Redacción El País
El ingreso del cometa interestelar 3I/Atlas al Sistema Solar causa fascinación internacional desde hace semanas, debido a su origen, edad, composición y posibilidad de acercarse a la Tierra. Y a pesar de que hay mucha expectativa por verlo cuando alcance su punto más cercano a la Tierra —el 19 de diciembre de 2025—, "no va a ser visible a simple vista. Requiere de telescopios de mediano y gran porte", aseguró este viernes el astrónomo uruguayo Gonzalo Tancredi.
Consultado por qué diferencia hay entre un cometa y un asteroide, Tancredi detalló que "los cometas son objetos constituidos básicamente por hielo más partículas de polvo, a diferencia de los asteroides que son rocosos. Cuando se acerca a una estrella comienza a calentarse, pasa a su fase gaseosa y se produce el efecto de una cola que puede extenderse por millones de kilómetros".
Si un cometa no choca, "al estar perdiendo el gas se va desgastando, pero el proceso puede durar miles de retornos a las inmediaciones del sol", apuntó el experto en diálogo con Informativo Sarandí (Radio Sarandí).
Tancredi explicó, además, que a través de un estudio químico, se puede identificar la edad de este objeto y si es "más antiguo o más joven que nuestro sistema planetario". Con base en los datos recopilados hasta ahora, se presume que 3I/Atlas es más antiguo que el Sistema Solar.
Alerta por aproximación de 3I/Atlas: ¿hay algo que temer?
A diferencia de la advertencia enviada por la NASA a comienzos de este año por el asteroide 2024 YR4, cuya aproximación a la Tierra podría darse en 2032, para este fenómeno lo que se estableció fue un protocolo de observación.
En la Red Internacional para la Alerta de Asteroides, organismo de la NASA que Tancredi también integra, se monitorean "objetos que se acercan a nuestro planeta".
"3I/Atlas está dentro de los objetos de estudio. La mayor parte son asteroides, en este caso se decidió estudiar un cometa. Lo que se organizó fue una campaña de observación, porque estamos mejorando nuestras técnicas", explicó y recordó que "la aproximación a la Tierra es bastante lejana".
Finalmente, sobre la velocidad a la que se aproxima el objeto, Tancredi detalló que hay una serie de factores que influyen en esto.
"Las velocidades de movimiento de los objetos son muy altas. En el caso de la Tierra se está moviendo a 30 km/segundo. A su vez los objetos que provienen de distancias muy lejanas cuando van acercándose al Sol comienzan a moverse más rápido. Y al tratarse de otra galaxia las velocidades son aun mayores, 60 km/segundo de aproximación en su punto más cercano", sentenció.
Lo que se sabe hasta ahora de 3I/Atlas
El cometa 3I/ATLAS, tercer objeto interestelar que se descubre ingresando al sistema solar, está cada vez más cerca. El pasado 3 de octubre tuvo su mayor aproximación a Marte y se espera que el 29 de octubre llegue al perihelio o punto más cercano al sol, cuando cruce la zona entre las órbitas de la Tierra y Marte.
Desde que fue descubierto el 1° de julio de 2025 por el sistema ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) los expertos han ido identificando datos de su composición. Su trayectoria hiperbólica confirma que no proviene del sistema solar, sino de regiones más allá de su influencia gravitatoria.
El análisis de su composición podría revelar materiales más antiguos que el propio Sol, lo que ofrece una oportunidad única para comprender los orígenes de otros sistemas estelares.
Uno de los momento más esperados ocurrirá el 19 de diciembre de 2025, cuando el 3I/ATLAS alcance su máximo punto de acercamiento a la Tierra, situándose a unas 1,8 unidades astronómicas, es decir, unos 270 millones de kilómetros de distancia, según el portal TheSkyLive.
El objeto interestelar no se podrá observar a simple vista, pero sí será captado por telescopios medianos y grandes desde regiones con el cielo despejado.
Para los científicos, todo apunta a que 3I/ATLAS se formó en otro sistema planetario y fue expulsado tras un encuentro gravitacional con un planeta. Ahora, viaja por nuestra galaxia desde hace miles de millones de años, y su paso por el Sistema Solar ofrece una oportunidad única para entender cómo se forman los mundos.
Próximas misiones, como la nave Psyche de la NASA, podrían aportar más datos en los próximos meses. Por ahora, lo único seguro es que este objeto volador es, en esencia, un cometa como los que conocemos, aunque venga de muy lejos.
Según explicaron los científicos, no existe ningún riesgo de impacto con la Tierra. Aunque su ruta lo lleva hacia el interior del sistema solar, el cometa 3I/ATLAS no se acercará peligrosamente a nuestro planeta. Su distancia mínima a la Tierra será de aproximadamente 1,6 unidades astronómicas —unos 240 millones de kilómetros (150 millones de millas)—, lo que descarta cualquier amenaza de colisión.
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