Tras reunir a 2,1 millones de personas en la playa de Copacabana, Lady Gaga hizo historia el sábado al convertirse en la artista femenina que convocó a la mayor audiencia en un concierto solista. Así, la estrella estadounidense superó a Madonna, quien el año pasado también ofreció un show gratuito en Copacabana y congregó a 1,6 millones de personas. En términos de asistencia, el récord absoluto sigue estando en manos de Rod Stewart, que en la víspera de Año Nuevo de 1994 reunió a 3,5 millones de personas en esa misma playa.

Más allá de los números, lo de Lady Gaga tiene un fuerte simbolismo por el momento en que logró la hazaña. A sus 39 años y con 17 de exposición pública masiva (un factor crucial en la era de las redes sociales), ofreció el concierto más grande de su carrera justo cuando lanzaba el álbum Mayhem, su intento más contundente de regresar al estrellato del pop, más allá de su faceta como actriz o figura mediática.

Este evento marcó su retorno después de 12 años desde su última aparición ante sus “little monsters” brasileños, quienes inmortalizaron en memes y desesperación la cancelación de su show en Rock in Rio 2017 con el tuit: “Brazil, I’m devastated”.

El domingo, el mensaje de la cantante para sus fans brasileños tuvo un tono muy diferente: describió el concierto en Copacabana como un “momento histórico” y subrayó que jamás olvidará lo vivido. “Nada podría haberme preparado para lo que sentí durante el show de anoche: el orgullo y la alegría absolutos que experimenté al cantar para el pueblo de Brasil. La visión de la multitud durante mis primeras canciones me dejó sin aliento”, compartió en una publicación en Instagram. “Gracias, Río, por esperar mi regreso. Gracias a todos los ‘little monsters’ del mundo. Los amo”, celebró.

La fiesta de Gaga comenzó a tomar forma desde temprano, con miles de personas llegando a la playa, en una sinfonía de abanicos y cantos de éxitos como “Bad Romance”. De todos los conciertos que ha albergado la playa de Copacabana, este fue sin duda el que tuvo el público más diverso (en edades, colores, deseos), más feliz y más orgulloso de mostrar señales de no conformidad.

Después de un animado DJ set de Pabllo Vittar, en un escenario montado detrás del área VIP, de cara al público del “gargarejo” (la zona más cercana al escenario), a las 22.10 comenzó el espectáculo Mayhem on the Beach. Visto de cerca, el escenario (estilizado como una casa de ópera) parecía pequeño, y la tarima demasiado baja para que los del fondo pudieran ver a Gaga. Fue un show para ver desde las pantallas, con una dirección cinematográfica de primer nivel y todo un impacto visual que solo Gaga podría ofrecer.

El repertorio fue, en esencia, el mismo de los cuatro conciertos de Mayhem que la cantante presentó hasta ahora, mezclando el nuevo álbum con éxitos de los inicios de su carrera, a lo largo de una serie de actos.

En la canción “Judas”, Gaga se salió por primera vez del guion, con un vestido verde y una banda azul y amarilla, y finalmente gritó: “¡Brasil!” Ya en “Poker Face”, interactuó con el público: “¡Los extrañé tanto! ¿Están listos para esta noche?”.

Foto: AFP.

Durante “Paparazzi”, Lady Gaga enfocó la cámara hacia la playa de Copacabana, desplegó la bandera brasileña en el balcón del escenario y, con la traducción simultánea a cargo de un empleado del hotel donde se hospedó, leyó una carta en la que agradeció al público por hacer historia con ella, en el clímax de su carrera. “¡Ustedes esperaron más de 10 años por mí! ¡Brasil, estoy lista! Quiero que el mundo vea cuán grande es su abrazo.”

Fue un momento de lágrimas para la estrella y de muchos “Gaga, te amo” del público, a los que respondió con un "Alejandro” lleno de latinidad, un “How Bad Do U Want Me” con bailarines vestidos con camisetas de la selección brasileña y declaraciones de amor a la comunidad LGBTQ+, antes del himno “Born This Way”. Así, la fiesta realmente estalló, los amigos se abrazaron y los pequeños monstruos se convirtieron en las personas más bellas del mundo.

Foto: AFP.

El show terminó en los primeros minutos del domingo con “Bad Romance”, y dejó una de las imágenes más memorables de la noche: Lady Gaga, embelesada con los fuegos artificiales, como homenaje a la velada y a su propia hazaña. “La última vez que estuve aquí nos hicimos amigos, ahora somos familia”, dijo ante una multitud que no quería dejarla ir.

Iniciar la gira mundial de Mayhem con el show más grande de su carrera fue, para Gaga, una oportunidad inmejorable. Para la alcaldía y la plataforma Todo Mundo no Rio, el desafío ahora es ver quién logrará atraer millones a Copacabana en mayo del próximo año. Beyoncé y U2 son los nombres más mencionados, en una lista que también incluye a Rihanna, Ed Sheeran, Shakira, BTS, Coldplay, The Weeknd, Bruno Mars y Justin Bieber.

Este domingo se conoció que la Policía Civil de Río había desarticulado un plan de atentado en el show, y el equipo de la artista se pronunció a través de un comunicado enviado a The Hollywood Reporter. Allí se aseguró que ni la cantante ni su equipo fueron informados sobre el tema, y que se enteraron por la prensa brasileña. “Antes y durante el concierto no hubo preocupaciones de seguridad conocidas, ni ninguna comunicación por parte de la policía o autoridades hacia Lady Gaga sobre posibles riesgos”, declaró un portavoz.

Según la investigación, los autores del plan pretendían usar explosivos caseros, como cócteles molotov, con el objetivo de atacar al público LGBTQ+. La motivación del grupo sería ideológica, e incluiría discurso de odio y teorías conspirativas. Se organizaban a través de redes y foros clandestinos con el objetivo de causar pánico y muertes masivas.

La operación policial, bautizada “Fake Monster”, fue coordinada por fuerzas de varios estados, con apoyo del Laboratorio de Operaciones Cibernéticas del Ministerio de Justicia. Un hombre señalado como líder fue arrestado en el sur de Brasil con un arma de fuego, y otros sospechosos, incluidos adolescentes, fueron localizados en otras ciudades.

En la casa de uno de los menores investigados, la policía incautó computadoras, celulares, una consola de videojuegos y otros dispositivos que serán sometidos a peritaje. El joven admitió haber publicado mensajes de odio, pero negó una participación directa en el atentado. La Secretaría de Seguridad Pública de San Pablo informó que las investigaciones continúan para determinar la dimensión de la organización criminal.

Silvio Essinger / O Globo (GDA)