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Julieta Venegas: "Hay algo muy especial en la música uruguaya, raro; son muy personajes"

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Julieta Venegas. Foto: Difusión
ML

ENTREVISTA

La cantante mexicana dará dos conciertos en el Auditorio del Sodre, este martes y miércoles, y de Uruguay y su nueva música charló con El País.

En pandemia, a Julieta Venegas no le quedó otra que escribir. Escribir sin querer, escribir sin pensar, escribir como la única forma posible de salirse de la vorágine que también puede aparecer en el encierro. Escribir, ferviente y compulsivamente, hasta que llegó la hora de las decisiones.

Entonces Venegas llamó a Alex Anwandter, amigo personal, productor y uno de sus artistas favoritos, y le soltó toda la interrogante que le atravesaba el cuerpo. La frase fue: “Quiero saber si tengo un disco”.

Y en la respuesta del chileno, que le confesó que le encantaría que trabajaran juntos, estuvo el punto de partida. Ahí se empezó a cocinar el nuevo álbum de estudio de una de las principales cantautoras mexicanas, que pronto verá la luz. Hasta ahora se conocen dos adelantos, los excelentes “Mismo amor” y “Caminar sola”, que probablemente sonarán en vivo este martes y miércoles, en los recitales que dará en el Auditorio Nacional del Sodre. El tour se llama Vernos de nuevo y quedan entradas en Tickantel.

“Yo no tengo ninguna objetividad con mis canciones, solo me pongo a escribir sin parar”, confiesa Venegas en charla telefónica con El País, en la previa a los conciertos. “Siempre he trabajado con productores porque necesito de esa objetividad, porque a mí un día me gustan las 25 canciones y un día las quiero tirar todas a la basura. Y sé que un disco necesita de buenas canciones. Yo no creo en un disco porque sí”.

Para la cantante de clásicos como “Limón y sal”, “Lento”, o “Me voy”, las canciones son el corazón de todo y ahí pone una atención extrema, casi obsesiva. “Y muchas veces las canciones que pienso que son las más flojas resultan ser, ya después de un par de escuchas, diferentes. Incluso ya sentarme a escuchar las canciones con alguien más me ayuda. El oído de otro te ayuda un montón”, asegura.

—¿Te ha pasado esto de que las canciones que crees más flojas sean las que gustan más?

—Sí, totalmente. De hecho cuando hice “Limón y sal”, en realidad me la mandó Jorge Villamizar, que es amigo, que me dijo: “Oye, tengo esta canción”, y dije: “Ah, bueno, terminémosla para que se la des a alguien más”. Y no fue la única vez que me sucedió. Y Cachorro (López, el productor del disco "Limón y sal") me decía: “¡No! ¿Cómo se la vas a dar a alguien más?” (Se ríe) Como cosas así. Pero eso es bastante común, me parece;
creo que pasa mucho.

—Lo primero que mostraste de tu nueva etapa musical es “Mismo amor”, que tiene la particularidad de ser una contradicción. Es una canción que invita a bailar, al tiempo que muestra una letra amarga. ¿Esa búsqueda
fue consciente?

—Pues sí. A mí me gusta mucho hablar de amor, de desamor y de relaciones, ¿pero cómo me adentro más? ¿Cómo le hago para salirme del principio y del fin? Las relaciones son complejas y acá estoy planteando una situación que no es ni principio ni final, es como una situación de de atorada. Y esa canción la escribí a partir del ritmo. Me gustó plantear una situación tan complicada en ese ritmo que me daba para hablar de cualquier cosa, pero cualquier cosa de la que hablara la iba a hacer bailando. Entonces está divertido porque me da la posibilidad de jugar con una temática no simple.

—Solés estar rodeada de varios instrumentos. ¿Habías trabajado la composición a partir del ritmo específicamente?

—El ritmo siempre es importante para mí. Igual la mayoría de las canciones del disco las empecé con metrónomo solamente, porque cuando cayó la pandemia me di cuenta de que no tenía nada: no tenía equipos, no tenía mi caja de ritmos… En teoría iba a volver a México en abril, para recoger varias de mis cosas y empezar a trabajar, pero en Argentina no tenía casi nada. Pero me gusta mucho trabajar con ritmo, es un gran disparador para escribir. Pero este que me pasó Alex no es un ritmo en el que yo hubiera pensado, así, de bailar directamente.

—La primera vez que escuché “Mismo amor”, más allá de que la impronta de Alex Anwandter es clara, algo me llevó a la experiencia que tuviste en Meteoros, aquel supergrupo con Ale Sergi, Cachorro López y Didi Gutman. ¿Crees que algo de eso se puede haber colado?

—No creo. Fue tan corta la experiencia de Meteoros, la verdad, que no creo (se ríe). Sí había compuesto con Ale (Sergi) en otras ocasiones, no solamente para Meteoros, y siempre fueron experiencias lindas. Ale tiene una alegría para escribir, siempre va hacia arriba, y nos reíamos porque yo le digo: “¡Tú siempre vas para la luz!”. Fue muy divertido escribir con él, pero lo de Meteoros fue muy cortito; yo no me planté mucho porque justo yo estaba sacando un disco y realmente no pude participar mucho. Fue una experiencia muy chiquita. Hace poco alguien me la mencionó, fui a escuchar y no me acordaba de nada de las canciones de Meteoros. En ese sentido, creo que “Mismo amor” tiene más que ver con el mundo Alex, del que me llevo un gran aprendizaje.

—En todos estos años de hacer discos y canciones, ¿alguna vez te aburriste de vos, de tu estilo, hasta necesitar que viniera alguien a romperte tus propios esquemas?

—No sé si “aburrimiento” es la palabra, pero sí siento que cuando escribo hay una ausencia total de objetividad. Sí necesito que alguien más escuche, otro oído, y en ese sentido siento que me viene bien. Y siempre he trabajado con gente desde ahí, o incluso amigos que vienen y escuchan. Solo con eso ya me puedo salir de mi encierro. Es algo que necesito bastante.

"Cuando escribo hay una ausencia total de objetividad"

Julieta Venegas

—En el último tiempo estuviste mucho en territorio uruguayo, y en contacto con una nueva generación de músicos. En un concierto en el Antel Arena, por ejemplo, compartiste con Papina De Palma y Eli Almic. ¿En qué sentís que te transformó todo ese paso por Uruguay?

—Yo siento que la música en Uruguay se piensa desde una manera muy distinta que en otros lugares. Hay algo muy especial en la música uruguaya, raro; son muy personajes. Y eso me parece superatractivo, que se enfocan y se vuelcan en lo artístico sin pensar en modas ni estilos. Incluso Eli, que hace hip hop, creo que tiene mucha personalidad; es una hiphopera rara y especial, con mucho discurso. A mí me parece interesante que siento que no están atados a una cosa de moda, genérica, sino que cada quien tiene algo individualmente muy interesante y persigue eso. Y eso me gusta mucho. Lo que me gusta además es que en Uruguay me puedo permitir hacer cosas chicas, y eso me ha enseñado un montón. Hacer shows en lugares más chicos, irme al interior… Necesitaba mucho de la gira que hice en el interior de Uruguay (en 2019), porque yo estaba como reconectándome con estar en el escenario y tocar, pero necesitaba hacerlo sola, sin la estructura gigante que tenía antes. Y eso es algo que no se me olvida más, porque realmente me sentí muy agradecida de cómo la gente me recibió. Fue una experiencia superbonita para mí, entonces siento mucha cercanía con Uruguay, no solo porque ahora vivo más cerca, sino porque hay algo ahí que siento que puedo volcar. Me siento muy aceptada.

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