Es que todo comenzó con Antonio Puerta. En 2006, el Sevilla enfrentó al Shalke 04 y fue Puerta que, con un tremendo zurdazo, marcó un golazo que puso al elenco español en la final de la Europa League que luego ganarían ante el Middlesbrough. Ahí comenzó el romance de los sevillistas con el torneo que volvieron a ganar en 2007, 2014, 2015, 2016 y en 2020.

En 2007, en un partido ante el Getafe, Antonio Puerta se desplomó en el campo de juego y la asistencia médica lo atendió al punto que se puso de pie y llegó al vestuario por sus propios medios.

En camarines, volvió a desmayarse cuatro veces más y lo llevaron al hospital. Pocos días después, falleció en cuidados intensivos por una displasia arritmogénica del ventrículo derecho, a un mes de ser padre.

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Su hijo Aitor, hoy juega en las formativas del Nervión, mismo equipo en el que jugó su padre antes de dar el salto al Sevilla y en la misma posición como lateral. El niño participa año a año del partido homenaje que hacen en memoria de su padre y es que los sevillistas lo tiene muy presente.

Antes de la vuelta por cuartos de final de la UEFA Europa League ante Manchester United, los aficionados se acercaron a la casa donde todavía vive su padre, muy cerca del estadio del Sevilla, para rendirle homenaje a Antonio.

El hombre se emocionó hasta las lágrimas, imposible no hacerlo, al ver a todos los hinchas bajo su ventana cantando en honor a su hijo y coreando su nombre.

Y seguirán haciéndolo porque el Sevilla, de irregular camino en LaLiga de España, venció 3-0 al United y se clasificó a las semifinales donde se medirá ante Juventus. La leyenda del equipo rojiblanco en la Europa League sigue viva y la memoria de Antonio Puerta, también.