En su transcurso, quizás la temporada de Peñarol tuvo más buenos momentos que malos. Hizo un papel digno en la Copa Libertadores, se hizo fuerte en el Campeón del Siglo con rachas impactantes a nivel local e internacional, goleó a Nacional y cortó una larga racha adversa en clásicos, y festejó tres títulos (Intermedio, Copa Uruguay y Clausura). Pero le faltó el más importante y por eso, aunque el concepto muchas veces hiera sensibilidades, en el aspecto deportivo fracasó.
Como los soldados en el frente de batalla, los jugadores son generalmente los primeros apuntados por algún rendimiento por debajo de lo esperado. Después viene la responsabilidad del cuerpo técnico en el manejo de los recursos disponibles, y después la gestión dirigencial, encabezada por el presidente Ignacio Ruglio, protagonista directo de las decisiones más importantes y cuestionables a lo largo del año.
Los desaciertos en la gestión del plantel se pueden enumerar en seis principales y sin recurrir al "diario del lunes". Porque aunque el presidente del club celebró el 14 enero llegar a esa fecha con un "plantel soñado" y "jugadores probados", había indicios de que las cosas podían resultar no tan bien como las auguraba.
El ejemplo más claro era la comparación entre altas y bajas de aquel primer mercado de pases del año: se fueron Diego Sosa, Alan Medina, Leonardo Sequeira, Matheus Babi, Valentín Rodríguez, Nicolás Rossi, Nahuel Acosta, Martín Gianoli, Guzmán Rodríguez, Damián García y Facundo Batista. Llegaron Diego García, Alexander Machado, Martín Campaña, Gastón Silva, Héctor Villalba y David Terans. Los últimos cuatro de largas recuperaciones por diferentes lesiones y prácticamente sin jugar el semestre anterior.
1. El dilema del arco
La no renovación de Washington Aguerre trajo consecuencias inmediatas. Se cerró rápido a Martín Campaña, arquero de enorme trayectoria internacional y pasado en la selección. Llegó libre, recién recuperado de una rotura de ligamentos cruzados y nunca se afianzó. En el siguiente mercado fueron por otro "arquero titular".
Llegó la novela del invierno: la no llegada de Fernando Muslera, a quien daban cerrado por su amistad con Ruglio, pero al final eligió a Estudiantes de La Plata, donde hoy es figura y referente.
Antes, la famosa charla de Diego Aguirre con Campaña y Guillermo De Amores para que "busquen posibles destinos" porque al DT le trasmitieron que Muslera estaba hecho.
Después, el desfile de nombres durante dos meses yla llegada tardía de Brayan Cortés a cuatro días del clásico del Clausura. El chileno, que llegó a préstamo hasta diciembre desde Colo Colo, tampoco llenó el ojo y todo indica que no seguirá en el club el año que viene.
2. Gastón Silva
Otra apuesta personal de Ruglio para reforzar la defensa. Gastón Silva llegó con 10 meses de inactividad y tardó 12 fechas del Apertura para ponerse a punto. Debutó contra Cerro por la fecha 13, jugó 2’ porque se suspendió el partido por incidentes.
Jugó 11 partidos en el año, cinco de ellos por Copa Uruguay (torneo que jugaron generalmente los suplentes). En la consideración del entrenador, fue tercer lateral zurdo (detrás de Maxi Olivera y Lucas Hernández) y quinto zaguero (detrás de Nahuel Herrera, Javier Méndez, Emanuel Gularte y Maxi Olivera; antes también detrás de Léo Coelho).
3. La ausencia de punteros
El problema más recurrente que tuvo Diego Aguirre durante todo el año: la ausencia de extremos que abrieran la cancha y generen espacios en el centro para liberar a su jugador más determinante: Leo Fernández.
Por eso Javier Cabrera, hasta que se lesionó, fue muchas veces más decisivo que el 10: era el único extremo natural que ofrecía una alternativa distinta al juego anunciado que planteaba Peñarol por el carril central.
La crisis en las puntas fue tal que en las finales terminaron “volanteando” Maxi Silvera y Nacho Sosa, porque ya no estaban Cabrera ni García y las incorporaciones de mitad de año no estuvieron a la altura.
En julio fueron por Edwuin Cetré y vino Alejo Cruz, sin cobrar sueldo en Goianense. Y Jaime Báez, que se fue libre en junio y volvió libre en setiembre, en una movida desesperadamente insólita.
4. David Terans
Jugador con clase comprobada. Desde que se fue, el hincha de Peñarol siempre esperó la vuelta de David Terans, por la imagen que dejó en su primer ciclo. Pero evaluando el contexto: ¿era este año el momento más oportuno?
El préstamo del Fluminense se concretó apenas unos días después de que Peñarol ejecutara la compra de Leo Fernández por US$ 7.000.000 y los dos juegan en la misma posición.
Además, también llegó con seis meses de inactividad. No se adaptó a jugar por la banda y jugó 29 partidos, solo 15 de titular. Hasta que en octubre se rompió el tendón de Aquiles.
5. Las no renovaciones
Por estos días mediático por la situación de Maxi Silvera, que se va libre y tiene una oferta para cruzar de vereda y reforzar gratis a Nacional. Habiendo sido un pilar del equipo de Aguirre en los dos últimos años y el jugador con más minutos y partidos del plantel en la temporada.
Según denunció en una carta pública, porque la dirigencia del club no cumplió promesas de mejora salarial a las que se había comprometido.
Un caso similar al de Pedro Milans, el lateral derecho titular de Peñarol en los últimos tres años , con más de 100 partidos jugados, y que también se va libre.
6. Caso Diego García
Luego de la inversión por Leo Fernández, las otras cinco altas fueron a coste mínimo. Diego García llegó libre después de una temporada en Liverpool. Y con una causa penal en curso por abuso sexual.
Amparado en el derecho a trabajar de todas las personas —inocentes hasta que se demuestre lo contrario—, el club le hizo un contrato especial, pero a sabiendas que podía perderlo para la recta final del campeonato.
Como es por demás sabido, fue condenado por la Justicia de La Plata (Argentina), por un hecho ocurrido en 2021. Su último partido fue la primera final y se perdió la segunda y decisiva.
Ante un tema tan sensible, fue un golpe durísimo para la institución y para el grupo en esas instancias finales, que probablemente influyó en lo deportivo. Punto y aparte al escándalo mediático en el que se encontró envuelto Peñarol a escala internacional.
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