RELATO

Apenas 20 segundos. Ese es el tiempo que tiene cada artista para interpretar su mejor canción en el casting y deslumbrar a la producción de Canta Conmigo Ahora, el nuevo programa de Marcelo Tinelli que busca incluir talentos uruguayos.

Es sábado a la tarde y cada uno de los que quiere participar en el concurso forma una larga fila en la puerta de Teledoce. Hay personas de todas las edades, todos los oficios y todas las zonas del país. Entre esta jornada y la del viernes, 400 cantantes amateur se acercaron hasta la calle Enriqueta Compte y Riqué con el sueño de una oportunidad en la vecina orilla. 

Willy, quien antes trabajó en una automotora, en una tienda de ropa y hoy canta en los ómnibus, sueña con cantar un tema de La Vela Puerca frente a Tinelli. Llegó cargando su guitarra y anima a los que hacen la fila junto a él haciendo temas rockeros, y aprovecha a ensayar minutos antes de su performance del casting.

Otros participantes se suman a ponerle música a la espera. Uno de ellos llegó sin instrumentos pero con un radiograbador que reproduce la pista del cuarteto Por lo que yo te quiero y que él canta casi entre lágrimas. Es que se emociona al imaginarse junto a el conductor más popular, o como él lo define, "el más grande". 

Antes de acceder al canal, firman un contrato que enumera las “condiciones de participación en el casting de canto”. “El firmante otorga a LaFlia Contenidos S.A un período de exclusividad que tendrá vigencia por noventa (90) días contados a partir de la fecha”, exige, por ejemplo, una cláusula del documento.

Luego de esperar por casi una hora, son llamados de a grupos de diez personas. Una vez adentro de canal, pasan a un estudio montado especialmente para el casting con una pantalla gigante que muestra el nombre del programa. Allí los recibe detrás de un escritorio Martina Maidana, la coach vocal de la productora LaFlia que ya trabajó en castings para programas como Operación Triunfo y Latin American Idol, y en esta oportunidad tiene la responsabilidad de tomar la decisión sobre cuáles participantes pasan a la siguiente etapa. 

Ella les pide que se ubiquen en forma de semicírculo, y que pasen de a uno hasta el centro, se posicionen frente a la cámara, y digan su nombre, su profesión y el nombre del tema que van a cantar; siempre a capela. “Vayan directamente a la parte fuerte de la canción, al estribillo o al pre-estribillo, porque si la cantan desde el principio yo los voy a cortar y se van a quedar sin cantar la parte en la que se pueden lucir más”, aconseja.

Es entonces cuando tienen solo unos segundos para brillar. Las actuaciones son tan variopintas como los propios participantes. Desde un exmilitar que entona Propiedad Privada, a una señora fanática del tango que vino desde San José, hasta una mujer que no puede despegarse de su guitarra “porque son una misma cosa”.

También se presentan varias caras conocidas de otros castings y programas de canto, que se saben de memoria los pasillos del canal. No faltan aquellos que vinieron el primer día del casting, y al no haber sido seleccionados vuelven a probar suerte. "La que vale es la primera", les advierte  Rodrigo Higuimarán, productor de Teledoce responsable de realización del casting, pero ellos hacen caso omiso y prefieren hacer el intento de todos modos. 

Los nervios hacen lo suyo. Hay participantes que se cambian el lugar entre sí para demorar su participación, otros que explican una y otra vez por qué modificaron el tema elegido originalmente, otros que olvidan el nombre de la canción o su autor y otros a los que directamente se les produce una laguna que les impide recordar la letra. “No puedo”, se resigna directamente una participante que al momento de pasar al frente queda en blanco. “Tranquila, es como cantar en un fogón”, la anima la coach.

Detrás del escritorio, también observan los productores de LaFlia Pablo Barbero y Matías Maya, y por Teledoce, Nicolás De Maio e Higuimarán. Además, se acerca Cami Rajchman “a chusmear”. Es invitada a participar del casting, pero ella lo evita. “No es el momento”, responde a la insistencia de la coach. 

La fugaz experiencia no supera los 10 minutos para cada grupo. “¿Se divirtieron? No dejen de presentarse a castings. Ojalá muy pronto nos volvamos a encontrar”, los despide Maidana. Algunos, desconcertados, se acercan para preguntar “cómo saber si quedaron seleccionados o no” y tienen por respuesta la trillada frase “cualquier cosa nos volvemos a comunicar”.

De vez en cuando se produce el milagro. “Entre ustedes hay una persona que está preseleccionada. Pido un fuerte aplauso para ella, y un fuerte aplauso también para todos ustedes que se animaron a participar”, expresa la coach antes de despedir a ciertos grupos. Hay algunas voces que dejan boquiabierta a la coach, y ella las señala como “preseleccionadas”.

Aquellas voces que seducen a la experta entran al estudio en una segunda oportunidad para cantar esta vez el tema completo con una pista de fondo y alguna otra pedida especialmente. Una pregunta recurrente es si tienen contrato con La Voz, algo que no les permitiría formar parte del programa, tal como establece el contrato que firmaron antes de entrar. “Sí, pero se termina la semana que viene”, responden algunos participantes.

Las actuaciones de los que graban por segunda vez quedan registradas en un disco duro que va directo hacia Buenos Aires. Allí la producción del programa hará la evaluación final, y si se aprueban, los artistas uruguayos serán convocados a formar parte del nuevo show que comienza a grabar este mismo lunes.