Es “Virqueen”, la participante de la edición 2024 del reality argentino Gran Hermano, y llega por primera vez a Montevideo para mostrar su faceta como comediante. Este jueves 14 se presenta en Pueblo Narakán de Punta del Este y el viernes en El Comedy con su espectáculo de stand up, Sin censura. Entradas a la venta por Redtickets.
Virginia Demo comenzó en el stand up en 2009, y como comediante participó en Bendita TV y Hora de reír. En charla con Sábado Show, “Vir” habla de su presente, la polémica con Selva Pérez por la cancelación de su show, y su pelea con Eliana Guercio.
—En Uruguay tenés hinchada. ¿Te presentás por primera vez?
—Sí, vamos a ver cómo nos va. Yo ya pasé bastante el flyer. Y sí, me sigue un montón de gente de Uruguay, con el tema que yo defendí bastante a Tato, me hablan un montón y aprovechamos para venir. Ahora vine por La cena de los famosos, y les dije: “a ver si podemos hacer algo de prensa para que se entere la gente que la semana que viene vengo”.
—¿Y cómo ha sido el retomar la vida después de Gran Hermano y toda esa exposición?
—Mirá, apenas salís es una locura. Una locura linda, obviamente, pero súper sorprendente, porque no podés creer el nivel de intensidad. Conocen todo de vos, es increíble. Y yo tuve mucha suerte. La verdad que a mí la gente me adora, he tenido muy poco hate. El hate que tuve fue por la gente de Furia, que era lógico, porque en ese momento estábamos enfrentadas. Ahora con Furia me llevo divino, y ese hate no existe.
—¿Porque la gente termina de ver el programa y pasa a otra cosa?
—No tanto. Hay fanáticos que no sueltan. Pero con la gente normal, no pasa eso. Después, es real eso que dicen de aprovechar el ratito, porque empieza otro GH, y ahora están los chicos nuevos. Pero bueno, por suerte a mí la gente me sigue queriendo, diciendo cosas lindas, parándome en la calle. Además, estuve mucho en el debate con Santi del Moro como analista. También estuve en un debate del stream de Telefe. Lo que pasa es que terminó GH y se terminaron mis laburos fijos.
—¿Y ahora cómo lo enfrentás?
—Y bueno, ahora tengo que remar con lo mío, con el teatro, que está dificilísimo. El stand-up ya de por sí es complicado, y la gente que hoy la rompe, la viene remando hace años. Yo siempre lo hice, desde hace 16 años, pero como podía, más esporádico. Nunca estuve 100% en eso. Entonces no me hice un público ni un nombre.
—Pero ahora estás enfocada en remarla.
—Sí, hay que remarla. Cuando salí de GH, estuve en Legalmente Rubia, pero a la vez me mató con el unipersonal. No lo pude explotar porque estaba en la obra. Hice uno en agosto, se llenó el Picadilly al toque. Después hice en setiembre y en noviembre, pero ya no fue tan fácil. La gente cree que porque saliste de GH y tenés 500 mil seguidores, vendés entradas. Y no. Muchos te siguen ahí y punto.
—Sí, a Selva Pérez la salieron a criticar porque se canceló su obra.
—Sí, vi un poco las críticas a Selva, y me dieron bronca. Porque está difícil para todo el mundo. ¿Qué problema hay si no llenás una función? Y hablaban como si fuese raro no llenar. ¡Lo raro es llenar! Yo muchas veces vendí menos que Selva. Y está carísima la entrada. Ella vendió mucho más que yo y la entrada mía costaba la mitad.
—¿El espectáculo tuyo cómo es? ¿Hablás de GH?
—No tanto. Porque lo que vieron en la casa, ya lo vieron. Hablo de los cambios físicos y sociales que vienen con la edad, de las cosas que te dice la gente, los piropos raros tipo “qué bien conservada estás”. Hablo de eso, de los cambios sexuales también, de situaciones tragicómicas. Mi show es picante, no ordinario.
—¿Y lo aclarás al público?
—Sí, siempre. Prohibido para niños. Porque cuando hay un niño, el público se condiciona. A veces me hacen señas que hay un niño, pero yo no puedo cambiar el show por eso. Después, si son adolescentes, ya depende de los padres. Pero nenes no.
—¿Y cómo es ese público más chico que igual te sigue?
—¡Eso es increíble! Me abrazan con un amor... Yo lloro. El otro día uno me dijo que le gustaba cómo puteaba. Yo creo que es eso, esa forma genuina de ser.
—Ahora que se anunció la Generación Dorada, ¿Te meterías de nuevo a Gran Hermano?
—Si tengo laburos fijos, preferiría estar afuera, en el panel. Pero si no me convocan, me divertiría entrar otra vez. Creo que lo aprovecharía más. Hay cosas que la primera vez padecí, ahora las disfrutaría.
—Nunca se te dio lo confrontativo igual. Ni con Furia, ni con otros...
—Es que no soy peleadora al pedo. Pero si tengo que defender lo mío, lo defiendo a muerte. Me pasó con Furia, me pasó con Emma. No soy agresiva, pero cuando me saco, me saco. Grito que te levanto los techos, pero no me gusta pelear por pelear.
—En uno de los programas con Santiago del Moro, Eliana Guercio te ninguneó. ¿Te dolió lo que dijo?
—Sí. Ella me ninguneó y listo. Yo no tengo su trayectoria, pero la gente me bancó. Me parece que ella buscaba pelea porque pensó que garpaba, pero no. La pelea al pedo no garpa.
—¿Te molesta que te digan “la ex GH”?
—Para nada. A GH le debo muchas cosas. Lo que sí me mata es que no me den oportunidad de hablar de otras cosas. Pensé que el stream de Las Vizcacheras que teníamos por DGO seguía, pero no. Yo quiero hablar de cualquier cosa, tengo años en el espectáculo.
—¿Querés seguir metida en el mundo del stream?
—Sí. Porque antes de GH ya tenía seguidores, me bajaron la cuenta con 96.000 y fue tremendo. Y en pandemia hacía muchos vivos, opinaba, hablaba. Quiero mostrar esas otras facetas.
—¿Te cuesta que te den lugar en los medios?
—Sí. En los paneles, por ejemplo. Me dijeron que opinaba bien, que les gustaba. Pero terminó y chau. Hablé con productores y les dije: “donde encaje, acá estoy”. No me da vergüenza pedir laburo.
—¿Tuviste representante?
—Tuve un ratito, pero no me dio mucha bola. Cuando le preguntaba cada 15 días, me dijo que parecía desesperada. Terminamos ahí. No es desesperación, es pedir laburo.
—¿Y ahora cómo estás con eso?
—Los otros días me crucé con la gente del programa de Vero Lozano y les dije: “si necesitan algo, acá estoy”. Me contestan rebien, pero nunca pasa nada. Yo aviso una vez, no voy a insistir 50 veces.
—Y mientras tanto seguís con el stand-up.
—Sí, lo amo. Siempre fue mi cable a tierra. Porque yo laburaba 12 horas, me iba a Capital a actuar, y volvía a La Plata, renovada. Me hace bien. Ahora quiero tener constancia, aunque sean shows para 20 personas. Hay que fumárselos.
—Ahora venís para hacer funciones en Punta del Este y Montevideo.
—Sí, aprendí a hacer stand-up en lugares así, con mesitas y sillas tipo bar, que se pueda tomar algo. Es mucho mejor que un teatro grande cuando todavía no sos tan conocida.
—¿Sentís que la vez pasada quedó trunca tu visita a Uruguay?
—Sí, nadie se enteró. Las redes no alcanzan. Los otros días fui a Mendoza y el día que me iba me escribían: “¿cuándo venís?”. ¡Ya estuve! Por eso insisto en que hay que hacer prensa, cartelería. Ayer mucha gente me decía: “ni enterada que venías”.
—¿Y qué te pareció la cena de los famosos?
—Súper. Nunca había ido. Hablé con Valeria Ripoll, divina, candidata a vicepresidenta. Me encanta que acá se lleven bien incluso entre partidos distintos. En Argentina la grieta es al cohete y súper agresiva.
—¿Y cómo es la situación política allá?
—Yo espero que alguien haga las cosas bien. Este candidato me está desilusionando bastante. Dice que va a ayudar a los jubilados y después pasa lo que pasa. Me pasó lo mismo con Macri. Mucho verso, mucho robo. Y después, nada.
-
Vicky Turusha, modelo y comunicadora ucraniana en Uruguay: "Mi vida aquí dio un giro"
"Montaña Rusa": la serie éxito que fue escenario para el romance (y separación) entre Nancy Dupláa y Gastón Pauls
Fernando Vilar vuelve a la TV tras delicada cirugía y se refiere a su corte con Peñarol: "Me borré como socio"
Petru Valensky: la noticia que le dio Nacho Álvarez, los ñoquis con el Indio Solari y el deseo que no concretó