SALUD
Afecta principalmente a jóvenes entre los 15 y los 35 años. El autoexamen es clave para saber si es necesario hacer una consulta que lleve a un diagnóstico precoz y un tratamiento efectivo en un 95%.
El cáncer de testículo no es el más frecuente de los cánceres en general, pero tiene la particularidad de ser uno de los más frecuentes entre los hombres jóvenes, sobre todo en los que tienen entre 15 y 35 años de edad. Su otro rasgo sobresaliente es que tratado a tiempo es curable en casi un 100% (la cifra que se menciona es 95%).
Representa aproximadamente entre el 1 y el 1.5% de todos los tipos de cánceres que hay, un número muy bajo pero que merece ser atendido si tenemos en cuenta que aun así miles de varones en todo el mundo mueren cada año por esta causa.
“Es un tumor que tiene algunas particularidades, es totalmente distinto a otros cánceres que habitualmente conocemos”, explicó a El País la oncóloga Dahiana Amarillo, asistente de la Cátedra de Oncología de la Facultad de Medicina de la Udelar.
Lo primero que hay que tener presente son los factores de riesgo, comenzando por la criptorquidia, que es cuando uno de los testículos no descendió, es decir, no se trasladó a la posición adecuada en la bolsa de tejido que cuelga debajo del pene (escroto) antes del nacimiento.
“No se sabe bien por qué pasa esto, si se da por una anomalía genética. Eso no quiere decir que vaya a desarrollar cáncer, pero sí tiene más riesgo que la población en general”, aclaró Amarillo y añadió que un 10% de los cánceres testiculares se da en hombres con criptorquidia.
Es importante entonces que los padres estén atentos a esta situación y lo consulten con el pediatra.
Otro factor de riesgo son los antecedentes familiares, el tener alguien de la familia que haya padecido cáncer testicular, aunque no es algo tan marcado como en otros cánceres.
Hay quienes mencionan también el consumo de marihuana, pero no es un dato que esté ampliamente confirmado.
“Hay dos meta-análisis que muestran que en los fumadores pesados de marihuana podría llegar a haber mayor riesgo de contraer esta enfermedad. Es un tema que no está del todo claro aún. Lo mismo pasa con el cáncer de pulmón, hay algunos estudios que marcan algún riesgo, pero es difícil de determinar”, señaló la oncóloga.
También existe cierta literatura que afirma que los golpes (traumatismos) aumentan el riesgo de contraer este cáncer, pero no es correcto.
“Muchas veces el golpe lo que hace es que el paciente se examine y se encuentre el tumor que ya estaba. O sea, que se toque el testículo quizás con mayor frecuencia o cuidado de lo habitual, note una tumoración y sea eso lo que lo impulse a consultar”, apuntó Amarillo en diálogo con El País.
Cómo se detecta.
Existe una serie de síntomas que permite hacer sospechar de la presencia de este cáncer y que debería conducir al paciente a la consulta para confirmar o descartar la enfermedad.
Amarillo menciona la sensación de pesadez en el escroto; dolor persistente en el abdomen o en la ingle; agrandamiento de las tetillas (mamas); dolor, molestia, líquido o aumento de tamaño en un testículo, y dolor de espalda persistente sumado a alguno de los síntomas anteriores.
Además hay que estar atentos a síntomas que también son característicos de otros tumores, como el adelgazamiento o algún dolor que no se calma con la medicación habitual.
Un aspecto que es fundamental para la detección de este cáncer es el autoexamen, que consiste simplemente en conocer el propio cuerpo para poder detectar anomalías cuando aparecen.
La especialista recomienda hacerlo por lo menos una vez en la semana, cuando la persona se está bañando o higienizando.
“Hay que tocar detalladamente todo el testículo, los bordes, para ver si hay alguna asimetría, alguna tumoración, algún bulto o moretón sobre la superficie. A veces simplemente se nota una sensación de pesadez, se siente un lado de la bolsa testicular como pesado”, explicó.
Ante cualquier duda lo más importante es consultar ya que será el profesional el que terminará por indicar la ecografía que confirmará el diagnóstico.
