Rodrigo Pérez se "quería morir" cuando casi cobran penal y habló del cruce con Herazo: "No me gustó lo que hice"

Redacción El País
Rodrigo Pérez es una fija en el mediocampo de Diego Aguirre en Peñarol, un jugador hincha que vive los partidos a flor de piel. Fue uno de los de mejor rendimiento en el último clásico y dio la asistencia para que Maxi Silvera adelantara al carbonero en el 1-0 parcial.

Pero no fue la única acción de la que fue protagonista, porque el mediocampista de 28 años estuvo el ojo de la tormenta durante unos segundos tras un jugada en la que la pelota le rebotó en el pecho y luego en la mano. Lo que podría haber llevado a que, como había pasado días atrás en el clásico por la Supercopa Uruguaya, le cobraran penal.

Sin embargo, para tranquilidad del jugador y de Peñarol, esta vez, por la segunda fecha del Torneo Apertura, el juez decidió seguir el partido.

"Me quería morir. Para mí ninguno fue penal. Pero además me asusté porque si en el primer clásico me cobró penal, que para mí no fue, este sentí que me pega mucho más y yo estaba de frente, esperé lo peor. Igual sabía que me había pegado antes en el cuerpo", expresó Pérez en diálogo con Convocados (El Espectador Deportes).

Foto: Estefanía Leal.

"Yo no tengo chance de sacar la mano, porque es muy cerca. Despeja Leo y yo tengo las manos ahí porque iba a despejarla yo. En las dos tengo la mala fortuna, en la primera estoy de espalda y en la última muy cerca de Leo", añadió.

Pérez también habló sobre el deficiente estado del campo de juego en el Gran Parque Central, sobre lo que opinó: “El estado de la cancha influye porque te puede abrir el partido. Hay que dejar de lado la idea y jugar en largo cuándo el piso está así” .

Sobre el trámite del partido añadió: “Ellos no tuvieron ocasiones de gol por eso te genera bronca que te empaten de un centro mal levantado”.

Rodrigo Pérez también fue consultado por el cruce con jugador de Nacional Diego Herazo por la Supercopa Uruguaya, sobre el que se mostró arrepentido. Sobre los 88' de juego, el colombiano empujó a Pérez generando la reacción inmediata del volante aurinegro y un tumulto entre los jugadores de ambos equipos. Si bien se trató de empujones y algún cruce de golpes, y se descongestionó en pocos segundos, dejó un saldo de dos tarjetas rojas para cada lado.

“El choque con Herazo fue un impulso, accioné mal, me salió de adentro, porque etoy de espaldas y me llevan puesto. No me gustó lo que hice, porque no va conmigo. Dejé al equipo con 10 y no estuve para jugar con Progreso. Estuve mal”, admitió Pérez.