Con 28 años, el músico argentino Santiago Saez lleva un largo camino recorrido. Fue un ídolo juvenil de la serie Go, vive a tu manera (Netflix), pero al tiempo se mudó por casi dos años a Costa Rica. Ahora relanza su carrera con nuevos temas y ya se presentó en Montevideo.
Sobre el escenario de Jackson Bar, el artista estrenó la balada pop Tu Carta, que compuso en homenaje a su novia María que conoció durante su paso por Costa Rica. La letra recurre a símbolos como el sol y la luna para hablar de los vaivenes de una relación marcada a fuego por la astrología.
En diálogo con Sábado Show, el cantante recorre su inquieta historia que incluye giras con guardaespaldas y limusinas durante el momento dorado de su serie, la pérdida del 70% de su voz tras gritar los goles de la selección argentina en el Mundal, su mudanza a Centroamérica y hasta una amenaza de muerte.
—Estás tocando por primera vez en Montevideo, ¿cómo es la experiencia de llevar tu música afuera de Argentina?
—Estoy contento. Me doy cuenta de lo que me da la música y lo disfruto mucho. Tocar de forma profesional y
que la gente venga a compartir con uno es hermoso. Y que sea en otro país en el que me reciben tan bien y
que me permita conocer gente nueva con buena onda es todavía mejor.
—¿No te genera más incertidumbre presentarte ante un público nuevo?
—En ese sentido estoy tranquilo. Me gusta hacer chistes y entablar un diálogo con la gente desde el escenario. Quiero que todos pasemos un lindo momento y confío en que genero una intimidad con la que el público se conecta. Por eso tengo la confianza como para presentarme frente a un público que no me ve seguido.
—¿Te quedó público uruguayo del momento de éxito de la serie Go! Vive a tu manera (Netflix) que integraste en 2019?
—Sí. Durante la serie hubo gente que me conoció, que me sigue en redes y ahora banca mi música. He cantado en Salto, por ejemplo. Me encanta la energía de la gente de Uruguay. He venido con mi familia, y veo que la gente es muy educada y agradable. Da la bienvenida muy notoriamente y eso me gusta porque me considero parecido.
—Después de dos temporadas de furor con la serie, te fuiste a vivir a Costa Rica, ¿cómo fue esa experiencia?
—Me fui porque estaba en un momento de desencuentro profesional y personal. Me la jugué a irme a otro país lejos de mi familia y de todo. Tenía a mi tío allá, que también es músico. Pero iba por mi cuenta, a mi casa, con mi trabajo. Fue un salto de fe. Vendí todo: la tele, la play, la compu. Solo me llevé la guitarra. Resultó en uno de los años más lindos de mi vida. Me sentía vivo y libre. Me iba bien en el trabajo y me hice un grupo de amigos muy lindo. Tenía mi espacio, conocí a mi novia y dormía en una casa en la que se escuchaban las olas de noche.
—Estabas allá en el momento que Argentina gana el Mundial de Qatar, ¿cómo lo viviste?
—Ese día estábamos todos los argentinos en el mismo lugar. De tanto cantar, gritar, tomar fernet y fumar algún cigarrillo me hice pelota. Cuando salimos campeones, en medio de los festejos, me lesioné las cuerdas vocales y me rompí la voz. Me acuerdo que me desperté al día siguiente arruinado de la voz, pero pensé que era porque no me había cuidado el día anterior. Empezaron a pasar los días y la voz se guía muy mal. Después recuperé el 30% y de ese modo me defendí. Hacía covers de reguetón acústico y cantaba temas de Bad Bunny que se mantuvieran en un registro estable.
—¿Eso no te estropeaba la voz todavía más?
—Me hice callos en la garganta y tuve que adoptar una forma muy forzada de cantar. Yo laburaba de camarero todo el día y cantaba cuatro noches a la semana, así que tuve que armar un molde vocal muy duro para exprimir la poca voz que me quedaba. Estuve dos años cantando con la voz rota. Para resolverlo me tenía que operar, pero en el pueblo que yo vivía no lo hacían y el seguro no lo cubría. Fue muy duro.
—Cuando fuiste a Costa Rica después del éxito de la serie, ¿querías alejarte de algo?
