Martín Garabal habla sobre "Workshow", el espectáculo que debuta el jueves en Uruguay

ENTREVISTA

Martín Garabal supo ser el entrevistador torpe y querible de Famoso, la serie en la que jugó a poner incómodos a figuras como Ricardo Darín, Guillermo Francella y Lali Espósito. Abordó los procesos creativos de Agustín Ferrando Trenchi —el uruguayo detrás de Tiranos Temblad— y Malena Pichot en el podcast Divagar; y hasta exploró su faceta de ilustrador en el libro La vida real. Por si fuese poco fue una de las caras de Últimos Cartuchos, el ciclo radial de Vorterix que co-condujo junto a Migue Granados y que en Uruguay se siguió sin descanso a través de YouTube.

Ese formato, que se despidió sorpresivamente en 2020, fue tan exitoso que incluso el término “Kinga” pasó a formar parte de la jerga de varios de sus seguidores uruguayos.

En octubre, el argentino pasó a ser uno de los protagonistas de Un mundo maravilloso, el fascinante podcast de Spotify que comparte con Charo López, Alexis Moyano y Adrián Lakerman. Cada mañana, presentan un episodio de 10 minutos basado en debates, ficciones, improvisaciones, personajes, canciones que rozan lo absurdo —como el reggaetón “Remolacha”, sobre la preocupación en torno a una posible infección urinaria— y divertidos silencios incómodos.

“No te voy a mentir, es un bardo”, le comenta Garabal a El País con una carcajada mientras se refiere al proceso creativo del podcast que hace meses está varado en la lista de los más escuchados de Spotify en Uruguay. “Al contrario de otras propuestas, que están más estructuradas y que suelen contar algo más lineal, todos los días tenemos el desafío de encontrar una idea, un formato o un personaje. Lo fuimos descubriendo en pruebas y errores al aire”, admite.

El secreto de Un mundo maravilloso está en la constante sorpresa. Pueden presentar una idea como tan inesperada como “Cine y pajeros”, donde un grupo de críticos de cine sobreanalizan las supuestas cualidades estéticas de películas como Bañeros y No sos vos, soy yo; parodian a esos programas en los que la palabra de los conductores parece ser más importante que el aporte del entrevistado; y hasta construyen la bizarra y adictiva ficción Los empresarios de tu vida, donde, básicamente, la pregunta “¿Qué pasa con la empresa?” se repite sin brindar una respuesta clara.

“A veces presentamos episodios más musicales, otros de actualidad y otros son totalmente absurdos”, explica Garabal. “Somos cuatro personas de lugares diferentes: Charo viene de la improvisación y del stand up, Adrián del guion, Alexis del dibujo animado y yo del audiovisual y de la radio. Nos conocimos al aire y eso te da un resultado vertiginoso”.

Ahora que Un mundo maravilloso terminó de delinearse, el grupo está listo para su primera presentación en vivo. Se titula Workshow, se verá el jueves en La Trastienda (entradas en Abitab) y se presenta como una extensión de lo que se suele escuchar cada día en Spotify. “Va a ser un experimento llevar al escenario y al contacto con el público el estilo que estamos tratando de llevar adelante”.

La idea de encontrarse en un escenario estaba en la vuelta hace tiempo, pero las dos funciones de Joven de lejos que López presentará este miércoles en La Trastienda fueron la motivación que faltaba para crear Workshow. “Cuando surgió el viaje de Charo a Montevideo, a todos nos vinieron ganas de ir para allá a pasear y ahí dijimos: ‘Che, ¿y si aprovechamos y armamos esto que queríamos hacer hace tiempo?’ Fue la excusa perfecta”.

Aún no tienen claro si Workshow será una experiencia de una única presentación o si extenderán el espectáculo en alguna sala de Buenos Aires, por lo que la propuesta carga con una dosis extra de adrenalina. “Ahora que vamos a presentarnos en vivo me da un poco de vértigo, pero nos parece una instancia enriquecedora”, advierte.

