Es inevitable empezar este comentario diciendo que Nacional se clasificó a los octavos de final de la Copa Libertadores con una fecha de anticipación y que quedó a un punto de alcanzar a Olimpia en el ranking Conmebol, ese que le permitiría -si se dan algunas condiciones- clasificar al inédito Mundial de Clubes que se desarrollará en Estados Unidos en 2025.
A su vez, con su triunfo de anoche contra Deportivo Táchira por 1-0 (gol de Alexis Castro), se aseguró ganar 1.250.000 dólares más en esta Libertadores, lo que eleva la cifra a 6.340.000 dólares obtenidos en esta edición, contabilizando el plus de los 330.000 extras por partidos ganados y lo obtenido por pasar el grupo. Claro, a ese monto hay que descontarle lo que el tricolor invirtió para ir en chárter a todos los partidos en los que jugó de visitante -por ejemplo, una cifra cercana a los 240.000 dólares por este viaje a Venezuela-, más las multas que ha ido recibiendo por temas diversos, como el mal comportamiento de hinchas.
El combo es casi perfecto para Nacional: la inversión dio sus frutos, el boleto a octavos está en el bolsillo y el Mundial dejó de ser una utopía y da la impresión de que cada vez está más cerca. Sin embargo, hay algo que hace ruido en los fanáticos Bolsos y es lo que está mostrando el equipo en cancha. El rendimiento en el Polideportivo de Pueblo Nuevo estuvo casi a la altura de la flojísima presentación del equipo el viernes por la noche en el Gran Parque Central, cuando cayó derrotado 4-1 contra Fénix -el último- e hipotecó la mayor parte de sus chances de obtener el Torneo Apertura.
Nacional fue un equipo lento y anunciado en Venezuela, que abusó en el primer tiempo de los envíos en largo de sus centrales -principalmente de Diego Polenta- y que nunca sacó rédito de la cantidad de volantes que puso Álvaro Recoba en el 4-1-4-1 que dispuso, con Christian Oliva como volante tapón y con Gonzalo Carneiro como referencia de área.
El primer tiempo se fue como si no se hubiese jugado. Sorprendió, una vez más, que el Chino no hiciera variantes para el complemento aunque lo explicó luego en conferencia: “El equipo estaba bien y el mediocampo sólido. No pasamos inconvenientes en defensa y no me gusta cambiar por cambiar”.
“Es el momento de Táchira. Es ganable el juego”, publicó en X el reconocido relator venezolano Carlos Domingues instantes después del gol anulado (correctamente) a Táchira a pocos segundos de comenzado el complemento. Y tenía razón el colega, era la impresión que daba el partido. Pero para los intereses del equipo de su país, Gastón González se fue a la derecha, recibió un lateral y tiró un buen centro para que Alexis Castro la mandara a guardar de cabeza: 1-0, pelota al medio, y no mucho más para decir. Aunque al Táchira le expulsaron a Hernández a poco más de 20 minutos para el final, los venezolanos fueron al ataque sin importarle las consecuencias y provocaron la atajada con el sello de Luis Mejía de todos los partidos en el final, mientras el tricolor solo inquietaba con remates a distancia de Lucas Sanabria.
Valioso triunfo de Nacional y otra clasificación, algo que se le ha hecho costumbre. El cómo lo consiguió queda a interpretación de los hinchas tricolores.