Cumbia Club volverá mañana a la Rambla de Punta Carretas para cerrar el año con una fiesta que funciona como celebración del camino recorrido. El show comenzará a las 20.00, tendrá invitados sorpresa —un sello de la casa— y un formato pensado para una convocatoria masiva. Las últimas entradas se venden en RedTickets por 1.490 pesos.
Detrás de esa postal hay una historia construida paso a paso. Cumbia Club nació en 2016 como un grupo que versionaba clásicos de la cumbia villera con una idea clara: reunir gente, bailar y pasarla bien. En 2019, ese impulso tomó una forma más estable con la creación de El Club de la Cumbia, un after office que hizo de la Sala del Museo su casa y que terminó de consolidar algo más grande que una banda: una comunidad sostenida por el ritual y el boca en boca.
Ese espíritu inicial no dejó de amplificarse. Hoy, Cumbia Club es un proyecto que combina convocatoria, identidad y una lógica de encuentro compartido. A sus habituales presentaciones en la Sala del Museo —11 funciones solo en 2025— se suman algunos hitos recientes: un Velódromo Municipal colmado, dos carpas de Sitio agotadas y una presencia cada vez más frecuente en escenarios de Buenos Aires.
En paralelo, el grupo publicó un disco en vivo con nueve canciones registradas durante su show del año pasado en la Rambla de Punta Carretas y estrenó tres colaboraciones internacionales: “Hoy”, junto a la argentina Natalie Pérez; “Vuelve corazón”, con la peruana Milena Warthon; y “Yo no sé”, junto al chileno Vladi Cachai y el uruguayo Rodridi.
Ese recorrido incluyó también el regreso al Cosquín Rock Uruguay —donde ya había actuado en 2023—, esta vez como cierre del festival. Con Miss Bolivia, El Mono de Kapanga y Julián Kartún como invitados, el set hizo bailar a la Rural del Prado, que venía de escuchar a La Vela Puerca, y presentó un desafío particular. “Estábamos bastante nerviosos”, cuenta el cantante Hernán Díaz. “Tenemos una impronta bastante asociada al rock, sobre todo por la instrumentación, y nos preguntábamos cómo nos iba a recibir ese público. Pero también nos dejó una convicción clara: esto hay que defenderlo más que nunca”.
Esa fue la actitud que el grupo adoptó en setiembre, cuando fue invitado a musicalizar la previa del partido entre Uruguay y Perú en el Estadio Centenario. “Fue algo muy nuevo para nosotros, sobre todo porque muchas de las personas que estaban ahí no nos conocían. Además, estaba toda la gente que veía la transmisión desde su casa, así que el desafío era todavía más grande”.
La jornada futbolera, que además tuvo a Jorge Drexler, la SUSI y la Rueda de Candombe como show de entretiempo, terminó con la selección uruguaya clasificada al Mundial 2026 y a Cumbia Club tocando junto a Soledad Ramírez y El Reja, mientras los jugadores celebraban en la cancha. “Eso, para nosotros, fue un regalo”, destaca Díaz.
Con ese recorrido a cuestas, el grupo llega a la Rambla de Punta Carretas para un nuevo encuentro con su público. La propuesta estará dividida en dos tandas y contará con numerosos artistas invitados. Los nombres se mantienen en reserva —otro sello de la casa—, aunque el cantante adelanta a El País algunas pistas. “Va a haber una gran diversidad”, asegura. “Hay gente que viene del rock, otra más cumbiera y otra con un color más cercano a la balada. También hay amigos de ruta que han compartido con nosotros y gente que llega por primera vez”.
Para tener una referencia de esa versatilidad, el disco en vivo Rambla de Montevideo funciona como antecedente. Por aquel concierto pasaron artistas como Lucas Sugo, Ruben Rada, Larbanois & Carrero, Juanchi Baleirón y Matías Valdez. La idea, adelanta Díaz, es repetir la dinámica y grabar el show de mañana para publicar canciones más adelante.
Pero con un arco estilístico tan amplio, ¿qué tiene que tener una canción para pasar por el tamiz de Cumbia Club? Díaz dice que la clave está en el tempo. “Eso es fundamental para versionar directamente a cumbia, pero también hemos encontrado otros géneros, como el cuarteto y la bachata, que nos dan más recursos para adaptar más canciones”.
Esa diversidad —siempre atravesada por lo bailable— es central a la hora de darle forma a cada repertorio. “Nos interesa contar un cuento y trabajar con distintos matices para que cada momento se destaque”, señala. “Nos gusta empezar bien fuerte, pero si todos los temas son como ‘Pibe cantina’ o ‘Hasta que salga el sol’, se vuelve insostenible. Por eso, para nosotros, es clave generar una dinámica que tenga de todo”.
Ese enfoque se apoya, además, en una idea de comunidad que la banda busca sostener en cada show. Para Cumbia Club, un show no es una experiencia unidireccional, sino un espacio horizontal. “Es una cuestión omnidireccional: la banda propone y la gente también”, dice. “Por eso nos preocupa que la experiencia esté cuidada: el público puede llegar con la mejor energía, pero si hay demoras o percances, el clima cambia. La idea es que todo invite a soltarse y bailar”.
Si bien el regreso a la Rambla de Punta Carretas será el cierre de año, eso no implica una pausa. Cumbia Club ya tiene dos shows de gran despliegue previstos para la primera quincena de enero, el jueves 8 actuarán en Open Park, en Punta del Este, y el sábado 10, en Club Los Titanes de La Tuna. En esa noche compartirán grilla con los DJs Sanata y Calientacama y con Dúo Piranha. Las entradas para ambas actuaciones se venden en RedTickets.
En la previa del recital de mañana, el clima es de expectativa y concentración. “Hay mucha ansiedad porque es un evento enorme”, reconoce Díaz. Pero, como ya ocurrió en aquella actuación en el Cosquín Rock Uruguay, la convicción es la misma: salir a defender las canciones y confiar en el camino recorrido. “Eso nos da la tranquilidad de haber hecho todo lo posible para entregarle a la gente lo mejor”, cierra.
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