La historia de dos uruguayos que viajaron a Italia solo para ver a Napoli campeón: "Nunca vi nada igual"

Por Pablo Cupese
Eduardo Muró (30) es amante del fútbol y el último fin de semana estuvo en una situación en la que muchos futboleros quisieran haber estado: en los festejos de campeón del Napoli.

Cómo llegó al estadio Diego Armando Maradona en un viaje express, es una anécdota que seguramente no olvidará jamás. Su suegro es fanático del equipo napolitano, vivió en esa ciudad porque estudió allí y tuvo la mala suerte de volver a Uruguay un mes antes de que Diego Armando Maradona llegue al club en 1984.

Foto: Gentileza.

“Escucha todos los partidos del Napoli en radios italianas y lo sigue más que el club del que es hincha en Uruguay”, sostiene Eduardo. El hecho de que Napoli estuviera a punto del título motivó a su suegro a viajar y al no tener con quien ir, Eduardo se ofreció: “Salimos el viernes desde Montevideo y volvemos mañana (por hoy)”, aseguró Muró en diálogo con Ovación.

Con los pasajes y las entradas compradas sufrieron mucho el partidofrente a Salernitana (1-1) porque sabían que si Napoli ganaba iba a ser campeón, pero tal vez nunca celebraron tanto que el equipo de Mathías Olivera no ganara.

Foto: Gentileza.

Es cierto, salió campeón el jueves, pero ellos el domingo pudieron ser parte de la fiesta: “La ciudad no sabés lo que es, nunca vi nada igual. Toda la ciudad empapelada, las calles con banderas, camisetas. Es el único cuadro de la ciudad y eso es difícil de entender como uruguayo, que toda una ciudad tire para el mismo lado”.

“Faltaban seis horas para el partido y alrededor del estadio era una locura de hinchas. Compramos camisetas, banderas y como tres horas antes entramos a la tribuna. Teníamos un lugar en una cabecera abajo que se complicaba para ver pero fue divino. Yo soy de emocionarme fácil, pero de verdad fue emocionante al punto de largar alguna lágrima entre canciones y banderas”, aseguró Muró.

Consultado sobre si tuvo la posibilidad de cruzarse con Mathías Olivera, confesó: "Los jugadores los tuvimos al lado, vinieron a festejar a la cabecera y estuvo divino. Lo vi ahí cuando se arrimaron y le grité, pero no me escuchó. No me di cuenta de ir con la bandera de Uruguay y no pude contactarlo antes para decirle que íbamos solo por ese partido”.

Para Eduardo y para su suegro no fue un día más y podrán decir que estuvieron en los festejos del Napoli luego de coronarse tras 33 años.