—Además de la radio, en los últimos años has sabido adaptarte a formatos de YouTube, Instagram, TikTok, Spotify. ¿De dónde surge tu interés por moverte en esos canales de comunicación tan diversos?

—Soy una persona muy curiosa y, aunque suelan decir que “el que mucho abarca poco aprieta”, me dan ganas de hacer cosas diferentes y descanso de un formato cuando activo otro. No hay un momento en que me quede quieto y cada vez que agarro un proyecto diferente lo tomo como si fuera la primera vez: nunca siento que va a salir de taquito. En Divagar, donde hago entrevistas sobre los procesos creativos, me adapto a lo que el entrevistado tiene para decir; pero en Famoso, Un mundo maravilloso y en la radio trato de capitalizar el error y el accidente. En el dibujo te diría que también, porque no soy un novelista gráfico que plantea una estructura de hierro y que boceta cada idea; soy un chabón que dibuja y que se ríe de eso. Es más, a veces mientras más choto es el dibujo, más sirve para la idea. Me encanta moverme en proyectos con planificación, pero estoy preparado para lo que surja gracias a lo que me dio la improvisación.

—Bueno, esa improvisación fue esencial en Famoso. A través del juego de la ingenuidad y la torpeza de un entrevistador principiante se lograron los mejores momentos de la serie. ¿Sentís que eso es parte de tu sello?

—Sí, es que a veces la perfección es enemiga de lo cercano. Siento que hay cosas que tienen que ser comunicadas de una manera más accidentada para que funcionen. Por supuesto, es necesario cierto virtuosismo para que la cosa ande bien. Creo que cada formato tiene su yeite y en un Mundo Maravilloso hicimos algunos sketch con parodias de campañas políticas o de programas de entretenimientos que solo podían funcionar si estaban hechos tal cual; no me servía que estuviera grabado así nomás. Incluso, si volvemos a Famoso, la desprolijidad está buscada: la idea es que no se entienda si lo que pasó en determinado momento o si está planificado. La idea es que parezca algo accidental.

—Bueno, eso es justo lo que me pasó cuando vi el momento tenso después de que nalguearas a Lali en la primera temporada de Famoso. No sabía si había sido planificado o si habías pasado un límite.

—Claro, es que la idea es generar ese desconcierto. De hecho, lo que pasa ahora que existe TikTok es que todo el tiempo vez a gente que no conoce en absoluto tu trabajo y Famoso tiene una nueva vida en la red porque la gente sube recortes y me insulta porque no lo entienden. Eso es espectacular porque era lo que yo quería generar en su inicio. Es más, cuando hice la tercera temporada pensé que ya no iba a tener la misma recepción porque la gente ya sabía que es ficción, pero se subieron algunos fragmentos de la entrevista a Sofía Gala y había gente que decía: "Qué falta de respeto, cómo va a mostrar al hijo de Sofía si pidió que no lo muestre". Yo lo disfruté un montón porque me di cuenta de que la gente se sigue confundiendo, y eso habla bien del programa.

—Junto a tus compañeros de Un mundo maravilloso y a gente como Martín Piroyansky y Malena Pichot son parte de una camada de artistas que, aunque creció viendo televisión, encontró en internet el medio ideal para expresarse. ¿Cómo evaluás el camino de esa generación?

—Creo que con Piroyansky, los chicos de Cualca y otros más tenemos una pata en el mainstream y otra en lo independiente. Por más de haber producido para plataformas de streaming o haber participado de películas, esa esencia se mantiene. Después, detrás de nosotros hay una generación Sub-30 y Sub-20 que es espectacular y que te da una diversidad de voces tremenda. Lo que no sé si se permite es una diversidad de presupuestos porque estamos un poco presos de los algoritmos, que condicionan la difusión o el nivel de producción de lo que hacemos. Pero lo que es verdad es que ya no tenemos que esperar a entrar a un cásting para mostrar lo que hacemos, y eso permite que haya gente increíble lista para ser descubierta.