Comenzaron al mediodía y a la nochecita siguen haciendo entrevistas, pero saben que El Eternauta, la serie argentina de Netflix que se estrenó el 30 de abril, amerita el esfuerzo.

Comienza el Zoom y aparecen sentados el uruguayo César Troncoso y el argentino Marcelo Subiotto. Ellos son Álfredo “El Tano” Favalli y Lucas Herbert, los amigos y compinches (y hasta salvadores) de Juan Salvo, el personaje de Ricardo Darín en la serie dirigida por Bruno Stagnaro.

Basada en el comic de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López convertido en título de culto, El eternauta inicia un día de verano en Buenos Aires. Está ambientada en el presente y en la calle hay gente caminando, paseando a sus mascotas, en el transporte colectivo y hasta en manifestaciones mientras Juan, Lucas, Polsky y su cuñado están en la casa del “Tano” jugando al truco. La velada se interrumpe cuando se corta la luz y una nevada mortal comienza a caer sobre la ciudad.

A cinco años del anuncio de Netflix y dos años de terminada la filmación (entre marzo y diciembre de 2023), finalmente se estrenaron los seis episodios de la primera temporada —serán dos en total— de esta serie de ciencia ficción, uno de los títulos más esperados del año. Ya está primera en el ranking de la plataforma.

Troncoso comenta que ponerse en la piel de Favalli “fue algo natural”.

“Sabía quién era Favalli, conocí el comic por los años 80 cuando leía historietas, y cuando llegó la adaptación a la serie, empecé a trabajar con esa idea del “Tano”, imaginando cómo era el tipo. Y después en la propia interacción, en el ida y vuelta con Bruno Stagnaro, con Ricardo y los compañeros, terminé construyendo una versión posible de Alfredo Favalli. No tengo un camino muy claro de cómo hago las cosas. Las voy llevando adelante y viendo a dónde llegan. Para mí llegaron a buen puerto.

Subiotto, quien ha participado en series como Terapia alternativa, División Palermo y El jardín de Bronce, y películas como Animal, Secretos de familia y Puán, comenta que si bien se trata de una adaptación, su personaje tiene algunas particularidades. “El llevar la historia al audiovisual, a la actuación, nos obligó un poquito a encontrarle otros condimentos”, comentó.

Y acerca de su personaje, Subiotto comentó: “He trabajado mucho sobre cómo está inmerso Lucas en ese grupo de amigos y cómo está en la búsqueda de un lugar en el mundo, porque es el único personaje que se queda en la casa de Favalli sin tener afuera una familia por la cual preocuparse. Y en esa nueva situación, en lo vincular se va a encontrar más cercano a sus amigos. De alguna manera su soledad se espeja más porque es estar adentro sabiendo que no tenés nadie afuera a quien ir a cuidar o por quién preocuparte. Aunque a lo largo de estos seis capítulos, al personaje le va a pasar algo que lo va a modificar muchísimo”.

—Ya sé que cuando se venga la hecatombe, hay que apuntar para la casa del “Tano”.
César Troncoso: A la del Tano, pero no a la mía (risas). César no te conviene, pero el Tano sí. El Tano es un tipo que tiene mucho conocimiento de muchas cosas y funciona un poco como líder. Me parece muy interesante la serie porque lo construye como un tipo imperfecto, por un lado es un calentón, es un tipo proponedor, un tipo que le hace el dos al personaje de Juan Salvo, pero en algún momento muestra su egoísmo, su deseo de cuidar al grupo y desinteresarse por algunos más. Todo ese proceso creo que termina haciéndolo muy humano.

—Si bien hace dos años que filmaron la serie, ¿hubo alguna escena complicada de hacer, o que los haya marcado?
Troncoso: Hay una escena, pero no se puede contar porque sería spoilear, pero me parece una de las escenas más lindas de Marcelo.

