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Jeremía Recoba: el prejuicio por ser “el hijo de”, su sorprendente cambio físico y la amistad con Ebere

Apodado el "chico Lotus" por su padre, el chiquilín mostró una notable evolución: llegó siendo un "jugador normal" y se convirtió en el mejor de la Tercera, reconoció un compañero.

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Christian Ebere y Jeremía Recoba en el entrenamiento de Nacional.
Christian Ebere y Jeremía Recoba en el entrenamiento de Nacional.
Foto: @Nacional.

De raíz hay un gen que se impone. Es el gen del talento natural cuando la pelota pasa por sus pies, como se vio el último domingo en cancha de Liverpool. Es la herencia de una pierna bendita -en este caso la derecha- y una carrera profesional que, por ahora, emparenta a Jeremía Recoba con su padre, no solamente porque sea su entrenador o compartan apellido, sino porque sus pasos vienen en sintonía. Y si todo pinta como hasta ahora, puede, también, que Nacional sea su trampolín, como ya lo fue en un pasado para Álvaro.

La historia es conocida por ser un caso más entre tantos de padres e hijos que se unen por la profesión y conviven, por fuera del núcleo familiar, en un universo paralelo llamado fútbol. Y es más particular aún porque quién pensaría que el pequeño niño rubio nacido en Italia que acompañó a su padre a despedirse de su gente en el Gran Parque Central, en 2016, aparecería como uno más dentro de la lista de elegibles en su primera aventura como DT de un equipo grande.

Pese a que todavía comparten casa y se ven las caras a diario en Los Céspedes, hay un espacio en el que el nigeriano Christian Ebere se entrometió como un familiar más: es el chofer un día, el acompañante al siguiente, y en poco tiempo formó una amistad que los llevó a pedir para compartir la habitación de la concentración en el viaje a Venezuela. Todos están sorprendidos (para bien) en Los Céspedes porque no se conocían de antes.

Por fuera del peso que le puede resultar a Jeremía ser etiquetado como el “hijo de...”, al Chino también lo han cuestionado por ser el responsable de darle chances (octubre de 2023; Potencia). De hecho, hace algunas semanas le llovieron críticas en redes sociales por priorizarlo en una convocatoria antes que a Thiago Helguera. Sin embargo, ya dejó en claro que, como entrenador, aunque no dejará de ser su hijo y siempre le guardará un cariño “especial”, jamás priorizará la condición familiar en ese tipo de decisiones.

En familia. Álvaro Recoba festejó emocionado junto a sus hijos Jeremías y Estefani y el trofeo del esponsor oficial del Campeonato Uruguayo
Álvaro Recoba junto a Jeremía y su hija Natalie.
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De eso hay varias voces que pueden dar fe, entre ellas la de Felipe Cairus, quien fue capitán de la Tercera División de Nacional y hoy pelea por un lugar, sin demasiadas oportunidades en Primera: “La gente no tiene idea de nada. El Jere juega muy bien, técnicamente es muy bueno y mentalmente también. Cuando le dan la pelota, él con un toque ya te resolvió rápido. Tiene cosas diferentes y, además, como persona es muy crack. Está en él si quiere llegar lejos”.

Va en la línea de lo que cuenta Fernando Curutchet, coordinador de las juveniles de Nacional, que lo tiene muy bien visto. “Es un muy buen jugador. Por algo lo pone el entrenador. El Chino no solamente es el padre; tiene a un cuerpo técnico detrás”.

La evolución

Apenas dio el salto a Primera, Jeremía se robó todas las miradas por la simple coincidencia genética. La comparación, de poco, fue caducando hasta quedar obsoleta porque sus características de juego marcan diferencias que son palpables. Para empezar, uno es derecho y el otro zurdo.

El más joven tiene una fisionomía que lo hace ver retacón y parece que siempre va con un trote cansino desplegándose por la cancha. El otro, con un corte de camiseta más suelto en la época, hacía destrozos con su potente pierna zurda y desparramaba rivales como quien zig-zagea entre conos, tal cual lo hizo Jeremía el último domingo con Liverpool en una jugada que, de no ser por Sebastián Lentinelly, podía terminar en golazo.

