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Crítica: "El callejón de las almas perdidas" está llena de estrellas y buenas ideas

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El callejón de las almas perdidas

Estreno

Se estrenó la nueva película de Guillermo del Toro, un policial clásico con Bradley Cooper y Cate Blanchett y otro montón de estrella

A diferencia de sus compatriotas y compañeros de promoción, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón, el mexicano Guillermo del Toro llevó su carrera en Hollywood, hacia la vigencia de los géneros en el cine clásico americano. Y entiende con que se está metiendo.

Mientras los otros dos han armado su prestigio con películas, aparentemente más personales, más inquietas, más “europeas”, Del Toro, ha dedicado esta, su etapa más madura, a mostrar ese amor por lo clásico y a recrearlo con todo su esplendor.

El callejón de las almas perdidas es una evidencia más en ese expediente. Es una película noir, con un elenco superestelar y despliegues de producción que, además de imaginativos son, evidentemente muy caros. Es, encima, una remake de un clásico menor de 1949, que se llamaba igual, la dirigió Edmund Goulding, tenía a Tyrone Power, un guion de Jules Furtham y la fotografía de Lee Garmes. No se podía ser más industrial en esos tiempos.

La versión de Del Toro respeta ese original (y por lo tanto la novelita de William Lindsay Gresham en la que se basaba) aunque le agrega su imaginería visual de escenarios grandiosos, encuadres interesantes y música grandilocuente.

Sabe cómo hacerlo. Del Toro es el responsable de unos de los clásicos más vistosos del siglo XXI, El laberinto del fauno y con La forma del agua ganó dos Oscar incluyendo los de mejor película y director. A eso hay que sumarle que ha dirigido películas “industriales” a las que ha conseguido imprimir un sello propio y eso incluye Hellboy, Blade II o Pacific Rim. En diciembre, Netflix estrenará su animación, Pinocho.

La mejor del lote es La forma del agua donde combinaba melodrama y película de monstruos, lo que puede ser visto como un homenaje a esos géneros pero a su vez una relectura de ellos. Era aquella en que muchacha muda se enamora de monstruo de la laguna.

Antes, Del Toro había demostrado las mismas ambiciones en la (en cierto sentido) fallida La cumbre escarlata. Era la visita de un cinéfilo al terror gótico y no funcionaba del todo.

Ahora es el noir, un género con su propio protocolo y que, en términos generales, hablan de la decadencia de un héroe por decisiones tomadas por esa mala consejera que es la ambición. Muchas veces la culpa la tenía una rubia, a las que, desde entonces se las conoce como femme fatale y, se sabe, son la ruina de cualquiera.

Todo eso transcurría en ambientes sórdidos mostrados en un claroscuro que revelaba la doble moral de los implicados, la maldad que hay en este mundo. Fue, en ese sentido, lo más cerca que estuvo del realismo, el cine clásico estadounidense.

Del Toro toma muchos de esos elementos y los transforma en un espectáculo cinematográfico que se lleva por delante cualquier cosa. El callejón de las almas perdidas es una feria de atracciones llena de ideas visuales aunque un poco excesiva en duración y aspiraciones. La austeridad es de las pocas reglas del cine clásico que el mexicano no consigue cumplir.

El héroe fallido aquí es Stanton Carlisle (Bradley Cooper, justo para el papel) a quien conocemos en el comienzo de una nueva vida de la que surge, literalmente, de las llamas de la anterior. Es un tipo complicado y encuentra una nueva oportunidad en el circo ambulante que lo espera, literalmente, al final del camino.

Allí se cruza con la vidente Zeena (Toni Colette) y su esposo dipsómano (David Strathaim) que presentan un número más cercano a la estafa que a la clarividencia. El recién llegado aprende el oficio y lo utiliza en beneficio propio.

La acción sigue dos años después, con Carlisle convertido en una estrella en la gran ciudad y casado con la leal Molly (Rooney Mara), Carlisle va por un plan más ambicioso. Con la ayuda de una psicóloga con escasa ética y que interpreta Cate Blanchett con mohines, vestuario y melena que delatan su condición. Le pasa los secretos de sus pacientes para que él lo aproveche estafándolos con sus supuestos poderes mentales.

Así se cruzan con un millonario torturado (Richard Jenkins) que tiene varios esqueletos en su placard y que, por lo visto, necesita hablar con al menos uno de ellos. Es para problemas pero Stanton ya está metido solito en un embrollo y no puede parar. El final es devastador e inclemente.

El callejón de las almas perdidas es una película intensa porque Del Toro profundiza la negrura del noir. Aunque los exteriores puedan parecer más o menos suntuosos, en el mundo exterior siempre llueve o nieva. Los personajes caminan condenados a su destino y los únicos que triunfan son las alimañas.

Todo está en su lugar es excelente en algunos de los rubros más importantes: la fotografía es de Dan Laustsen (nominado al Oscar por La forma del agua) y el diseño de producción de Tamara Deverell (los escenarios de la segunda parte son perfectos). Ambos conocen las pretensiones del mexicano y se apegan a la propuesta revisionista y transgresora que se pretende.

No es mejor que La forma del agua, hay que saberlo, pero sí un nuevo paseo en los tenebrosos y vistosos universos de Del Toro y eso siempre será una buena invitación. Acá es el maestro de ceremonias de un circo en el que se aprende que la vida es un carnaval, sí, pero lleno de seres oscuros.

Ficha
El callejón de las almas perdidas ****
Título originalNightmare Alley
OrigenEstados Unidos 2021
¿Donde verla?Se estrena en cines

 Director: Guillermo del Toro. Guion: Guillermo del Toro y Kim Morgan, basado en la novela de William Lindsay Gresham. Fotografía: Dan Lausten. Música: Nathan Johnson. Con: Bradley Cooper, Rooney Mara, Cate Blanchett, Ron Perlman, Toni Collette, Mary Steenburgen, Willem Dafoe, David Strathairn, Richard Jenkins. Duración: 150 minutos. 

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