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"Aquaman y el reino perdido", una deslucida y última aventura para un simpático superhéroe

Se estrenó en cines uruguayos la nueva aventura de este superhéroe subacuático del Universo DC que vuelve a contar con Jason Momoa, Patrick Wilson y Amber Heard en los roles principales.

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Jason Momoa en "Aquaman y el reino perdido".
Jason Momoa en "Aquaman y el reino perdido".
Foto: Difusión.

Es el final de una era. Una menor en relación a lo que significó el universo de Marvel en recaudación e impacto popular, pero era al fin: Aquaman y el reino perdido es la última película del universo cinematográfico de DC como se lo conoce hasta ahora.

El director James Gunn (responsable de Guardianes de la Galaxia de Marvel), junto al productor Peter Safran, tendrán la misión de darle un reinicio a estos personajes que, con capa y superpoderes, defienden a la humanidad. Ya anunciaron el primer título, Superman: Legacy, que llegará en 2025 y tendrá a David Corenswet como Clark Kent, a Nicholas Hoult como el villano Lex Luthor y a Rachel Brosnahan como Lois Lane.

Pero antes, claro, el cierre de la saga Aquaman.

Estrenada en 2018, parecía ser un soplo de aire fresco a los oscuros y traumados superhéroes de DC. Batman, Mujer Maravilla e incluso Superman habían cargado en sus hombros con el peso de no haber podido salvar a sus seres queridos. Pero Aquaman era otra cosa: un superhéroe con el porte de Jason Momoa que se reía de si mismo mientras descubría un universo submarino del cual no solo era parte, sino que también estaba destinado a ser líder.

Aquaman. Foto: Difusión
Jason Momoa en "Aquaman". Foto: Archivo.
Foto: Difusión.

Para lograrlo tuvo que enfrentarse por el trono a su hermano Orm (Patrick Wilson), y también encontrar un tridente perdido, mientras se defendía de Manta Negra (Yahya Abdul-Mateen II), quien quería cobrar venganza por la muerte de su padre.

Aquaman fue, además, un riesgo para su director, James Wan, quien ha estado vinculado al cine de terror (es responsable de las sagas El juego del miedo, La noche del demonio y El conjuro); esta aventura le permitió mostrar un costado gracioso y con mucho más color. La película se convirtió en un éxito que superó los mil millones de dólares en la taquilla mundial, y era inevitable que llegara una secuela.

El resultado apareció recién ahora, cinco años después, con Aquaman y el reino perdido. El estreno llega un año después de lo esperado, tras los embates del mediático juicio de Amber Heard (quien interpreta a Mera) con su exesposo Johnny Depp, y la huelga de guionistas y actores que paralizó a todo Hollywood.

Aunque se especuló mucho con su eventual desvinculación del proyecto, Heard mantiene su participación, pero relegada a un par de frases y escenas de acción. Es, más bien, un rol pequeño.

Esta nueva historia (firmada por el propio Momoa y Wan entre otros), es sencilla y toma a los personajes de Aquaman olvidándose de todo lo que ha ocurrido en el universo de DC desde la irrupción de este acuático superhéroe. No espere apariciones de sus compañeros de La Liga de la Justicia, ni siquiera cuando la acción pasa a tierra firme (a una isla perdida en el medio del Océano Pacífico) o cuando la misión pareciera requerir de ayuda adicional.

Acá, mientras Arthur Curry -el nombre humano de Aquaman- intenta sobrellevar su reciente paternidad y desatiende el trono que tanto le costó obtener, Manta Negra encuentra, perdido en el polo, un tridente oscuro que le da poderes de una antigua civilización vinculada a Atlantis, ideales para contribuir a su objetivo.

Patrick Wilson y Jason Momoa en "Aquaman y el reino perdido".
Patrick Wilson y Jason Momoa en "Aquaman y el reino perdido".
Foto: Difusión.

Aquaman nunca se ha tomado muy en serio su lugar ni sus poderes, y allí radicaba parte del encanto de este personaje que, con los músculos de Jason Momoa y ese desenfado que lo acerca más a Deadpool que a Batman, había hecho de esta película en una de las más esperadas de DC. Lamento ser portador de malas noticias, pero esta entrega no está a la altura de esas expectativas.

En primera medida, eso se debe a que no hay humor: apenas unas dosis esporádicas para alivianar la (poca) tensión que requiere una historia de aventuras. Hay referencias al mundo real, llama “Loki” a su hermano Orm y menciona a la escuela Hogwarts, pero esas escenas quedan perdidas en las dos horas de duración.

En segundo lugar, la aventura tampoco es tan grande, ni requiere de demasiadas explicaciones para que los héroes entiendan qué ocurre o cómo se puede detener al villano.

Jason Momoa en "Aquaman y el reino perdido".
Jason Momoa en "Aquaman y el reino perdido".
Foto: Difusión.

Sí hay una buena banda sonora con clásicos, como en la anterior película, y buenos efectos visuales; pero incluso en las vistosas escenas de pelea entre ejércitos submarinos hay mucha sencillez. Todo es contado con una rapidez que parece no mostrar nada ni da lugar a las sorpresas. No aparecen grandes monstruos, ni hay ayudas inesperadas a último minuto. Todo es demasiado predecible.

“No se ve muy bien”, comentó Jason Momoa sobre el futuro de su personaje en el nuevo universo DC, y si bien reconoció que le encantaría seguir interpretando a Aquaman, dejó en claro que esa continuidad dependía de la respuesta del público. Las primeras impresiones no parecen estar a su favor.

Ya sea el anunciado final de la saga o una pausa temporal, Aquaman y el reino perdido queda más cerca de un entretenimiento menor que de una de las películas de superhéroes más esperadas del año.

Ficha

Aquaman y el reino perdido (**)
Estados Unidos, 2023.
Dirección: James Wan.
Guión: David Johnson sobre personajes de Paul Norris y Mort Weisinger, e historia de Johnson, James Wan, Jason Momoa y Thomas Pa’a Sibbett.
Música: Rupert Gregson-Williams.
Fotografía: Don Burgess.
Con: Jason Momoa, Patrick Wilson, Amber Heard, Yahya Abdul-Mateen II.
Duración: 124 minutos.

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