Publicidad

Entrevista

Leo Sbaraglia: "Me siento pasando por un momento hermoso porque disfruto de la vida"

El actor argentino charló con El País sobre "Asfixiados", la película filmada en Uruguay en la que comparte elenco con Julieta Díaz; hace de un "energúmeno".

Compartir esta noticia

Por Fernán Cisnero
*
Leonardo Sbaraglia parece eufórico. Va de un lado de otro del salón de hotel que hace las veces de junket de prensa para promocionar Asfixiados, la película que se estrenó en cines locales el jueves. Es otro de los tantos rodajes del actor argentino en Uruguay: la película de Luciano Podcaminsky, que transcurre mayormente a bordo de un velero, se rodó en Punta del Este.

Sbaraglia es Nacho (“un enérgumeno”), el productor de cine que anda detrás de Natalia Oreiro para un proyecto y que, en medio de una crisis matrimonial de las difíciles de superar, se embarca con su esposa (Julieta Díaz) hacia Río Grande. Como sus opuestos se suman al viaje un amigo arquitecto (Marco Antonio Caponi) quien llega con su nueva novia (Zoe Hochbaum).

Es básicamente una comedia dramática para el despliegue de Sbaraglia, quien charló con El País sobre ese personaje y su método actoral. Este es un extracto de esa charla.

Leo Sbaraglia
Foto: Leo Mainé

-Alguien recién le decía que usted es el mejor actor de habla hispana. ¿Qué siente cuando le dicen eso?

-Mucho pudor. Lo más importante es lo que uno siente. Uno se tiene que pensar siempre en el diván hablando con el analista (se ríe). Si yo quiero medir una respuesta, por el termómetro que la paso es pensándome en el diván, hablando sobre mi mismo, sobre mis dudas. Me siento pasando por un momento hermoso porque disfruto de la vida. Y eso lo más lindo, al margen de que lo que hagas te salga mejor o peor. Al disfrutar lo que uno hace, lo hace incluso con más convicción.

-¿Por qué?

-Vas encontrando más cosas, encontrando el juego como una alternativa que antes no estaba. Si la vida no es un juego, ¿qué es?

-¿O sea que estar mejor con la vida lo hace mejor actor?

-No lo sé. En mi caso fue así (se ríe). Siento que se me van demoliendo capas y te vas relajando, te vas soltando, y al estar menos defendido, hace que uno entienda mejor muchas cosas. Algo que te parecía difícil, hoy lo podés encarar aunque tengas miedo.

-En eso de irse sacando escudos e ir cambiando, ¿en qué era mejor aquel actor joven que usted fue?

-Nada. Todo lo contrario, porque sigo trabajando con la misma convicción, con la misma pasión y con la misma dedicación que eran de mis mayores virtudes. Y hoy le doy espacio a lo nuevo, al misterio, a lo que sea. Poder abrir la puerta de lo que uno siente puede ser un horror, y sin embargo, estar ahí y transitar eso y sentirlo es maravilloso. Está bueno poder codearse con la propia oscuridad también y tener el privilegio de tener una cámara delante o un público y poder ponerse creativo en ese lugar, creativo con compañeros y creativo con amigos y creativos con un don nadie, no importa. Estoy muy agradecido con todo lo que fui descubriendo y lo que espero seguir descubriendo.

-¿Existe una manera argentina de actuar?

-Somos muchos y muy diferentes. ¿En que se parece Darín con Francella o conmigo o con Brandoni o Brisky, Rodrigo de la Serna, Fernan Mirás Caponi, Óscar Martínez, Julio Chávez? No tenemos nada que ver. Yo me puedo parecer, en ese sentido, en una escuela o en una formación más próxima a la que tuvo Martínez o Chávez. Pero también uno empieza inevitablemente a absorber cosas de nuestra propia cultura actoral argentina. Y de nuestro propio género, el sainete, muy poco explorado. Y más allá de método que uno elige, también venimos del circo y mirábamos a Olmedo y Portales. O actores que uno admira que también son parte del actor, porque es un lenguaje. Toda esa heterogeneidad podés pensarla de una manera homogénea. En España, por ejemplo, nos dicen que los actores argentinos somos muy naturales como los americanos.

-¿Cómo llegó a un personaje como ese Nacho de Asfixiados?

-A mí Nacho me encanta, me parece que es un personajón que pudimos construir con Juli, con Marco, con Zoe. Con Luciano fuimos encontrando ahí el personaje, que desde que leí el guión lo vi como un energúmeno, como una bestia estructurada, machirula pero con mucho humor e inteligencia. Luciano trabaja mucho en publicidad y está muy acostumbrado a ir metiendo chistes, y entre toma y toma íbamos cambiando. Nos divertimos mucho. Es un lindo personaje para justamente para seguirlo desarrollando.

-¿Conoce gente así?

-¡Hay mucha gente así en este ambiente! Me ha pasado que a todo el mundo, Nacho le hace recordar a alguien.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Leonardo Sbaraglia

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad