Amy Nicholson, The New York Times
El director Denis Villeneuve y el actor Timothée Chalamet llegan hablando en francés entre ellos. Villeneuve es de Quebec; Chalamet nació en Nueva York pero tiene doble ciudadanía estadounidense y francesa. El asunto del día es el genocidio galáctico y los mesías dudosos, temas centrales en Dune: Parte Dos la segunda entrega de la epopeya espacial basada en la novela de 1965 de Frank Herbert que ayer se estrenó en Uruguay.

“No nos hemos visto hace un tiempo, así que es como unas vacaciones”, dijo Villeneuve, de 56 años, disculpándose. Cuando les llega el café, las dos tazas tintinean. “Esa es nuestra especia”, se rió entre dientes, refiriéndose a la sustancia psicodélica que sólo se encuentra en el planeta Arrakis de la película. En Duna, las especias son el recurso más valioso del universo. Herbert lo concibió como un polvo brillante con el poder de expandir las mentes, impulsar los viajes interestelares e incitar sangrientas batallas por su distribución. Combina los efectos devastadores del peyote, la lucha geopolítica por el petróleo y la violencia del contrabando de la era de la Prohibición. Multiplica eso por la cantidad de estrellas en el cielo y te haces una idea.

La anterior Duna, estrenada en 2021, ganó seis Oscar. Llegó a su clímax con el vástago protegido de Chalamet, Paul Atreides, secuestrado del complejo minero de especias de su familia y abandonado para morir en el abrasador desierto de Arrakis, patrullado por gusanos de arena hambrientos. Para sobrevivir a la segunda parte, la madre de Paul, Jessica (Rebecca Ferguson), anima a los Fremen, una tribu de habitantes del desierto, a creer que su hijo es su tan esperado salvador. El peligro es que Paul pueda verse inducido a creerlo también, incluso cuando la especia alucinógena lo acribilla con visiones de una yihad librada en su nombre.

—La gente ha descrito su dinámica como la de padre e hijo. ¿Es así como se siente?
Villeneuve: Al principio sentí mucha empatía por Timothée porque estaba avanzando en una producción de esta escala. Él tiene la edad de mis hijos y yo estaba tratando de encontrar formas de cuidar a mi nuevo amigo. Quizás fui paternalista.

Chalamet: Estaba agradecido. El porte era tan grande que los actores eran titanes. Sentí un aura protegida.

Villeneuve: Cuando entró al set de Parte 2 fue totalmente diferente. Mucho más confiado. Mucho más sólido. Ya no le impresionaba el tamaño de las cosas. ¡Estabas hastiado!

Chalamet: ¡No!

Villeneuve: Es la primera vez que pude ver crecer a un artista frente a la cámara. Es muy conmovedor.

—Entraste a la habitación hablando francés. ¿Lo usaste en el set como tu propio idioma?
Villeneuve: Sí. Fue la forma en que pudimos encontrar intimidad en el caos. Era nuestro paisaje protegido. Un segundo lenguaje secreto.

Chalamet: Nuestra burbuja.

—El público podría haber salido de Dune: Parte Uno pensando: este chico Paul Atreides es fantástico, no puedo esperar a verlo apoderarse de este planeta. Aquí es donde surge la desilusión.
Villeneuve: Frank Herbert quería que el libro fuera una advertencia contra los líderes religiosos carismáticos. Sintió que había fracasado porque la gente percibió mal sus intenciones. Entonces escribió Dune Messiah, un epílogo en el que se aseguraba de que sus ideas fueran más notorias. Creo que la película es más trágica y dramática que el libro porque se acerca más a las intenciones de Frank.

—Hablaste de hacer Dune Messiah, basada en la segunda novela Dune de Herbert, que comienza 12 años después del reinado de Paul como Emperador del Universo Conocido. Bajo su gobierno, han muerto 61 mil millones de personas.
(Villeneuve insulta en broma a Chalamet)

Chalamet: ¡Yo no lo escribí!

—Pero estás esperando hasta que Timothée sea mayor. Dentro de seis años, ¿le esconderás el protector solar para que envejezca más rápido?
Villeneuve: Siempre lucirá joven. Tendremos que usar la magia de la IA.

Foto: Difusión.

—Sin embargo, las visiones de Paul sobre el futuro no son lo que sucederá, sino lo que podría suceder.
Villeneuve: Sí. Intenté asegurarme de que de alguna manera se pudiera explicar científicamente lo que está sucediendo. Paul es un joven hipersensible a un alucinógeno...

Chalamet: Psicotrópico.

