Desde hace tres años, Morena Ferreira es parte de TV Ciudad. La modelo y comunicadora de 26 años se ha hecho un lugar en los medios locales gracias a su carisma y su simpatía. Es una de las conductoras de Mirá Montevideo que se emite de lunes a viernes a las 18 por el canal de la intendencia. En esta entrevista con Sábado Show, Ferreira cuenta su llegada al canal municipal, la recepción del público, cómo se han modificado sus rutinas, su mudanza a Montevideo y también del camino que ha abierto, aunque a ella no le guste mucho la palabra referente, dentro de la comunidad trans del Uruguay.

—¿Cuáles han sido los desafíos de co-conducir un programa de televisión en TV Ciudad?
—Han sido muchos. Creo que el desafío más grande es verme en el error. Estoy comenzando una carrera, incursionando en un área determinada, e intento no ser demasiado exigente conmigo, tratar de comprender que todo lleva su tiempo, el aprender lleva su tiempo. Después he encontrado fuerza y un montón de aprendizaje en todo lo que vivo gracias a mi trabajo, que conozco mucha gente, muchas realidades y movidas solidarias. También muchas movidas culturales, artísticas. Eso también es un gran aprendizaje con sus desafíos. Creo que es más lo que gano que cualquier problema o cosa no muy buena que se pueda llegar a presentar.

—¿Cómo ha sido la recepción del público contigo?
—La gente con la que trabajo, conozco muchas personas todos los días por las notas, y era una persona muy tímida, muy introvertida. Me daba vergüenza hablar o conocer gente, tener la respuesta del otro me generaba mucha ansiedad, y hoy en día que tengo que ir y enfrentarme a conocer gente, entrar a un lugar lleno de personas y decir: “hola, buenas, mi nombre es Morena y vengo a hacer una nota”. Yo me sorprendí a mi misma de lo sociable que puedo ser, y de cómo le puedo caer bien a la gente cuando me olvido de esa mirada que pueden llegar a tener, o las cosas que les puede llegar a estar pasando por la cabeza. Eso siempre está pero necesariamente por mi trabajo le tengo que sacar peso porque si no, no podría trabajar. También me he sorprendido de la gente, de lo linda que puede ser. Por ahí no tenía una visión de que la gente pudiera ser tan amable, linda, tan cálida, y me sorprendí para bien en ese aspecto.

—Calculo que sabés que sos una referente de la comunidad trans.
—A mí me cuesta un poco visualizarme de esa manera, trato de no hacerlo para no generarme un peso o una presión extra, pero sé que hasta ahora no han existido, o han sido pocas chicas como yo que hagan lo que yo hago. Entonces, de alguna forma lo sé, y me encanta despertar cosas que están buenas en otras chicas. Muchas me dicen que se animaron a hacer cosas, a estudiar por verme, y eso es muy gratificante. Me hace muy feliz cuando veo que eso sucede.

Foto: Darwin Borrelli.

—¿Te imaginabas hace tres años estar condiciendo en televisión?
—No. Este es mi tercer año en TV Ciudad, y antes que me contactaran, me había imaginado en algún momento trabajar en televisión, pero no pensé que fuera a suceder tan pronto. Me encantó y fue un gran empujón, además de lo que significa trabajar donde trabajo y que me encante lo que hago, aparte significa la posibilidad de poder hacer otras cosas que siempre he querido hacer y que por un tema de posibilidades no podía hacerlo. Por ejemplo estudiar actuación, canto, baile, estudiar idiomas: inglés y portugués que son cosas que me encantan. Arranqué a hacer todo lo que tenía pendiente por cualquier tema, y estoy refeliz. Trato de levantarme a las seis de la mañana para tener tiempo para todo.

—Más allá de todas estas actividades, ¿la rutina de salir a correr de mañana se mantiene?
—Se mantiene. Me gusta mucho el deporte y empezar el día con movimiento. Me parece algo muy saludable, me siento bien y mi día se siente diferente si arranco así. Recomiendo que la gente se mueva en la mañanita o en el horario del día que puedan.

—En una entrevista que te hicieron había varios comentarios acerca de tu voz. ¿Cómo te llevás con las críticas?, ¿lees las redes sociales o lo que se escribe de vos?
—En realidad no presto mucha atención a eso porque es una tontería. Yo me acepto como soy, con mi voz, con mi forma, con mi identidad, con todo lo que soy. Creo que es bastante feo cuando otras personas critican a alguien por un aspecto de su ser que en definitiva no complica a nadie. Mi voz es mi voz y no le tendría porqué molestar a nadie. Más bien creo que las personas a las que les molesta algo de mi ser se tendrían que preguntar por qué y tratar de resolverlo. Lo principal en todo esto es saber que esas cosas no tienen que ver conmigo, sino con algo de esas personas.

Foto: Darwin Borrelli.

—Cuando tenías 14 años entendiste tu identidad y tu familia no lo aceptó de primera. Imagino que es una realidad que le ocurre a muchas chicas trans. ¿Cómo fue reconstruir la relación con tu familia?
—Llevó trabajo construir ese vínculo, hacerlo algo bueno, pero con paciencia y disposición de las dos partes, mía y de ellos y ellas, se pudo formar algo muy lindo.

—Naciste y viviste mucho en Las Piedras, ¿seguís viviendo allí?
—No, vivo en Montevideo, me mudé a Ciudad vieja hace un año. Pensé cómo puedo estar en un programa que se llama Mirá Montevideo y vivo en Las Piedras. No podía ser.

—¿Sentís que ha cambiado la mirada de la gente hacia la comunidad trans?
—Creo que esa mirada se da de manera más respetuosa, o al menos, socialmente no está bien visto que se falte el respeto y es por eso que la gente se contiene mucho más. Sigue habiendo mucho trabajo por hacer, sobre todo en la educación y abrirse a poder educar sobre el tema de una forma real. Y entender las diferencias como algo más simple, no tan rebuscado. También es aprender, porque es muy necesario poder ser y vivir una experiencia para poder aprender, porque en realidad lo que se sabe es muy poco y son muchos prejuicios. Hasta yo misma me he descubierto en facetas mías que por ahí nadie me dijo que fueran posibles, o yo no me lo imaginé tampoco, y a mí me resulta muy lindo aprender de esta experiencia y que la gente aprenda también. Que hay infinitas posibilidades y que está bueno que sea así. Siempre y cuando no se perjudique a nadie. Sobre uno mismo, su cuerpo y su forma, me parece que está bueno vivirlo de la forma más libre posible.