Cosquín Rock Uruguay 2025: crónica del día uno y de la noche en que Abuela Coca celebró su vuelta a lo grande

Desde el regreso de Abuela Coca a los clásicos de Los Redondos a cargo de La Kermesse, el primer día del Cosquín Rock celebró la diversidad musical en la Rural del Prado. Hoy continúa el festival.

Cosquín Rock Uruguay 2025.
Cosquín Rock Uruguay 2025.
Foto: Difusión.

Las pantallas gigantes lo resumen todo: “Cinco años de música, de manija, de amigos, de pogo”. Es viernes y cae el sol en la Rural del Prado. En medio del frío de un otoño que se va apagando, arranca la quinta edición del Cosquín Rock Uruguay. Para quienes ya estuvieron antes, la postal resulta familiar: los dos escenarios principales —ahora llamados Antel 1 y Antel 2— vuelven a ocupar uno de los extremos del ruedo. La fórmula se mantiene: cuando termina un show, ya empieza el siguiente. En estas primeras ocho horas, no hay respiro.

A un costado, entre galpones de bovinos y calles internas, se arma otro universo: el escenario alternativo, esta vez bautizado Volkswagen, inaugura el festival a las 17.20 con Vitrola Sur. El aire tiene algo de reencuentro anual, mientras grupos de amigos y familias se mueven entre puestos y carpas. Pero también hay novedades. A pocos metros, el Galpón de la Catalina propone una experiencia distinta: un tablado techado para 300 personas donde Agarrate Catalina reinterpreta clásicos propios y ajenos con espíritu de sus "Cantarolas" e invitados sorpresa. Habrá tres pasadas por jornada.

Rodra entrega una de las primeras postales del viernes con una versión aterciopelada de “Tus ojos”, una canción íntima que se expande con las armonías de Eileen Sánchez y Nury. Más tarde, toma el micrófono: “Estamos representando a nuestra generación que labura diariamente en bares, teatros y calles, musicalizando un poco lo que sentimos, dándole voz a este presente”.

Sin descanso, la energía sube en el Antel 2 cuando Agustina Giovio irrumpe entre bailarines, visuales y una banda rockera, para llevar el universo de Generación de cristal —su disco debut— al escenario. Arranca, justamente, con la canción que le da nombre al álbum, y hasta canta sobre una mesa con una torta que termina apuñalada en plena interpretación. Entre las “ovejas negras” —como Giovio llama a sus seguidores— que están en las primeras filas, suenan los coros de “Rockstar” y “Makina Fanatik”. También se da el primer cruce de artistas del festival: Rodra vuelve para una poderosa versión de “Malísimo”, de Rada, junto a Clari Hill, y Balta irrumpe para interpretar “Yerba mala”.

Agustina Giovio en el Cosquín Rock Uruguay.
Agustina Giovio en el Cosquín Rock Uruguay.
Foto: Difusión.

La primera visita internacional llega de la mano de Nafta, el grupo argentino que toma la posta con un show hipnótico. Su groove suave y climático, entre el soul y el R&B, sintoniza con la energía calma del atardecer montevideano. En “Quiero verte”, el saxofonista Guillermo “Willy” Avender —con fiebre y “sudando como ballena en ascensor”, según Magamo— se entrega por completo al trance sonoro que propone la banda, y por un momento parece olvidarse del malestar.

Pero la calma dura poco. Apenas Nafta se despide con "Andate", Trotsky Vengarán sube al escenario con una jugada irónica y desafiante. Suena la “Marcha Imperial” de Star Wars, y Guillermo Peluffo irrumpe: “La comisión directiva nos deja tocar esta canción”, lanza, en referencia a la polémica con Nacional por las camisetas usadas antes de la Marcha del Silencio. Entonces, dispara "Ni olvido ni perdón". Más adelante, dedica “Detrás del arco” a "todos los hinchas que no nos merecemos esta directiva del ojete”.

Pero más allá de eso, Trotsky ofrece un set explosivo, perfecto para el espíritu del Cosquín. El público que bailaba tímidamente con Nafta es rápidamente reemplazado por banderas de Nacional, Peñarol y Uruguay que se alzan desde el primer acorde distorsionado. Entre clásicos como "Ya no puedo parar", "Noche de rock", "Tarde de sol" y "No me digas que no" —que Peluffo y los más fieles corean con el puño en alto—, se desata ese pogo al que aluden las pantallas gigantes. Uno de los puntos altos llega con una versión furiosa de “La vida duele pero la quiero vivir”, con Clipper como invitada.