Villeneuve: Una sustancia psicotrópica que da una idea del futuro. No quería que el personaje dijera: “Está bien, sucederá en cinco minutos, me tomo un café”. Como los sueños extraños, son místicos, enigmas. Lo más importante cuando soñamos no son las imágenes, sino las emociones.

—La especia de Frank Herbert era la psilocibina. Le gustaban los hongos mucho antes de que las microdosis de hongos se convirtieran en algo común.
Villeneuve: Es que vivía en California...

Chalamet: ¡En los años 60!

Villeneuve: Un producto de su tiempo.

—Pero la gente también lo considera un adelantado que predijo elementos de nuestro futuro. ¿Qué diría del presente?
Villeneuve: “¡Te lo avisé!” Es aterrador lo preciso que era.

—Ha sido un año difícil para las películas de superhéroes. Esta historia nos pide que pensemos más en los héroes, los elegidos, los salvadores. Timothée, ¿es justo suponer que si quisieras interpretar a un superhéroe, habrías tenido oportunidades?
Chalamet: Bueno, Leonardo DiCaprio me dijo: “Ni películas de superhéroes ni drogas duras”. Lo cual me pareció muy bueno.

Villeneuve: ¿Cuál?

Chalamet: ¡Los sigo a ambos consejos! Pero la película que me hizo querer actuar es una película de superhéroes, El caballero de la noche. Si el guión fuera genial, si el director fuera genial, tendría que considerarlo.

—Duna existe en un mundo post-computadora. Las computadoras fueron destruidas y todos decidieron no reconstruirlas.
Villeneuve: Prohibieron la IA y la computadora. Están intentando aumentar las capacidades humanas biológicamente, en lugar de tener máquinas externas. Duna no es una gran película de ciencia ficción. Se trata más de abrazar una nueva cultura. Para mí, es más interesante explorar la arena. Es más poética y cinematográfica que una nave espacial.

Foto: Difusión

—Con ese espíritu, filmaste en locaciones físicas en Jordania y Abu Dhabi que representaban un planeta donde solo es seguro estar afuera al amanecer y al atardecer. Eso debe significar filmar escenas en una ventana estrecha de luz solar.
Chalamet: Definitivamente. Esas escenas con Chani (el interés amoroso de Paul, interpretado por Zendaya), las filmábamos al amanecer, a veces durante tres días, porque tienes 30 minutos o una hora.

Villeneuve: Da mucho crédito a los actores, porque el director de fotografía (Greig Fraser, que ganó un Oscar por la primera Duna) y el director son tercos y quieren una luz precisa que dura 10 minutos. Hay escenas que en pantalla parecen muy simples, pero que se filmarían en varios entornos diferentes solo para asegurarnos de que tengamos la roca correcta, el color correcto, el momento correcto del día y el sol preciso. Fue construido como un rompecabezas.

—Sin embargo, tuve la impresión de que le agrada un poco de imperfección para equilibrar la grandeza.
Villeneuve: No, no. Es un equilibrio entre la perfección y la vida. La vida es un caos. Soy bastante TOC, pero la actuación siempre prevalecerá. Leonard Cohen dice que cuando hay una grieta en algo, ahí es donde entra la luz. Creo en eso. Una parte de mí intentó hacerlo perfecto. Pero la vida es más fuerte y yo prefiero eso.

—Las imperfecciones hacen que ese mundo parezca humano.
Villeneuve: Me conmueve lo que dices porque es algo que me desafía. A veces sé que el movimiento de la cámara no es absolutamente perfecto, pero hay algo en la actuación que me rompe el corazón. Eso. Elegiré esa toma porque se siente más poderosa.

—Timothée, una vez dijiste que cuando Denis sostenía una copia de Duna, su lenguaje corporal era como el de un niño pequeño. ¿Cómo es eso?
Chalamet: Simplemente es increíblemente entusiasta y juguetón. Se tomaría tiempo para pensar en las cosas o ir al libro. Incluso Austin Butler en entrevistas dijo que creía haber encontrado la voz de Feyd-Rautha (el sádico némesis de Paul), y luego Denis dijo, déjame soñar con ella.

Villeneuve: Él no está aquí, podemos decir eso.

Chalamet: Pero el entusiasmo total de Denis inspira a todos en el set. Cada actor, cada miembro del equipo, quieres que se sienta orgulloso.

Villeneuve: El cine es un acto de presencia, un acto de apertura total. Sé que en el set parezco un niño de cuatro años, lo sé, pero divertirme con los juguetes es mi forma de hacer cine.