13 DE MAYO

Cada 13 de mayo se celebra el Día Mundial del Cóctel para conmemorar la fecha en la que se publicó por primera vez la definición moderna de la palabra tal como la utilizamos hoy en día, para hablar de bebidasque resultan de mezclas.

Fue el editor del diario The Balance and Columbian Repository, Harry Croswell, quien en 1806 se refirió a esta palabra por primera vez en un medio escrito, definiendo al cóctel como “un licor estimulante compuesto de un destilado de cualquier tipo, azúcar, agua y amarguras”.

En este 2021 y por segundo año consecutivo, a raíz de la pandemia, acodarse en una barra para celebrar este día es una opción que muchos prefieren transformar en una experiencia de puertas adentro: quedarse en casa y disfrutar de una buena coctelería es posible, con emprendimientos que ofrecen sus preparaciones pensadas especialmente para eso.

La bartender Melisa Avila Arancibia es quien está detrás de To share, un emprendimiento que nació a comienzos de 2020 en Uruguay, coincidiendo con la llegada de la pandemia. Su gran intención, contó a El País, es “que este proyecto cree conciencia de los que bebemos, usando la creatividad como arma y con el objetivo de acercar la experiencia del cóctel a hogar, con solo destapar una botella”.

Ofrece una experiencia para vivir la coctelería en casa: se trata de un cóctel de autor embotellado, donde se suplanta el refresco industrial por uno 100% natural, probiótico y milenario. “Su base es gin macerado con frutas y especias, almíbares caseros y jugos cítricos naturales. Se propone un sabor refrescante acompañado de aromas botánicos. Además de sus magníficos sabores se pretende contribuir a la salud, ya que se utiliza la kombucha, un refresco fermentado 100% natural. Un sabor distintivo acompañado de burbujas finas que ensamblan y equilibran todos sus ingredientes”, detalló Melisa.

To share cuenta con algunos puntos de venta en Montevideo y también reciben pedidos a través de su cuenta de Instagram.

Sus cócteles ya vienen prontos para destapar, servir y tomar. “Lo único que recomendamos en la etiqueta es que una botellita se sirva en dos vasos cortos con hielos grandes hasta el tope y perfumarlo con alguna piel de cítrico para realzar sus aromas. Cada botella sirve dos copas, de ahí el nombre To share (para compartir) con alguien o con uno mismo, por supuesto”, dijo Melisa.

Por el momento se tienen dos sabores: cítrico y refrescante y dulce y tonificante, nombres con los que pretenden guiar el paladar del consumidor. Se hacen envíos gratis dentro de Montevideo y se puede consultar por envíos a otras partes del país.

El emprendimiento se embandera en una “coctelería consciente” mediante la que buscan “crear consciencia de lo que bebemos, para que a la hora de elegir, puedan elegir mejor”, añadió Melisa.

El bartender Juan Manuel Lamela lleva adelante Sippit, otro emprendimiento que también nació de la mano de la pandemia: “En mayo del año pasado me quedé sin trabajo y esto era una idea que venía pensando hace mucho tiempo”, contó a El País.

Lamela señaló que los cócteles embotellados son comunes en otras partes del mundo desde hace muchos años, pero que en Uruguay es un poco más novedoso y es algo que potenció la pandemia.

El bartender dijo que la propuesta de Sippit fue creciendo y, si bien comenzó solamente con cócteles embotellados, hoy en día ofrece también cajas de coctelería, para que el cliente pueda vivir la experiencia de armar su propio trago: “Están las dos opciones. Por un lado la de los cócteles que ya vienen prontos para tomar y lo único que hay que hacer es enfriar y servir en un vaso con hielo. Por otro, la caja de coctelería que es interactiva y trae una botella grande del destilado que la persona elija, distintas preparaciones mezcladas para crear el cóctel, y otras herramientas para que se haga el trago”.

La de Sippit es una propuesta pensada para cualquier persona, aunque apunta a un público joven, pero no es necesario tener conocimientos en el área de coctelería para poder preparar los tragos con los productos que se envían en las cajas.

Los pedidos se pueden hacer a través de su cuenta de Instagram.

El emprendedor resaltó que el que ofrece es “un producto fresco y sin conservantes. Lo hago momentos antes de entregarlo, porque son hechos a pedido” y aunque lo ideal es consumirlo el mismo día de entregado, si está refrigerado, el cliente puede conservarlo por hasta tres o cuatro días.