Marcelo Subiotto: Tuvimos muchos recorridos complejos por las locaciones, por las épocas del año, por jornadas nocturnas con mucho frío, aprovechando un shopping cuando cierra para meternos todos para armar un montón de cosas y a trabajar ahí. También trabajar afuera con la nieve, los trajes y las máscaras, pero estábamos tan contentos de estar haciendo esta serie, nada menos que El Eternauta. En todos los meses de rodaje teníamos muy presente eso, que estábamos haciendo nada más y nada menos que El Eternauta. Eso era como ir a jugar la copa y decir “vamos con todo”.

Foto: Marcos Ludevid / Netflix

—Los dos han trabajado proyectos importantes en cine y televisión, ¿cómo fue estar en una serie así de grande?
Troncoso: Es divino, porque hay mucho trabajo colectivo. La serie dice “nadie se salva solo”, y eso es verdad. Porque uno está delante de cámaras y hay una banda de gente increíble detrás. Y cuando percibís el compromiso de toda esa gente, y estamos hablando de mucha más de las que habitualmente trabajan en un rodaje, la seriedad con que se trabaja y la pasión con que se labura, te das cuenta que estás feliz. Porque estás haciendo un viaje colectivo con un montón de gente igual de entusiasmada que vos y que hacen todo lo que se puede para llevarla a buen puerto. Y eso no es menor, porque no siempre sucede. Yo estoy fascinado con eso. Y más allá de lo duro que fueron esos siete meses, pasé maravillosamente bien.

Subiotto: Yo tengo la sospecha que de acá a un tiempo muchos de nosotros vamos a decir: “qué bueno que participé de El Eternauta”. Creo que va a pasar eso.

—Entonces, ¿qué significa esta serie en sus filmografías?
Troncoso: Creo que es única. Uno se entusiasma muchas veces con un montón de trabajo y he hecho cosas que están copadas, al menos para mí, pero esta serie aporta un costado inédito. Yo nunca había hecho una serie de ciencia ficción, y en esta hay una invasión extraterrestre, estás corriendo atrás de unos bichos y escapando de otros. Ese tipo de cosas es nueva para mí, y me está brindando un ángulo novedoso en mi trabajo que nunca antes había curtido. Y es muy satisfactorio. ¡Estuvimos haciendo una de ciencia ficción, papá!, con monstruos y todo. Eso no pasa todos los martes.

Subiotto: Creo que es un proyecto que tiene una particularidad muy especial, y no puede entrar en terreno de comparación con otras cosas porque es algo muy especial y nuevo para mí.

—¿Cómo se llevaron con la parte física por tener que estar corriendo y saltando de esos monstruos?
Troncoso: Con el entrenamiento especial que uno tiene (risas). Fue interesante, y creo que había algo de la energía con la cual se hizo todo ese trabajo, que tiene que ver justamente con el compromiso de estar participando de esta serie dirigida por Bruno para Netflix con Ricardo Darín a la cabeza. Eso generaba un entusiasmo extra que hacía que vencieras cualquier barrera física. Marcelo, no sé si te pasaba, pero yo me encontraba diciéndome: “mirá, cómo podía hacer esto. Quién lo iba a decir”. No contaba con que pudiera resolver alguna de las cosas que terminé haciendo, y eso tiene que ver con el compromiso de estar laburando en esto, y no en otra cosa.

Subiotto: Hay algo del universo del actor que es muy lúdico, pero abordar el género de la ciencia ficción y lo que se cuenta en El Eternauta, es súper divertido de hacer.

—Perdonen el cholulaje pero, ¿cómo es trabajar con Ricardo Darín?
Troncoso: Es bárbaro. Es un muy buen compañero, es un tipo que sabe mucho y que además de saber, comparte, te cuida, atiende tus necesidades y te sugiere cosas interesantes. Yo lo vi acomodarle el sombrero a una extra para que la señora luzca mejor, o sugerirle a la persona que tiene tal plano que se pare de otra forma para que haya más luz y su rostro se valorice mejor.

Subiotto: Ricardo fue un actor muy comprometido con el proyecto. No es una estrella que cayó, es un actor de raza, es un tipo que está en el set trabajando a la par de todos. Está muy atento a todo lo que está pasando y con gran compromiso. Es un tipo con un gran oficio, y es súper interesante verlo trabajar. Eso fue muy rico para nosotros.