Si bien es cierto que el momento de Peñarol no es el mejor y que el jueves llegó a su séptimo partido sin ganar sumando una mancha histórica al consumar su peor fase de grupos en torneos organizados por Conmebol, el estreno de Darío Rodríguez dejó algunas buenas señales de cara al futuro.
Es que si bien el mirasol sigue sumergido en una severa crisis deportiva que le impide cortar la mala racha de partidos sin triunfos, el cambio de entrenador dejó ver el trabajo de Darío en apenas pocos días en Los Aromos.
Es que antes de enfrentar al América Mineiro, el director técnico carbonero apenas tuvo tres días de entrenamiento junto al plantel y más allá de la derrota del jueves por 2 a 1 en el Estadio Centenario, no todo fue malo.
Para empezar, Darío apeló a un 1-4-2-3-1, el sistema que en el inicio de la temporada mejor rédito le había dado a Alfredo Arias, quien después lo cambió y la historia ya es conocida.
Con esa formación, el mirasol tuvo más volumen de juego y mejores transiciones de defensa a ataque, a tal punto que el gol de Sebastián Rodríguez se gestó con una jugada que arrancó en la banda izquierda con Brian Mansilla, continuó con un centro y una segunda acción por la derecha para que Matías Aguirregaray asistiera al Cabecita, que definió notable.
Esa versión de juego se repitió en varias ocasiones del encuentro, el carbonero logró mantener su arco en cero en la primera parte —algo que había conseguido una sola vez en toda la fase de grupos— y en el complemento generó cuatro jugadas con espacios, pero en dos chances claras se perdió la oportunidad de liquidar el partido en el Centenario.
Y en el final, todo lo bueno que el aurinegro había logrado, en apenas 10’ el trabajo y el esfuerzo se vino abajo. El carbonero falló a la hora de defender y le dieron vuelta el marcador con un gol a balón parado y con otro en una segunda pelota.
Entre los aspectos positivos, se destaca la actitud con la que salió a jugar el equipo, el buen juego que logró mostrar por momentos y la intención de llegar con mucha gente al área rival, algo que en los últimos partidos no se vio y complicaba al aurinegro.
Y entre las cosas negativas hay una que sigue vigente y es la falla a la hora de defender. El carbonero otra vez tuvo momentos fatídicos —sobre todo en el cierre del partido— que le terminaron costando una nueva derrota. Además, ya quedó más que claro que el plantel necesita refuerzos en varias de sus líneas, fundamentalmente en la última zona que es donde se acumulan los errores que terminan en goles de sus rivales.
Más allá de esto, el Peñarol de Darío mostró buenas señales, pero de todas maneras, el técnico debe seguir trabajando para cortar la mala racha y lo próximo será mañana desde la hora 19:30 en el Estadio Centenario frente al Montevideo City Torque en la cuarta fecha del Torneo Intermedio.
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