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Un despertador urgente: a Recoba lo traicionó su sistema "preferido" y Nacional llega con dudas al clásico

Los tricolores terminaron jugando sin laterales, fueron un espejo de su anterior performance y no hubo un salvador que maquillara el resultado.

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Los jugadores de Nacional al término del partido ante Progreso.
Los jugadores de Nacional al término del partido ante Progreso.
Foto: Leo Mainé.

Faltaba poco menos de media hora para el comienzo del partido entre Nacional y Progreso y Hernán Navascués, sin prisa, pero sin pausas, comenzó a subir lentamente las escalinatas del Gran Parque Central, con el esfuerzo que implica para un hombre de su edad (84 años).

Sonriente, abrigado por demás y abierto a los saludos de quienes lo reconocían, el dirigente llegó solo, le comentó a Ovación que esta vez no lo pudo acompañar su hijo (recientemente internado) y otra vez demostró que, siempre y cuando la salud se lo permita, será un hincha cero falta.

La tarde sabatina, en la antesala a la Semana Santa, contó con la presencia de más de 25.000 espectadores que, al igual que el veterano abogado, pausaron sus planes de sábado para disfrutar de una tardecita de fútbol desde la tribuna. Y bastante paciencia tuvieron, porque Nacional no reaccionó hasta los primeros 20 minutos, cuando el impulso de Gonzalo Carneiro despertó la ilusión y reactivó a un equipo que parecía estar durmiendo la siesta.

La pasividad de Mateo Antoni, la imprecisión de Lucas Sanabria y lo desorientado que se veía Gabriel Báez como carrilero fueron algunos de los patrones que encendieron las alarmas tricolores. Pasada la media hora, la gente ya cantaba: “Movete, Bolso, movete; movete y dejá de joder”. Pero el grito no surtió efecto, y los chispazos duraron solo ese tramo.

Diego Zabala tendido en el suelo ante Progreso.
Diego Zabala tendido en el suelo ante Progreso.
Foto: Leo Mainé.

Ayer, el placard de los goles terminó cerrado y Nacional, una vez más, volvió a exponer que el sistema de juego “preferido” de Álvaro Recoba (línea de tres) no le funciona. Ya es la segunda vez en el año que no hace goles con ese esquema y peor aún: por momentos no se entiende a lo que juega.

La calidad de su plantel, igualmente, le valió para generar oportunidades, como cuando la conexión extranjera entre Christian Ebere y Federico Santander derivó en una tímida definición del paraguayo o, en otro caso, cuando el arquero Nahuel Suárez -que atenazó varios centros- se lució con un doble despeje antes de que cobraran offside. Pero no impidió que Sanabria, Polenta, Antoni y Diego Zabala tuvieran imprecisiones que pesaron en su rendimiento.

Diego Polenta al ataque en el juego entre Nacional y Progreso.
Diego Polenta al ataque en el juego entre Nacional y Progreso.
Foto: Leonardo Mainé.

Nacional fue un espejo del último partido contra Always Ready: careció de ideas, se rigió por impulsos individuales y volvió a llegar con la soga al cuello a los minutos finales, solo que esta vez no hubo un salvador que maquillara el resultado. Recoba falló con los cambios, perdió seis puntos en cinco fechas y a esa distancia está de Peñarol.

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