Federico Levrino, director de programación de Telefé, hace su balance de "Gran Hermano": "La gente compró"

El histórico productor de Susana Giménez que hoy está a cargo de la dirección artística y de programación de Telefé analiza la reciente temporada de reality show que terminó consagrando al uruguayo Bautista Mascia.

Federico Levrino. Foto: Marcelo Bonjour

A casi una semana de la gran final de Gran Hermano, el director artístico y de programación de Telefé Federico Levrino comparte su balance con El País. “La televisión abierta está más viva que nunca”, evalúa uno de los nombres de mayor relevancia en la industria televisiva de la región. El reality ya tiene confirmada nueva temporada para 2025.

-¿Cuál es la evaluación que hacen de esta temporada de Gran Hermano?

-Fueron siete meses de duración, recontravendido a millones de marcas, con más de 17 puntos de rating y un share del 50%. Es un orgullo.

-Es la segunda temporada bajo esta administración en Telefé, ¿cómo dirías que fue su realización en comparación con la primera?

-Fue un casting diferente, no queríamos parecernos al del año pasado. Laburamos muchísimo el casting con Guillermo Pendino y Darío Turovelzky. El productor ejecutivo Martín Borrillo hizo un gran trabajo con todo el equipo. Hubo que pensar muchas novedades para este año que duró siete meses.

-¿Qué se busca en el casting, además de que sean participantes distintos a los de la temporada anterior?

-No hay cosas puntuales. No podíamos buscar personas iguales a las de la temporada anterior con otro nombre y apellido. Al momento de buscar se va viendo cómo se arma la foto. Tiene que ser algo coral con gente distinta. Este año lo logramos: la gente que estaba adentro de la casa no tiene nada que ver entre sí. A la final llegaron Bauti y Emmanuel. Uno es más explosivo y Bauti es una persona sensible y amorosa.

-¿El casting es la clave para que el programa funcione?

-Yo creo que está en todo. Está en el casting, pero también en la producción y en cómo contás las historias que pasan adentro.

-¿Qué tan difícil fue sostener el formato durante siete meses?

-Lo pudimos hacer gracias a muchas novedades y trabajo de producción: hicimos el “congelados”, participantes que pudieron espiar lo que pasaba en la casa y otras ideas nuevas que este año sirvieron mucho.

El estudio de "Gran Hermano" durante la final.
El estudio de "Gran Hermano" durante la final del pasado domingo.

-¿Cuánto condiciona al programa lo que sucede afuera de la casa?

-No nos condiciona. Intentamos hacer el mejor programa siempre, pero no entramos ni en los comentarios de las redes ni en los fanáticos de afuera. No nos volvemos locos con eso. Y la verdad la tiene la gente que vota, aunque muchas veces hasta nosotros mismos nos sorprendemos con el resultado.

-¿Por qué considerás que el formato sigue funcionando con los años y devolviendo público a la televisión abierta?

-Después de tantos años de no hacerse, la gente compró. Compraron mucho incluso los adolescentes, que a veces cuesta que miren televisión abierta. Gran Hermano demuestra que la televisión abierta está más viva que nunca, es lo que dice mi jefe Darío Turovelzky y yo suscribo.

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