TORNEO CLAUSURA

Que los laterales lleguen hasta el fondo, pisen el área rival o manden centros venenosos para los delanteros está bien, porque el fútbol moderno así lo demanda. Si hacen goles, mucho mejor todavía, así que desde ese punto de vista es trascendente que Armando Méndez haya convertido en el empate 1-1 de Nacional con Rentistas.

Lo que no puede pasar, entre otras cosas por una cuestión estratégica en virtud de que las llegadas de los marcadores de punta deben provocar sorpresa y superioridad numérica sobre la defensa rival, es que sean precisamente estos los únicos que generen peligro. Y eso fue lo que le pasó al tricolor anoche frente a Rentistas.

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Desde ese punto de vista, entonces, hay algo que anda mal en Nacional. Ofensivamente el equipo no engrana y es un problema de funcionamiento colectivo, porque Jorge Giordano ha probado con varios futbolistas distintos en ofensiva y no consigue que el equipo sea efectivo.

Como muestra de ello vale decir que en sus últimas ocho presentaciones (entre el torneo local y la Libertadores) Nacional anotó seis tantos. A modo informativo nada más, como para tomar una medida, Rentistas (su rival de anoche para no involucrar a más nadie) en la misma cantidad de juegos convirtió ocho.

Gonzalo Bergessio volvió a ser una figura nominal y no dispuso de ninguna situación de gol. Ejecutó cuatro disparos, de los cuales dos fueron al arco y los otros dos afuera. El capitán volvió a tener mayor protagonismo habilitando a los compañeros que generando situaciones de peligro, lo cual resulta un desperdicio desde lo futbolístico porque la mayor virtud del centrodelantero es transformar un balón que le queda de frente al arco en gol.

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La falta de culminación de Nacional también se ve reflejada en los números, pues de los 23 disparos que ejecutó durante los 95 minutos que duró el partido, solo 12 fueron al arco, aunque con peligro fueron bastante menos. De ellos, cuatro los realizaron defensas: uno de Méndez para el gol, uno de Orihuela y dos de Oliveros en una misma jugada. Los delanteros, incluidos los dos (Pablo García y Santiago Ramírez) que entraron desde el banco, aportaron los restantes ocho. Esto habla de la poca precisión y, en general, del escaso aprovechamiento que tiene Nacional de sus llegadas peligrosas.

Lo preocupante para el tricolor de cara a este Clausura debe ser que Giordano ha probado variantes y ninguna le ha dado resultado. Entonces, ¿qué tan rico en talento es el plantel tricolor? Porque por algo el técnico anoche solo realizó tres cambios y uno fue para poner a un centrocampista defensivo como Joaquín Trasante.

Brian Ocampo, que había jugado muy bien la final del Intermedio ganada ante Wanderers, hizo un buen primer tiempo (dio la asistencia para el gol), pero luego decayó. Aun así fue de lo mejor en ofensiva, porque Emiliano Villar no funcionó y Trezza estuvo más aplicado a la marca de Mathías Abero que a atacar.

De repente la comisión directiva de Nacional debería rever el tema Gonzalo "Chory" Castro. En las últimas horas algún dirigente al menos pensó en ello. El presidente José Decurnex sigue firme en su postura de que no volverá, pero a decir verdad el equipo lo precisa.

Thiago Vecino sigue lesionado y a él se sumó Ignacio Lores. Los próximos juegos (en Cerro Largo, ante Defensor y el clásico), todos muy duros, marcarán las urgencias, porque en esas primeras cuatro fechas puede llegar a hipotecar la Anual.