Huertas comunitarias: construir redes desde la tierra

Plantar es Cultura

HUERTAS EN LA CIUDAD

Plantar es Cultura promueve el desarrollo de huertas sobre todo en sectores vulnerables.

Este sábado 14 de mayo tendrá lugar el encuentro Plantá Ciudad, donde se podrán intercambiar semillas y participar en talleres sobre huerta y compostaje. El evento, que se realizará en el Pabellón de la Música del Parque Rodó de 14 a 17 horas, cuenta con el apoyo del programa Plantar es Cultura.

“El objetivo del programa es atender a la demanda de fortalecimiento para el desarrollo de huertas en espacios urbanos o periurbanos”, dijo el coordinador y tallerista de Plantar es Cultura, Carlos Brasesco. El mismo funciona desde 2014 dentro de la Dirección de Educación del Ministerio de Educación y Cultura, en el área de Educación Ambiental, y se trabaja a nivel familiar, educativo y comunitario.

Hasta ahora han colaborado con alrededor de 100 proyectos, “en diferentes estadíos y con diferentes grados de intensidad”, mencionó Brasesco. Las huertas comunitarias no solo son espacios de encuentro entre vecinos y vecinas, sino que también actúan como ejemplos para que las familias puedan “aprender, acceder a insumos y luego construir una huerta en su hogar”. Según el tallerista, “hubo un crecimiento de gente que cultiva en su casa, sobre todo a partir de la pandemia. Muchas más personas han solicitado apoyo para cultivar y producir alimentos”.

Plantar es Cultura
Plantar es Cultura, experiencia en Solymar.

El trabajo.

Plantar es Cultura prioriza los casos de acuerdo “al grado de necesidad y al nivel de involucramiento de quienes solicitan el apoyo”, explicó el coordinador del programa.

Se considera la vulnerabilidad de la zona en general, porque una huerta puede ser “una posibilidad de reducir el costo de acceso a los alimentos y de generar ingresos con actividades económicas vinculadas a la producción o al establecimiento de espacios verdes, como la jardinería”.

A nivel educativo, el programa se encarga de fortalecer y dar seguimiento a las huertas escolares. “Se concibe a la huerta como un aula al aire libre”, es decir, un espacio donde se articulan conceptos que después se trabajan puertas adentro. Lo mismo se hace a nivel de secundaria y educación no formal, “sobre todo en clubes juveniles de sectores vulnerables”.

También se desarrollan proyectos vinculados a la formación de “multiplicadores”, como los llama Brasesco. “Se están realizando cursos tanto en la capital como en el interior del país para capacitar referentes comunitarios y educadores que después son multiplicadores de esos conocimientos”.

A su vez, el programa promueve la formación de redes de huertas a lo largo de todo el país. “Hoy hay una Red de Huertas Comunitarias del Uruguay que tiene unas 30 o 40 huertas”, indicó el tallerista.

Si bien la mayoría de los proyectos de huertas urbanas se concentran en Montevideo y el área metropolitana, el programa también ha brindado asistencia en departamentos del interior como Río Negro, Salto, Rivera y Maldonado. “Muchas veces trabajamos en coordinación con los gobiernos departamentales o municipales, apoyando con materiales o programas de capacitación”, explicó Brasesco. También han funcionado de forma combinada con la Administración Nacional de Educación Pública y la Universidad de la República.

Todos los cursos organizados por Plantar es Cultura son gratuitos y a veces se combina la modalidad presencial y virtual para que puedan acceder aquellas personas que por distancia o costos de traslado no podrían participar. Para contactarse con el programa se puede enviar un mail a plantarescultura@mec.gub.uy.

Plantar es Cultura
Plantar es Cultura ofrece talleres a nivel escolar, liceal y en la educación no formal.

El papel de las huertas en la educación.

Uno de los casos más significativos para Carlos Brasesco se ubica en Villa García, Montevideo, donde se desarrolló una huerta comunitaria que funciona de forma integrada con una huerta escolar. Según el coordinador del programa, “eso es lo que se busca: un ida y vuelta, una relación virtuosa entre el lado educativo y el lado vecinal”. Los niños y niñas de la escuela participan de la huerta comunitaria y a su vez tienen espacios propios donde trabajan cotidianamente el tema de las plantas y la alimentación.

Brasesco también recuerda especialmente un proyecto dirigido a escuelas rurales en departamentos como Lavalleja y Río Negro donde se han generando agrupamientos con maestros, auxiliares y referentes de cada localidad para trabajar aspectos de la producción de alimentos y recuperación de hábitos saludables. “Estos saberes y experiencias después llegan a cada escuela y comunidad, lo que les permite desarrollar sus propios proyectos”.

Cuando se trata de propuestas a nivel educativo, Plantar es Cultura ha trabajado de manera articulada tanto con la Administración Nacional de Educación Pública como con la Universidad de la República.

Plantar es Cultura
Carlos Brasesco: “Las huertas comunitarias funcionan como espacios de encuentro entre vecinos y vecinas".

Nada es tan pequeño para una huerta.

Huertizate es una iniciativa de Plantar es Cultura que se realiza desde hace seis años en Montevideo “para vecinos y vecinas que quieren hacer sus huertas en el ámbito familiar o comunitario”, contó Carlos Brasesco, coordinador del programa.

El objetivo del curso es promover la creación de huertas urbanas en espacios reducidos.

Asimismo, se busca construir redes de huertas a nivel municipal o barrial para que “cada actor aporte algo, se complementen saberes y se organicen proyectos”, lo que muchas veces “permite racionalizar los recursos y favorecer la socialización entre vecinos y vecinas”.

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