—Necesitaba vivir una experiencia lejos de todo y me sirvió para crecer un montón. Mientras grababa la serie también pasé otro de los momentos más lindos. El éxito me permitía invitar a un amigo a comer afuera, hacerle un regalo a mi mamá o a mi hermana e irme a vivir solo. Desde ese lugar estaba contento y a la serie le iba muy bien. Pero lo de Costa Rica era diferente porque siempre había soñado con la posibilidad de vivir afuera.
—¿Hubo algún quiebre que haya motivado tu decisión de irte?
—Diría que un punto de inflexión fue la pandemia. Yo venía de hacer la serie y habían confirmado la tercera temporada. Cada vez nos iba mejor y yo estaba como pez en el agua con mi personaje. Ya tenía cerrado un viaje a San Pablo y a Río de Janeiro. Teníamos guardaespaldas, chofer y toda la locura. Siempre lo disfruté y nunca me abrumó. Pero con la pandemia todo se canceló.
—¿Y cómo te adaptaste a ese período?
—Yo tenía 22 años y no fui lo suficientemente maduro como para exprimir la oportunidad de exposición. Disfruté del ocio después de la pandemia, y siento que perdí la oportunidad. Todavía hoy me reconocen por la serie, pero el momento de auge se me pasó. Tengo amigos que supieron expandirlo, mientras yo me dejé estar. Me di cuenta después, cuando veía que mis amigos trabajaban y yo me estaba estancando. Eso pasó porque ellos se movían y yo me quedé esperando que me llegaran las cosas.
—¿Cómo procesabas esa stuación internamente?
—Estaba con una leve depresión y ansiedad. Me refugiaba en el ruido social y salía mucho de joda. Cuando me fui a Costa Rica me cambió la vida. Entraba todos los días a trabajar a las seis de la mañana y después me metía todos los días al mar. Entrenaba, comía sano y bajé de peso.
—¿Y económicamente cómo te impactó que todo lo que se había generado con la serie se cancelara de un momento para otro?
—Tuve que vivir de ahorros mientras veía qué hacer. Todo lo que hice con la serie lo gasté cuando me mudé solo esos años.
—¿Por qué volviste a Buenos Aires después de la experiencia en Costa Rica?
—En Costa Rica fui muy feliz, pero después todo empezó a caer un poco. Ya estaba extrañando, y no me volvía la voz que era mi principal herramienta. Además yo no era local y había gente que no trataba igual a los que no eran de ahí. En un momento empezaron a aparecer cosas que no me gustaban y sentí que el lugar me empezó a expulsar. Había peligros en la noche y hasta me llegaron a amenazar de muerte.
—¿Cómo fue?
—Pasaba por cosas de la noche, como mirar a alguien que no tenía que mirar. O venía uno muy picante que se cansaba de verme muchas veces en un boliche. Una vez uno vino y me dijo “la próxima que te vea te mato”. Me habían dicho de todo, pero ese me dijo directamente que tenía el arma en la guantera del auto y que sabía dónde y qué días cantaba. Después lo veía en mis shows y me miraba como diciendo “no te hagas el loco”. Yo soy muy tranquilo y no jodía a nadie. Cuando me dijo eso, lo único que hice fue mirar para abajo, levantar las
manos e irme. No me gusta el conflicto. Hay casos de gente que se hizo la loca y apareció en una zanja. Cerca de dónde estábamos nosotros hubo un tiroteo en un evento donde murió un inocente, por ejemplo. No quería
arriesgarme a ese tipo de situaciones.
—¿Tu novia se volvió enseguida con vos?
—Sí. Ella es argentina, se llama María y la conocí hace dos años estando en Costa Rica. Llegó cuando yo ya estaba viviendo allá. Laburaba conmigo. Nos fuimos unos meses a Europa, después volvimos a Costa Rica un tiempo más y tomamos la decisión de movernos para Argentina. Yo viajé primero y a los tres meses llegó ella.
—¿Cómo fue reinsertarte en Buenos Aires?
—En Buenos Aires trabajé como barista un tiempo y después me operé para recuperar al voz. Hice una recuperación en silenció y volví a cantar de a poco. Me puse a componer, a juntarme en el estudio, y ya tenemos varios shows en agenda. Además acabamos de lanzar el tema Tu Carta. La rueda empezó a girar.
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