Amarillo aclaró que las ecografías no se utilizan como método de control, sino solamente para diagnosticar la enfermedad. Una vez que esto ocurre enseguida se indica la operación, no es necesario realizar una biopsia.
“Se estudia con una tomografía para ver si no hay metástasis. También se pueden ver marcadores en sangre que pueden ser elevados, pero ninguno ha demostrado que sea como para detectar o prevenir. Lo único efectivo es el autoexamen, conocer su cuerpo y permitir una consulta precoz”, apuntó la especialista.
El tratamiento es la orquiectomía (ver recuadro), que es la cirugía por la cual se extrae el testículo afectado, que puede ir o no acompañada de quimioterapia en función del riesgo de recaída y de que haya metástasis.
“El cáncer testicular es curable en la enorme mayoría de los casos, detectado precozmente en el testículo es un 95% curable. Si se extendió puede llegar a curarse en un 50% de los casos, incluso con metástasis. Por eso la importancia del diagnóstico precoz”, remarcó Amarillo.
Tratamiento que no afecta la fertilidad ni la sexualidad
El tratamiento que se aplica para el cáncer de testículo es la orquiectomía, que es el nombre que recibe la cirugía por la cual se extrae el testículo comprometido. Dicha cirugía puede ir acompañada o no de quimioterapia, todo dependerá del riesgo de recaída y de si ya desarrolló metástasis (las células cancerosas se separan del sitio donde se originaron y forman tumores nuevos en otras partes del cuerpo).
“Es muy importante señalar que hasta el 50% de los cánceres que pueden llegar a tener metástasis se cura con quimioterapia”, destacó la oncóloga Dahiana Amarillo.
En la orquiectomía se saca todo el testículo, pero solo el testículo afectado. A veces se puede colocar una prótesis.
Amarillo informó que todo el tratamiento de cáncer testicular está comprendido en las prestaciones básicas de salud que tiene el paciente en Uruguay. “La quimioterapia es una quimioterapia común; es un tumor donde el tratamiento es clásico. Lo que se necesita es la continuidad del paciente, que se opere y que después enseguida vaya al oncólogo y haga la quimioterapia en tiempo y forma. Lamentablemente lo que pasa es que muchas veces se trata de gente joven, que tampoco tiene tanta conciencia” señaló la especialista. Entonces lo que termina por afectar el resultado del tratamiento es
más que nada el comportamiento de la persona, su no adherencia al tratamiento, antes que el cáncer en sí.
“Es importante que el paciente que tiene un cáncer de testículo, sobre todo si tiene metástasis, acuda al oncólogo y haga el tratamiento con quimioterapia si está indicada porque es eso lo que va a determinar sus posibilidades de curación”, subrayo Amarillo.
La oncóloga aclaró que con la orquiectomía no se afecta la fertilidad porque con un solo testículo puede funcionar perfectamente. “No hay ninguna pérdida ni de la potencia sexual, ni de la libido, ni de la fertilidad”, dijo.
En caso de requerir quimio, que sí puede provocar infertilidad, lo que se hace es una criopreservación de esperma.
En América Latina se demora en consultar
“El cáncer testicular es curable en el 95% de los casos si se lo detecta de manera oportuna; sin embargo en América Latina los hombres tardan en buscar su diagnóstico en promedio unos cinco meses y el 60% llega en etapa avanzada”, declaraba en 2018 Raj Satkunasivam, urólogo del Houston Methodist Hospital.
La óncologa Dahiana Amarillo informó a El País que Uruguay en números está al nivel de lo que pasa en el resto del mundo. “Al ser un cáncer tan poco frecuente creo que los hombres no son conscientes de este problema o solamente lo notan cuando tienen algún conocido que lo vivió”, señaló la especialista.
Agregó que no tiene claro si los jóvenes entre los 20 y los 35 años saben que deberían examinarse porque uno de cada mil podría tener un tumor de este tipo.
En cuanto a lo ocurrido durante la pandemia del covid-19, donde hubo un descenso de las consultas o directamente no se consultó, Amarillo indicó que “no tenemos todavía las herramientas para saber si hubo un impacto, pero se esperaría un aumento de los afectados o que estemos viendo casos de cáncer testicular en estados más avanzados”.