Mientras Trotsky descarga su golpe punk-rock en el ruedo de la Rural, en el escenario Volkswagen, Indios toma la escena con Joaquín Vitola moviéndose con naturalidad, carisma y sensualidad mientras canta temas de Besos en la espalda y el recién salido Artificio. A pocos metros, en el Galpón de la Catalina, la murga recibe a Dostrescinco, Ana Prada, Pablo Silvera y Agustina Giovio como invitados. Los últimos dos entregan una versión de “Nos dijimos todo” que estalla cuando casi 20 voces corean el estribillo al unísono. El resto canta desde los asientos del galpón.

El Galpón de la Catalina.
El Galpón de la Catalina.
Foto: Difusión.

A las 20.15 llega uno de los momentos más esperados: el regreso de Abuela Coca tras siete años. En el escenario se reencuentran Gonzalo Brown, Chole Gianotti, Martín Morón y el resto de la banda. Abren con “El artesano” —con la línea “será precioso cuando se haga realidad” estampada en la remera de Brown— y la alegría se percibe en el rostro de los músicos. Suenan “Walking”, “El ritmo del barrio”, “Se duerme otra vez” y “Asesinos son”, en medio del entusiasmo del público. La postal más emotiva llega con “Santa soledad”, cuando Chole se lanza al público, y se potencia en “Cría cuervos”, con Brown y Chole sin camiseta, gritando con rabia.

“Gracias por querernos tanto, por sabernos esperar. Esta fue una noche de resurrección. El milagro fue hecho: Abuela Coca con ustedes”, dice Brown. Chole anticipa que en 2026 la banda cumplirá 35 años, así que todo parece indicar que este regreso recién empieza.

Y si algo deja claro esta seguidilla de shows es la versatilidad de la grilla, uno de los grandes aciertos del Cosquín Rock Uruguay. Después de semejante golpe emocional del reencuentro de Abuela Coca —con su fusión de candombe, funk, rock y reggae como bandera—, Miranda! transforma el ruedo en una pista de baile multicolor. Ale Sergi y Juliana Gattas repasan sus himnos electropop con energía y despliegue visual: suenan “Ya lo sabía”, “Fantasmas”, “Mentía”, “Prisionero”, “Don” y “Yo te diré”, entre coreografías, pantallas y feats virtuales con Emilia Mernes y Tini. Incluso el más reticente se sorprende tarareando los estribillos que tanto han sonado en las radios.

Entonces, el golpe más oscuro de la noche: Dillom irrumpe con guitarra eléctrica para un show oscuro, distorsionado y cargado de teatralidad. Su rap se vuelve casi heavy metal, con una puesta que cruza punk y horror show. “Mick Jagger”, “Ola de suicidios”, “Mi peor enemigo” —con la voz de Calamaro por los parlantes—, y el trance brutal de “Muñecas” confirman a Dillom como uno de los artistas clave de la escena argentina.

En el resto del predio, la Catalina sigue celebrando encuentros musicales e invita a colegas como Samantha Navarro y El Plan de la Mariposa. En el escenario Volskwagen, Bhavi mete al público en el universo de Bhavilonia, su nuevo disco, y se disfraza de su alter ego medieval y extravagante. Allí, más adelante, habrá lugar para el pop de Benjamín Amadeo y el rap que ofrecen Miel y Kira1312.

En los escenarios principales, El Cuarteto de Nos arrasa con un pogo intergeneracional de la mano de "El hijo de Hernández”, “Ya no sé qué hacer conmigo”, “Yendo a la casa de Damián” e “Invierno del 92”. También estrena “Cara de nada”, del disco Puertas, publicado el jueves; y hasta retoman su ya clásico "Contrapunto para humano y computadora", donde Roberto Musso se enfrenta a una voz computarizada en una pelea de gallos. Buitres sigue con un show explosivo. Repasan temas como "Mincho Bar", "La copa", "Milonga rante'" y cierran con "Buitres" y el infaltable grito colectivo de: "Toca Buitres, y si muero hoy, el cielo puede esperar".

El cierre queda en manos de La Kermesse Redonda, que convierte la noche en un ritual ricotero a cargo de varios de los exmúsicos de Los Redondos. El público corea cada himno: “Música para pastillas”, “Un poco de amor francés”, “Todo un palo”, “La bestia pop”, “Motor psico”, “Vamos las bandas”, “Ya nadie va a escuchar tu remera” y, por supuesto, “Jijiji”.

El primer día del Cosquín Rock Uruguay celebró la versatilidad, los reencuentros y el pogo. Hoy continúa con otras ocho horas de música, con shows de No Te Va Gustar, La Vela Puerca, Eté & Los Problems, El Club de la Cumbia y más.

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