La larga fila que serpentea en el atrio de la Intendencia de Montevideo tiene un solo motivo: Nicholas Sparks está firmando ejemplares en la Feria Internacional del Libro. Habrá unas 400 personas -la gran mayoría mujeres- con alguno, o varios, de la docena de los best sellers del estadounidense que está por primera vez en Uruguay.

Aparecen, así, ajadísimas ediciones de Diario de una pasión, la novela que con su adaptación al cine convirtió a Sparks en uno de los escritores más populares del planeta. Y muchos tienen ediciones recién compradas de Un mundo de ensueño (Rocaeditorial, 750 pesos), la novela que acaba de llegar a Uruguay, que hace rato está en la lista de best sellers del New York Times y tiene todo para complacer a sus lectores locales.

Es la historia de amor de Colby Mills, un granjero que vio frustrado su sueño de ser un músico profesional y Morgan, una chica rica de Chicago que también sueña con lo mismo. Hay además otra trama que aporta tensión a la historia.

Sparks tiene 57 años y, según la biografía de solapa, es autor de 23 libros que se han publicado en más de 50 idiomas con más de 150 millones de ejemplares vendidos. Esos textos han sido la base de 11 películas y, luego contará, hay tres más prontas para avanzar.

Durante la firma de libros, Sparks se mostró profesional y simpático con los uruguayos que se acercaron a demostrarle lealtad a cambio de un autógrafo. Se sacó foto con cada uno y en todas puso su mejor sonrisa.

Una hora antes, Sparks había charlado con El País.

-Es su primera visita a Uruguay, pero está en gira mundial acompañando Un mundo de ensueño. ¿En qué países es más popular?

-En Brasil y Filipinas soy una gran estrella. Eso me ha sorprendido. Recuerdo una firma de ejemplares en un enorme shopping de Manila: me sentaron en el atrio y todos los pisos estaban llenos de fanáticos.

-¿Por qué Filipinas o Brasil?

-Podría decir porque son gente muy romántica. Es sabido que en Brasil la gente es muy pasional.

-Cuando uno escribe Nicholas Sparks en el buscador de The New York Times, lo único que aparece son sus eternas presencias en la lista de best sellers, pero nunca le hicieron una entrevista a pesar de su enorme popularidad. ¿Por qué?

-En parte es porque hay una tendencia a hablar con autores que no son tan conocidos para presentárselos a nuevos lectores y, además, se tiende a escribir de autores que disfrutan los editores de los periódicos.

-Y sin la ayuda de los diarios nacionales, ¿cómo hizo para tener un público así de grande?

-Es un poco por las historias. Hay algo en ellas que probablemente sea lo que hace que un libro sea popular: estilo, personajes y la trama. O sea los elementos que hacen que uno no pueda parar de dar vuelta las páginas. Y he tenido suerte que, ya desde el comienzo, una gran cantidad de personas sintieron que Diario de una pasión tenía esos elementos y la empezaron a recomendar. Y después vino la película y las adaptaciones le presentaron mi trabajo a una audiencia mayor. En Estados Unidos el 15% de la población lee un solo libro al año pero las películas las conocen todos. Así que muchos llegaron por el cine.

-Por la razón que hayan llegado se han mantenido fieles a usted. ¿Cómo vive eso?

-Es interesante y uno de los momentos más felices de las giras es cuando a las firmas vienen la abuela, su hija y la nieta y las tres tienen historias con mis libros. Soy muy afortunado de que mis novelas sigan resonando a través del tiempo.

-Diario de una pasión no solo es un clásico del cine sino que ahora es un musical. ¿Imaginó esa vida para el libro?

-Todos tenemos sueños de escribir un libro y que se vuelva una película. O cuando somos adolescentes soñar ser una estrella del deporte. O ir a la Luna. Pero no quiere decir que lo vayamos a lograr. Tenía esperanzas y sueños pero nunca pensé que 25 años después la novela pudiera ser tan pero tan popular. Diario de una pasión está entre lo más visto en HBO Max, por ejemplo. ¡Y ahora hay un musical! Soy un hombre afortunado. Hay algo en esa historia que resuena en un nivel profundo por ejemplo, para quienes conviven con el Alzheimer, pero también tiene que ver con que todos queremos ser amados para siempre no importa lo que pase.

-Recién hablaba de su estilo. ¿En qué tradición literaria se ubica o cuáles son sus referentes?

-De joven leí mucho a Stephen King y también leí su libro sobre el oficio, Mientras escribo. Una de los elementos que nunca se pueden dejar de lado es intentar contar una historia interesante que mantenga atrapado al lector. Y King decía que recién en una segunda lectura, hay que volver para atrás y ver cómo quedó. Y ese ha sido mi impulso para escribir. Y está John Steinbeck, que va siempre al grano o la manera que Saul Bellow describe la sensación de venirse abajo.

-¿Cómo se le apareció Un mundo de ensueño?

-Quería escribir una historia sobre gente más joven y traer algo de cultura moderna a la conversación. Y también quería que dos personas se enamoraran por una pasión compartida porque a veces se usa eso de que los opuestos se atraen. Quería poner eso en una historia sobre perseguir un sueño y cómo es rendirse y cómo es tener éxito. En muchos de mis libros, y está en este, me gusta escribir sobre lealtad que es lo más duro de cumplir. Me pareció intrigante y me gusta poner a los lectores en la posición de preguntarse qué harían ellos ante una situación así. Y, claro, quería que la novela fuera diferente y agregué una historia secundaria que tiene mucho suspenso y una constante sensación de peligro.

-Sus personajes -aquí son Colby y Morgan- siempre son fuertes. ¿Alguna vez toman el control?

-Hasta cierto punto, a veces se encargan de algunos asuntos pero cuando empiezo una novela ya se cómo va a ser el comienzo, el final y cuatro o cinco elementos.

-¿Un mundo de ensueño ya va camino a ser una película?

-Sí, el guion ya está escrito. También Cuando los deseos se hacen realidad y El regreso tienen guion pero la huelga de escritores en Hollywood demoró todo pero podrán entrar a rodarse en 2024.

-Hablábamos recién de shoppings repletos de fans en Manila pero ¿cómo es la fama de un best seller? ¿Lo reconocen mucho por la calle?

-Rara vez. En 28 años de escritor creo que me han reconocido, no sé, ¿seis veces? Sin contar, claro, el pueblito en el que vivo, donde todos me conocen pero porque soy el entrenador del equipo escolar. Pero más allá de eso, poco. He estado sentado al lado de una mujer en un avión que estaba leyendo mi libro y lo cerraba con la foto del autor hacia arriba y al final del vuelo, le dije si quería que le firmara el ejemplar y me contestó “¿por qué iba a querer eso?”. Es muy raro.

-Ser un best seller tan tempranamente en su carrera por un lado debe ser liberador (ya consiguió lo que todos buscan) pero puede ser una presión de repetir ese éxito. ¿Cómo vive eso?

-La presión viene de mi propio deseo de escribir la mejor de mis novelas, una que todo el mundo diga “es esta”. Aún no llegué a eso.