Figura de Del Sol debutó en Carnaval: inmensa emoción en el Teatro y por qué faltaron sus amigos de la radio

Gastón Carbajal da sus primeros pasos en la fiesta de Momo con La Nueva Milonga, y le toca ser el dos del legendario cupletero Claudio Rojo. El humorista habló con El País de esta experiencia.

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El humorista Gastón Carbajal en su debut con La Nueva Milonga en el Teatro de Verano.
El humorista Gastón Carbajal en su debut con La Nueva Milonga en el Teatro de Verano.
Foto: Marcos Ferreira

Redacción El País
El sábado 1° de febrero, La Nueva Milonga hizo su primera actuación en el Concurso Oficial y marcó el debut de Gastón Carbajal en Carnaval. A pesar de que el humorista lo hizo en un título histórico y rodeado de murguistas de gran trayectoria, confesó a El País que durante el día no pasó nervios: "Es probable que se deba a mi inconsciencia", dijo. Lo cierto es que siguió sus rutinas de sábado (fue a la feria y limpió la casa) hasta que llegó la hora de ir al club a prepararse.

La ansiedad y adrenalina aparecieron en el integrante de La mesa de los galanes (Del Sol) minutos antes de que se abriera el telón del Teatro de Verano, con un crujir en la panza y un cosquilleo en las manos. "Solo atiné a concentrarme, a mirar a mis compañeros y a la orden del director de la murga, Diego Berardi", comentó.

Definió la bajada y el posterior encuentro con sus seres queridos y la gente en el pedregullo como una locura: "Es como que vas flotando entre la gente. Estaba como loco buscando a mi abuela y a mis hijos para darles un beso. La gente te sacude, te saluda y abraza como si ganaras un partido de fútbol".

Sensaciones en el pedregullo y qué pasó con sus amigos de Del Sol

Gastón Carbajal haciendo de su personaje de Waldemar en el Ramón Collazo con La Nueva Milonga.
Gastón Carbajal haciendo de su personaje de Waldemar en el Ramón Collazo con La Nueva Milonga.
Foto: Marcos Ferreira

En el pedregullo no lo esperaban sus amigos y compañeros de La mesa de los galanes, pero no le sorprendió, ya que fue decisión suya no avisarles qué día le tocaba actuar: "Me da pila de cosa que me vieran mis compañeros. Soy muy tímido, pero me mandaron mensaje cuando me vieron en la tele", dijo. Y contó también que esa noche en el Templo de Momo puso en práctica un consejo que alguna vez le dio Jorge Piñeyrúa: "Me dijo que hay que saber disfrutar del talento de los amigos y yo hago eso con Claudio Rojo".

"Es el Dios, no hay con qué darle, tiene magia por donde se lo mire, la gente lo ama y se lo hacen sentir en todos lados, y para mí es hermoso poder disfrutar en el escenario con él", elogió al histórico cupletero.

Dijo también que hacer dupla con alguien con su trayectoria y talento es "jugar tranquilo porque la va a meter bien". Y como buen novato, escucha las recomendaciones que le da: "Más que nada de tiempos e intenciones ('este chiste esperalo por acá' o 'hacé tal gesto'), pero también te dejar ser y te acompaña".

—Antes de arrancar el Carnaval decías que eras consciente del desafío que asumías y que querías estar a la altura, ¿con qué sensación te quedas del debut?
—La sensación es linda, hoy puedo contar que participé de una de las fiestas más importantes del Uruguay, algo que nos da identidad y que muchas personas en algún momento quisieron hacer. Puedo decir que no soy de “los hombres de corbata que quisieron ser murguistas y no fueron a ensayar”

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