Jorge Rial volvió al estudio de su programa Argenzuela (Radio 10), a dos semanas de haber tenido, durante sus vacaciones en Colombia, un episodio cardíaco que generó honda preocupación por su estado de salud.

Con 61 años, Rial pasó varios días internado en terapia intensiva; fue operado y le colocaron un stent, el tercero de su vida. Y ayer, aún en recuperación, se reencontró con sus compañeros de trabajo e hizo la más inesperada revelación: “Estuve muerto durante 10 minutos”.

“Perdón por la voz, después de tener un caño 14 horas puesto en la garganta”, dijo Rial, en referencia a la intubación a la que fue sometido. “Sé que se sufrió mucho acá, es mucha la angustia que pasamos todos (...) Me atravesó una situación extrema que todavía trato de reconstruir. Nadie piensa que va a pasarle y me atravesó, primero el cuerpo; ahora estoy haciendo las primeras salidas a caminar. Y, después, la cabeza, que me la rompió en mil pedazos. Nadie está preparado para morirse y, literalmente, fue lo que me pasó”.

Foto: captura CN5

“En mi hoja clínica dice que sufrí una muerte súbita. Estuve, más o menos, 10 minutos muerto. Diez minutos (estuvieron) tratando de reanimarme, me dieron tres descargas eléctricas y me cagaron a palos. Me duele mucho la caja torácica”, detalló Rial, que agregó: "Sé que tuve mucha suerte".

Sobre cómo se dieron los hechos, el periodista explicó que una mañana sintió un fuerte dolor en el pecho, y fue al médico porque intuía que "algo iba a pasar". El electrocardiograma no arrojó ningún resultado anormal, pero pronto le informaron que estaba sufriendo un infarto.

“Me estaba haciendo las pruebas y ahí, me fui. Me contaron que se me fueron los ojos para atrás y empecé a ahogarme. Me tuvieron 14 horas sedado, dormido. Tuve un paro cardíaco con muerte súbita, así se llama técnicamente”, dijo.

Reflexivo, Rial dijo: “La muerte no es dolorosa, es un lugar cálido. El dolor es el que dejás. Pero les quiero decir a todos que ese momento es absolutamente glorioso. Es lindo. Te atrae, te lleva, te absorbe, te llama”.

“En el momento de inconsciencia escuché la voz de mi nieto: ‘Dale, tata, dale’. Pasaron cosas que tengo que armar un rompecabezas, porque es muy fuerte. Hay algo, de verdad, yo lo vi y no fue desagradable. No perdí el miedo a la muerte, pero tengo una mirada completamente distinta. Lo único que me asustó y me desesperó fue lo que hice los últimos días, como ver películas con mi familia. Dije: ‘Esto no lo estaría haciendo’”, cerró.