Ignacio Ruglio va en busca de un nuevo triunfo en las elecciones en Peñarol y de cara al acto que se llevará a cabo el próximo sábado 18 de noviembre, el actual presidente habló acerca de los puntos altos y bajos de su gestión al frente de la institución.
En entrevista con Ovación, el titular aurinegro explicó a qué apostó en su arribo al sillón presidencial y detalló algunos aspectos del plan que tiene para seguir mejorando a un Peñarol que según entiende, ahora con "infraestructura y caja ordenada" debe ir en busca de "pelear por copas internacionales".
— ¿Cuándo y por qué decidiste ir por la reelección?
— En el momento en que empezamos a hacer las consultas familiares pertinentes para entender que habíamos puesto las bases del Peñarol que habíamos soñado durante muchos años, que habíamos sido claros con los socios explicándoles que por suerte nos tocó ganar buenas cosas en lo deportivo durante los tres años, pero que tenemos la ilusión de ir por lo internacional, de intentar seguir estirando la ventaja en el Campeonato Uruguayo y la ventaja en el clásico, pero que la base de toda la infraestructura que Peñarol debió haber tenido hace 30 años, la base del ordenamiento económico para poder contratar mejor, es lo que seguro nos acerca un poquito al futuro, a esos triunfos internacionales que queríamos. Entonces, para eso salimos a pedirles a los socios ese segundo tiempo.
— ¿Cuáles fueron los puntos más importantes de la gestión hasta ahora?
— El “Z” (Eduardo Zaidensztat), la gente de la gestión y yo, tenemos la absoluta convicción de que estamos dejando infraestructura para hacer un gran club por primera vez, como debió ser hace décadas porque el mundo cambió hacia eso. Y esa infraestructura y ese ordenamiento económico que hay hoy, es tarde o temprano lo que va a permitirle a Peñarol acercarse de vuelta al primer nivel internacional. Si eso va a pasar en los próximos tres años, no lo sabemos. Ojalá que sí, porque son nuestros últimos tres años y queremos intentar tocar la gloria. Pero en todos los casos no lo estamos haciendo para tres años, lo estamos haciendo porque va a quedar para los próximos 100 años esa infraestructura.
— El resto de los candidatos dice que no hubo autocrítica por parte del actual oficialismo en los tres años de gestión. ¿Es así?
— La autorcrítica que hicimos básicamente es sobre el sexto puesto en el Uruguayo 2022 y el último lugar en la Copa Sudamericana. Todo el tiempo se habló de eso y son los dos puntos que más nos duelen de la gestión. Después lo que ganamos en el 2021, la Copa Libertadores Sub 20 en 2022, la supremacía clásica durante otro período, si logramos ganar este Campeonato Uruguayo, que todavía hay que pelearlo mucho, pero que serían dos de tres, y lo que hicimos en materia de obra y de ordenamiento económico, lo voy a seguir repitiendo, aunque a ellos no les guste. La realidad está a la vista. Después sobre las cosas que salieron mal, que nosotros destacamos esas dos como puntuales, tenemos nuestra autocrítica.
— ¿Sentís que fallaste en algo como presidente?
— En la segunda vez voy a fallar también. Quien hace se equivoca. Es ley de vida. El tema es que a medida que vas haciendo la curva de aprendizaje y vas creciendo, vas adquiriendo experiencia y lo que empezás a hacer es a no cometer los mismos errores. Y vendrán otros nuevos. Pero sí, estoy mucho más formado ahora que hace tres años, porque es curva de aprendizaje en los trabajos, en el estudio y en la vida, para todo el mundo. Y siento que he crecido mucho.
— ¿Estás conforme con lo que se hizo en lo deportivo?
— Queríamos más, seguro. Nosotros decíamos de hacer las elecciones el 15 de diciembre y no a principios de noviembre como quiso la oposición, porque es más fácil juzgar para el socio. No es lo mismo ganar dos campeonatos uruguayos de tres que uno de tres. No es lo mismo terminar la diferencia clásica con 21 cuando agarramos con 18, que con 19 o 20. No es lo mismo saber cómo termina el año y saber cómo perfilás el 2024. Eso es lo que creíamos importante. Si nosotros terminamos con dos de tres uruguayos ganados, si terminamos con 20 o 21 clásicos de diferencia y si hicimos una buena copa internacional después de muchos años como en 2021, en líneas generales va a ser bueno, aunque queríamos más.
— ¿Qué plan tenés en caso de seguir como presidente?
— Vamos por la gloria. Vamos por no llegar a semifinales como en 2021, sino que vamos a intentar lograrlo. Eso nunca se puede prometer porque es fútbol, pero sí en esos tres años tener los mejores planteles del medio local y armar planteles para competir internacionalmente, tal como hablamos con muchos de los directores deportivos que entrevistamos en todo este tiempo. Peñarol tiene ahora una infraestructura modelo en América, tiene la caja ordenada y por eso hay que armar planteles para intentar pelear una copa internacional. Después el tiempo dirá qué se hizo.
— ¿Y en lo institucional?
