"Es como una droga que te da un placer increíble”, dice Denise Casaux para explicar eso que siente —y que considera intransferible— cuando se sube a un escenario. “Lo disfruto de un modo que…”, para por unos segundos, piensa y termina la frase, “...no puedo expresar”.

En charla telefónica con El País, la comediante, que tiene el pensamiento ágil y una forma de hablar que lo acompaña, logra poner en palabras esto que siente: “Hacer reír a la gente y hacerla olvidar por un ratito cualquier problema o cosa que estén pasando, es impagable”.

Casaux estará mañana sábado en el Undermovie con su unipersonal Gran Diosa; entradas en movie.com.uy.

Casaux tiene 30 años pero, al ver todo lo que ya hizo, parece que hubiera vivido muchas vidas. Hace 10 años estudió stand up y empezó a hacer shows de humor. En 2019 debutó en Carnaval, primero en revista, después en parodistas. Dos años después se estrenó en la televisión como una de las colonas del programa La culpa es de Colón (La Tele) —que terminó en julio del año pasado—y desde entonces se ganó un espacio en el programa La Ruleta de la Suerte con su personaje Bati Gorda. Además, estudia Ciencias Económicas en la Universidad de la República y, todo eso, mientras trabaja nueve horas en el sector contable de una multinacional. Sobre sus múltiples facetas, se ríe: “Es como vivir una doble vida”.

La intensidad, dice, es el rasgo de su personalidad responsable de la “doble vida” que lleva. “Todo el tiempo tengo que estar haciendo cosas, no me puedo quedar quieta, el ocio me mata un poco”, dice. “Cuando terminó el Carnaval, me sentía vacía en él después, buscaba actividades y retomé materias en facultad”.

Casaux no viene de una familia carnavalera y hasta 2019, cuando salió en la revista House, no lo tenía muy presente. Hoy, sin embargo, la situación es otra. No sólo se metió de lleno en el concurso de este año, sino que salió ganadora con parodistas Los Muchachos. “Empecé a entender lo que es el tablado, lo que es la disciplina del Carnaval, conocí gente del medio y me encantó”.

Cuando contesta sobre qué le dejó la experiencia, suspira. “Primero mucho cansancio”, dice y se ríe. “Una llora de cansancio. Hay un momento que decís ‘no puedo más, me bajo’ y es febrero. Pero la verdad que fue una experiencia maravillosa. El ganar fue una de las cosas que no me voy a olvidar nunca. Una no está acostumbrada a ganar algo, y fue increíble. Todas las menciones que vinieron después fueron mimos al esfuerzo que hicimos”, complementa.

Por otro lado, en un medio que muy de a poco va dejando de ser exclusivamente masculino, reconoce que lo hecho este año dejó una huella. "Desde toda la vida, en todos los ámbitos, si hay un personaje mujer, pongamos a un hombre para hacerlo en lugar de pensar que eso lo puede hacer una mujer. Y creo que en ese sentido Los Muchachos hicieron una pequeña revolución al poner a seis mujeres, una de ellas como protagonista (Lucía Rodriguez, como Gilda) de las parodias, y a las otras a la par de ella. El público lo tomó maravilloso".

El ciclo que compartió con sus amigas Catalina Ferrand, Lucía Rodríguez, Luciana Acuña y Leticia Cohen en Canal 12 marcó la televisión uruguaya ya que fue el primer programa de humor conducido solo por mujeres y, en lo personal, le abrió muchas puertas. “Yo venía trabajando en la comedia hacía muchos años y a veces en este país es bastante difícil si no salís en los medios. Voy a estar agradecida toda la vida con la productora y el canal”.

Sobre el fin del ciclo femenino (el masculino sigue al aire) considera que es parte de la dinámica de la televisión. “Nos entristeció un montón, porque era hermoso, nos llevábamos bien con todo el equipo, pero bueno, es la tele y es flexible, hoy estás y mañana quizás no”. Sin embargo, el fin del programa no significó dejar de trabajar juntas. Pocos meses después presentaron Disculpadas, el show de humor que agotó fechas en el Movie.

"Queda demostrado en los shows que hacemos, individual o separadas, que este concepto de 'no me vas a hacer reír porque sos mujer' ya está obsoleto", afirma.

Sea en la televisión o en los escenarios, Casaux y sus amigas tocan temas que quizás a algunas personas aún les cuesta escuchar de la boca de una mujer, hablan del propio cuerpo con liviandad y aceptación y desbancan cualquier discurso de competitividad femenina. “Mis amigas son un pilar, siempre nos dimos para adelante, nunca existió eso de 'ella tiene más que yo', porque nos queremos tanto que se nota y cuando una está mal la otra se banca la cabeza. Son vitales para mi”, señala.

Además, la comediante sigue al aire con su Bati Gorda en Canal 12. “Es un personaje que ha crecido inmensamente, y que empezó accidentalmente. Agarré la máscara de mi sobrino y empecé a joder con que era la Bati Gorda. A la gente le encanta porque es una Batman gorda que se ríe de sí misma, que pelea contra las verduras. Es como medio bizarro y yo me divierto un montón haciéndolo: es todo lo que está mal en un superhéroe”.

A días de subirse al escenario una vez más, explica que en Gran Diosa usa el juego de palabras para hablar sobre cómo se siente en su piel. “Soy grande, pero también me siento una diosa”, dice y vuelve a reírse. “Cuento un poco de la dificultad de ser grandiosa en esa sociedad y también como me fui transformando en este año de Carnaval y lo que viví en la tele. Trato de disfrutar este ratito en el escenario con la gente”.

Por entradas casi agotadas para este sábado, Gran Diosa estará también el 08 de julio en la misma sala. “Es un mimo poder hacer lo que una ama y que la gente te acompañe”, dice Casaux, quien quiere alivianar la vida de los demás a través de la risa y, en el camino, derriba prejuicios y hace pequeñas-grandes revoluciones.