ENTREVISTA

Estela Magnone cede. Primero, entrega el crédito: dice que la idea de Lazos, su nuevo disco, se la debe entera a Fabián Marquisio, su compinche y socio en producción desde la época de Pies pequeños, en 2012. Fue él, también músico, el que le dijo que debía hacer un álbum de dúos, y ella pensó que sí, que estaba bien, que podía. Que quería.

Después cede el protagonismo. En los 15 temas y un bonus track que integran Lazos (Bizarro Records, 2022), casi todas las canciones son abiertas por sus invitados, de Lucas Sugo a Sandra Mihanovich, de Florencia Nuñez a Kung Fu Ombijam. Es un disco de Magnone, pero ella elige el segundo plano: la estrella son los otros y después, o antes, está la música.

Cede, también, la trascendencia. Ella, una de las mujeres compositoras fundamentales de la música uruguaya, usa oraciones cortas, risas elocuentes y un tono ágil que parece avisar, siempre, que es tiempo de hablar de las canciones. Que lo estelar es un espacio incómodo.

“Este disco es como un resumen de mi historia musical, y un sacarme las ganas de grabar con gente que me encanta”, dice en un momento.

-¿Qué dice el resumen de vos?

-¿Tengo que decir yo? Yo no sé qué dice. ¿A vos qué te parece? (Se ríe) No sé... Las canciones hablan de mi vida, de cosas muy cotidianas, muy afectivas, próximas. Así son todas.

Para Lazos, Magnone decidió trabajar con aquellos temas que han sido, en general, lados B de su repertorio. Se resistió incluso a grabar “Andenes”, uno de sus clásicos; al final entró como bonus track, porque Marquisio (siempre Marquisio) le propuso grabarlo en un asado, en una guitarreada, casi con espíritu de fogón. Fue un acierto.

La otra decisión fue la de abrir la cancha. Invitó a jugar a Lucas Sugo, uno de los principales cantantes de música tropical del país, tan lejos de sus influencias de música académica y sus años de trabajo con Eduardo Mateo o Jaime Roos. Invitó a la argentina Sandra Mihanovich, a su colega de todas las horas Laura Canoura, a sus amigas jóvenes Florencia Nuñez y Melaní Luraschi, a Kung Fu Ombijam que es rapero, al Pitufo Lombardo que viene y bebe del candombe.

Están, además, Ana Prada, Malena Muyala, Shyra Panzardo, Cristina Fernández, Sofía Martínez, Diego Matturro y el propio Marquisio.

El resultado es, quizás, el disco más rítmico y colorido de la cantante y pianista que integró Travesía y Las Tres, fue dupla de Jaime Roos en el exquisito Mujer de sal junto a un hombre vuelto carbón y tuvo, en los últimos 10 años, su etapa más prolífica: lanzó cuatro discos solistas y estuvo en los tres de Villazul, el proyecto creado para niños con TEA, codo a codo con, claro, Marquisio.

Lazos va de la mistura de “Contra la corriente” al bolero moderno en “Que te olvide”, de la ternura de “Cascabel” al folk electrónico y misterioso de “Todo en tu vientre”, y resignifica un repertorio marcado por las armonías y la elegancia.

“Fue medio experimento”, dice la cantante, sintética.

Fue, también, la despedida de Daniel Magnone, su hermano fallecido este año. Un mes antes de su muerte, Estela y Daniel grabaron “Llama”, originalmente en el disco Siestas de mar de fondo (2019).

“Él quería hacer un disco, que no tuvo tiempo, y por suerte quedó esta canción. Todo el mundo me dice: ‘Qué linda despedida’”, cuenta la compositora. “Y además es un reflejo de la familia: es bien coral, como somos nosotros, como siempre fuimos. La grabamos en el estudio de Rada, con mi cuñada Mayra (Hugo) y mi sobrino Mateo (Magnone). Cantando juntos, como siempre”.

Ahora que mira para adelante, Estela imagina una presentación de Lazos pero no piensa en lo que vendrá ni en si este disco, moderno y abierto y tan variado, le traerá otro público.

-¿Nunca le pedís nada a la música?

-No (se ríe). Voy andando y no me propongo más que grabar un disco, ponele. Y no me lo propongo con un fin. Grabo las canciones, hago lo posible para que salga lo mejor posible, y después se va al viento. Y si le gusta a la gente, divino. Primero me tiene que gustar a mí.