— En lo social hemos crecido muchísimo en infraestructura. Quiero hacer el club social en el Palacio Peñarol, tener 1.000 o 2.000 socios del club todos los días haciendo ejercicio ahí adentro. Y después siempre te quedan cosas. Ahora cumplimos con el socio del interior con el voto pero estamos en el debe con el socio del exterior. Hay cosas puntuales que a lo largo de la gestión te van quedando y para eso, entre otras cosas, les pedimos a los socios un segundo tiempo para salir a hacerlo lo grande que nos faltó.
— ¿Qué aprendiste como presidente de Peñarol?
— Podría estar escribiendo un libro sobre lo que aprendí. Nadie tiene idea de lo que es ser presidente de Peñarol en un país en el que el club reúne más de la mitad de la población, pero sobre todo en un país que respira fútbol. Me pesó en períodos de pases y lo noté con lo del Cepillo González que autoridades de la República, de todos los partidos, me escribían durante el día: “¿Y? ¿Cerramos al Cepillo?”. El Uruguay es eso: respira fútbol todo el día, habla de fútbol todo el día. Y cuando sos presidente de Peñarol, en la diaria gestionás una organización de 240 empleados, de 23, 24 millones de dólares por año y de 1.500 deportistas. Imagínate lo que aprendés a diario en gestión de recursos humanos, tolerancia, frustración, manejar la frustración, no agrandarte cuando se gana porque es pasajero ganar y es pasajero perder también, como en la vida. Entonces, creeme que podría ponerme a escribir seis horas sobre cosas que durante este tiempo aprendí.
— ¿Pensás que en caso de ser presidente otra vez las cosas se te van a hacer más fáciles o más difíciles?
— Imposible saberlo. Pongo el ejemplo del Boca de Riquelme. Nadie puede decir que Riquelme no conoce a Boca y que no sabe al fútbol. Estuvo a punto de arañar la Libertadores, no se le dio y a las horas estaban despidiendo al técnico porque en Argentina están undécimos. El fútbol es una materia mucho más complicada de lo que la gente cree. La gente cree que desde su oficina o desde el bar se arregla simplemente diciendo hay que cambiar estos dos laterales, poner al otro el nueve, tienen que hacer que jugar las dos puntas. Y el fútbol es algo muchísimo más complejo que eso. Y está bien, da para que todo el mundo opine, pero quienes gestionamos tenemos que entender que por simplemente tener la mejor infraestructura y el club ordenado, los próximos tres años no van a ser fáciles. No hay nada más lejos que eso.
— ¿Creés que el clásico de hoy puede incidir en las elecciones?
— Puede definir infinitas cosas. Puede definir el 2024 porque si Peñarol gana y se asegura prácticamente entrar a fase de grupos de la Libertadores ya cuenta con 3,5 millones de dólares. Y si Peñarol gana y asegura fase de grupos muy probablemente esté sacando a Nacional de fase de grupos y Nacional a la hora de reforzarse en 2024 ya no contará con ese dinero. Puede definir el futuro de muchos jugadores que digan “me quedo a pelear cosas grandes en 2024”. Y si perdés o si algo no sale bien, puede definir que muchos de esos jugadores ni siquiera renueven. Puede definir quiénes vamos a pelear este campeonato 2023, que es clave ganarlo. El clásico es más importante de lo que la gente cree, sobre todo en lo estratégico para los que tenemos una visión amplia del club.
— ¿Y a nivel político puede incidir en algo?
— No lo sé. Nunca lo sabés, porque no se sabe cómo va a salir. No es lo mismo 1-0 ganar, 1-0 perder, 3-0 ganar, 3-0 perder. Los resultados de los clásicos son tan infinitos que no sabés lo que puede pasar.
— Durante tu gestión hubo varias imitaciones humorísticas en redes sociales. ¿Cómo te cae eso?
— Muy bien porque de Germán (@nosoynanaok) soy amigo hace muchos años, lo conozco de la tribuna y de la vida y me río. Cuando me dice “che me estás rindiendo porque todo el mundo lo escucha”, le digo: “Germán, bienvenido, me alegro por vos”. Hasta con el Indio (Walter Olivera) nos reímos mucho de lo que escuchamos. En la Copa Fernando Morena uno de los equipos se llama “Las cosas que tiene el Indio”. Antes andaba en la calle y me gritaban Ruglio tal 9, Ruglio tal defensa, ahora gritan desde los camiones “¡Las cosas que tiene el Indio, Ruglio!”. Está divino que eso pase. Lo tomo con naturalidad. Estamos abiertos a que esas cosas pasen y más cuando se hacen con respeto y altura, porque las cosas que marca, que yo no digo las eses al hablar y demás, son así. Mi madre que me ve diciendo “’mijo’, es Los Aromos, no Lo Aromo”. Cuando Germán lo hace, ella llora de risa porque dice “yo te dije qué tenías que decir”. Yo soy como soy y así es como hice mi carrera.
— ¿Qué mensaje le das al socio de Peñarol que ya te votó y al que todavía está indeciso?
— Le digo lo que yo siempre hice. Soy socio vitalicio con 44 años y lo que hice cuando me tocó hacer política fue escuchar a todos, observar, leer entre líneas, intentar entender la problemática general y después decidir su voto. Para eso están ustedes los medios, para que el socio hoy abra la nota y después vaya por otro lado y escuche al otro y le puede decir bueno, este es el candidato que más me cierra. No hay mucho más que eso.
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