Redacción El País
El jueves, La Kermesse volvió a Montevideo para su tercera visita en lo que va del año. Tras encabezar el Cosquín Rock Uruguay en mayo y presentar dos funciones agotadas en Sala del Museo en julio, el grupo argentino regresó para seguir celebrando sus 10 años con un show en la carpa de Sitio.
El proyecto, integrado por cuatro exmiembros de Los Redondos —el saxofonista Sergio Dawi, el bajista Semilla Bucciarelli, el guitarrista Tito Fargo y el baterista Hernán Aramberri—, actuó ante un recinto repleto y repasó los clásicos del repertorio ricotero en un recital de alto voltaje.
El arranque con “Fuegos de Oktubre” marcó el tono de la noche. Desde el inicio se reafirmó la conexión emocional del público con esas canciones: no solo se coreaban las letras, también los riffs de Skay Beilinson y el fraseo de saxo de Dawi. El pogo, por supuesto, fue una constante.
La Kermesse, con cuatro cantantes, atravesó todas las épocas de la banda: “TV Führer”, “La bestia pop”, “Preso en mi ciudad” y “Roto y mal parado”, de los primeros discos, convivieron con temas de Lobo suelto (1993) como “Susanita” y “Un ángel para tu soledad”.
En julio, Dawi había explicado en diálogo con El País: “Tenemos un público bastante joven, pero también está el que viene con el padre, el tío y hasta el abuelo. Son dos o tres generaciones que han seguido con este ‘Mundo Redondo’”. Y eso se notó en Sitio: el show funcionó como un auténtico encuentro generacional.
“Montevideo siempre fue un lugar donde quisimos mostrar lo que hacíamos desde el principio”, agregó entonces. “Hace 10 años que vamos, y cada vez hay más repercusión. Para nosotros es notable. La empatía con el público uruguayo es increíble”.
En aquella entrevista, previa a sus shows en Sala del Museo, Dawi también comentó que la banda llegaba con una puesta visual pensada para acompañar las canciones. Y si en esas funciones las visuales fueron decisivas, en Sitio el efecto fue aún más contundente: largas telas blancas colgaban sobre el escenario y recibían proyecciones que potenciaban canciones como “Todo un palo”, “Vamos las bandas” y “Luzbelito”.
El espectáculo, dividido en tres partes —y con dos intervalos—, dejó varios momentos destacados. Christian Cary, cantante y guitarrista de La Triple Nelson, subió como invitado para tomar la voz principal en “Aquella solitaria vaca cubana” y “Un poco de amor francés”. Se llevó una ovación.
Más tarde volvió para “Vamos las bandas” y “Criminal mambo”. Esta última, uno de los puntos más altos de la noche, incluyó la participación de Tabaré Rivero, quien intercaló un fragmento de “Padre nuestro”, una joya del blusero uruguayo Leo Antúnez.
El cierre fue a lo grande: el pogo llegó a la cima con “Ya nadie va a escuchar tu remera” y, por supuesto, “JiJiJi”. “Gracias y más gracias por compartir con nosotros, con estas canciones y esta energía, por 10 años”, dijo un conmovido Dawi. Fue otra confirmación de que La Kermesse ya juega de local cada vez que vuelve a Uruguay.
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