Álvaro Recoba en la previa del partido entre Liverpool y Nacional.
Álvaro Recoba en la previa del partido entre Liverpool y Nacional.
Foto: Francisco Flores.

La mayor similitud, claro está, es la posición (enganche), que su estilo técnico resalta por sobre la velocidad y que ambos destacan por su visión de juego.

En el último tiempo Jeremía se ha preocupado especialmente por mejorar su forma física. Además de tener a una cocinera de primer nivel como su madre, trabajó para enriquecer una característica en la que, como ya le había dicho su padre a Ovación, necesitaba dar un “paso más” para equilibrar su juego. “Ha evolucionado mucho físicamente. Haber cambiado su físico para adaptarse a un nivel de exigencia como Primera es todo mérito suyo”, señala Curutchet.

“Cuando llegó era un buen jugador, normal, pero no tanto como ahora. El año pasado era el mejor de nosotros. Tiene técnica, pegada y velocidad”, coincide el futbolista de Tercera Ulises Márquez.

Datos y particularidades de la vida de Jeremía Recoba

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Jeremía Recoba firmó con Nacional.
Foto: Nacional.

Nacido en Como (Italia), se formó jugando al popular Recha con su padre antes de desembarcar en el baby fútbol de Siete Estrellas. En Séptima fue a Danubio, donde, por falta de oportunidades, jugaba en Palermo de la Liga Universitaria. En agosto de 2021 llegó a Nacional.

Echando un vistazo al baúl de los recuerdos, se puede ver a un muy inocente Jeremía Recoba decir delante de las cámaras de Telemundo que era hincha de Peñarol -confeso- mientras abrazaba a su padre y esbozaba una sonrisa pícara. El momento quedó registrado durante una entrega de América y Europa le responden a El País, ciclo que se emitió hasta 2018 y luego cambió su nombre por el actual.

Con el paso de los años, el archivo fue quedando en desuso, con validez puramente anecdótica. En una entrevista con Pasión Tricolor, se conoció que Nacional era el verdadero club de sus amores y aquel episodio se trataba de una inclinación temporal que tuvo de protagonista a Antonio Pacheco: “En el único que quiero jugar acá es en Nacional”.

Dejando a un lado la suspicacia, en los festejos de sus goles en formativas, comenzó a ser habitual verlo celebrar besándose el escudo. De hecho, en uno de los clásicos definitorios del 2023 en Tercera División, fue figura y lo celebró señalándose la camiseta blanca.

Jeremia Recoba.
Jeremia Recoba
Foto: Estefanía Leal.

La exposición y la aparición delante de las cámaras, ya sea por temas futbolísticos o relacionados a la fama del padre, jamás fue elección en la vida de Jeremía, que desde que tiene memoria siempre estuvo en el radar mediático por ser “hijo de...”. Y aunque en algún momento le haya pesado, ya desde hace un buen tiempo que lo maneja con calma: “Cuando escuchan ‘El hijo del Chino’ se piensan que la voy a agarrar, voy a empezar a eludir y meter un gol de tiro libre. Es obvio que van a pensar así porque yo también lo haría, pero desde chico mis familiares me han enseñado que yo soy yo y mi padre es mi padre”, expresó en 2022 a la Sport 890.

Con el liceo terminado y una lucha abierta con su madre por estudiar una carrera universitaria, se enfocó en el último tiempo en mejorar su fortaleza mental, sin dejar de lado el carisma, empezando por su padre, que lo etiquetaba como el “chico Lotus” por ser uno de los rubios del plantel de Tercera con Bruno Damiani. Aun con problemas de pubalgia en el medio de todo el trayecto, terminó encontrando una madurez que lo tuvo 100% enfocado en debutar en la Primera de su querido Nacional.

Otro dato de color es que durante buena parte del recorrido usó el modelo Copa Mundial de Adidas en sus zapatos, igual que lo hacía Álvaro. “Antes tenía cierta presión, pero ahora en qué lindo sería hacer mi carrera con el mismo apellido”, le dijo al diario AS.

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