimiento de pavimentos que incorporó polvo de vidrio de descartes industriales cedidos por FNC. El material fue utilizado en 100 metros de pavimento en Trinidad en una proporción del 50% de sustitución del árido natural. Esos 100 metros necesitaron 2,5 toneladas de botellas y recipientes triturados, es decir, unos 7.500 envases. “Por un metro cuadrado de asfalto tenemos la posibilidad de incorporar de forma segura entre tres y cinco kilos de envases. El impacto es muy grande y el resultado no difiere del uso de la arena natural”, enseñó la emprendedora.

Demaría agregó: “También existe la potencialidad de usar vidrio plano (por ejemplo, de ventanas) que es otro subproducto o residuo de la construcción que al día de hoy no tiene salida y termina en el relleno sanitario”.

Otra prueba exitosa fue la fabricación de baldosas y bloques en conjunto con RCD y Tramon. Se logró prototipar 250 metros cuadrados de baldosas de nueve panes con 50% de material reciclado (una parte de arena de vidrio y una parte de arena de escombros reciclados).“Utilizamos casi dos toneladas de vidrio recuperado”, contó a El País.

De baldosas a ladrillos: nuevos usos.

A fines de 2021, la Intendencia de Montevideo incorporó el criterio diferencial de puntuación para áridos reciclados en los pliegos de compras de baldosas de nueve panes (aun no adjudicada).

Para Ana Paula Demaría, directora de Arenas de Vidrio, esto “podría ser el puntapié para un cambio de paradigma en los pliegos de Compras Públicas y en la consideración de criterios de sostenibilidad que permitan cerrar el círculo de los materiales recuperados, ‘empezando por casa’, fomentando el uso de residuos de diversas industrias en las propias obras de infraestructura, impactando directamente en la resiliencia urbana”.

El pliego indica que el producto debe tener un mínimo del 40% de material reciclado “para considerarlo diferencialmente respecto al que tiene material virgen, lo que favorece a los emprendimientos que vienen trabajando en alternativas sostenibles de recirculación de los materiales”.

Durante el año pasado, Arenas de Vidrio realizó pruebas exitosas para la fabricación de baldosas con 100% de áridos reciclados en conjunto con RCD; de bloques con 25% de arena de vidrio con Barraca Santino (cada pieza de estas consume cuatro kilos de vidrio recuperado); de ladrillos con polvo de vidrio con Cooperativa de Producción de Ladrillos Ecológicos (cada ladrillo consume casi 1,5 kilos de arena de vidrio de botellas recuperadas); entre otras alternativas.

Respecto a los ladrillos, se calcula que en la construcción de una vivienda pequeña se utilizan unos 5.000 ladrillos que consumirían unas siete toneladas de vidrio de descarte en su fabricación. Una mesada, por ejemplo, para la cocina, puede absorber 40 kilos de vidrio triturado por metro cuadrado si se lo utiliza en toda la mezcla.

La elección por el sector de la construcción no es casual. Se estima que esta industria consume cerca de 2 millones de toneladas de arena al año y eso garantiza que podría absorber 20.000 toneladas de residuos de envases de vidrio “y abrir oportunidades de gestión circular para el descarte de vidrio plano y de automotores”.

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