Felipe Carballo: la "lucha interna" con la que convive, la chance de la selección y el contacto con Nacional

El futbolista fue la figura del New York Red Bull frente al equipo del uruguayo Santiago Rodríguez. Convirtió un gol y en entrevista con Ovación habló de todos los temas.

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Felipe Carballo.
Felipe Carballo.
Foto: Prensa Uruguay.

Él era un tímido adolescente de 13 años que ya mostraba talento con la pelota, aunque todavía no había despuntado como futbolista profesional. Agustín, su hermano mayor, iba por el salto a Primera División y era su espejo. Javier, su padre, trabajaba como preparador físico de Gerardo Pelusso en Nacional. Dos de sus amigos se destacaban en otras disciplinas, como atletismo y tenis. Era impensado que algo pudiera salir mal.

Un día, hace 15 años, una enfermedad crónica golpeó su puerta. La misma que afecta a sus padres hasta el día de hoy y que años después le tocó timbre a Mateo, su hermano más chico. Así ha sido la lucha de Felipe Carballo (28) contra la diabetes tipo 2, después de muchos años en silencio y sensaciones encontradas.

“Todos los jugadores y las personas del mundo tienen luchas internas que muchas no las sabemos. Yo convivo con la diabetes hace 15 años. Y ya estoy súper adaptado y acostumbrado, pero me parece que es una enfermedad silenciosa, que mucha gente no sabe lo que puede generar y hay que tomar consciencia para poder normalizarla y darse cuenta que se puede hacer una vida completamente normal y corriente. Trato, siempre que puedo, de hacer nombre a eso”, dice el hoy mediocampista de New York Red Bull desde Estados Unidos, a poco más de una semana de haber compartido una publicación sobre la enfermedad en el Día Mundial de la Diabetes.

La cámara está prendida y ocho periodistas de diferentes partes del mundo lo siguen atentos desde un Zoom. Las consultas de todos están relacionadas al fútbol, a su presente en la Major League Soccer y hay uno que incluso le pregunta si le resulta amigable el formato de playoffs, que el sábado lo puso cara a cara con el uruguayo Santiago Rodríguez en la semifinal de la Conferencia Este, cuando apenas desembarcó en Nueva York hace tres meses. El resultado es para encuadrar: su equipo ganó 2-0 con un gol suyo.

Lo que tal vez ninguno de los colegas sabía era que ese mismo chico que tenían enfrente a sus pantallas unos meses antes había tenido un bajón anímico y el fútbol, producto de la pesadilla que le generó una larga pubalgia, quedó por un momento en segundo plano. “En Brasil fue duro. Por suerte, tenia la cercanía de Porto Alegre con Montevideo y estuve muy bien acompañado por mi familia y mis amigos. También se dio que estaba lo de la (reserva a la) selección y lo de ir a un club nuevo y yo traté de soportar el dolor a como diera lugar para poder seguir en eso y me terminó afectando más de lo que esperaba”, reconoce.

Eso cambió por completo desde su llegada a Nueva York, ciudad de la que ya se había enamorado antes cuando viajó por primera vez con su amigo Santiago, el “hermano” con el que no comparte grupo sanguíneo, pero sí valores: "Es un amigo muy atento. Siempre presente. Estamos pendientes de él cuando se va. Lo hemos ido a visitar y estamos planificando visitarlo ahora. Me sorprende la disciplina que siempre tuvo para saber lo que quería hacer, que era jugar al fútbol. Siempre está metiéndole".

El cambio de locación

Felipe Carballo en Nueva York.
Felipe Carballo en Nueva York.
Foto: Santiago Reboiras.

“La cantidad de partidos en Brasil era demasiada. Quería aflojar para poder recuperarme de la pubalgia. Fue una decisión acertada porque me siento impecable en cuanto a eso tras la cirugía. Todo viene bien y el hecho de estar en Nueva York, que es un lugar hermoso, ayuda a la cabeza. Vino mi madre y mi hermano y si bien la distancia para que las visitas sean tan seguido es más complicada, que sea una ciudad tan linda hace que la gente no solo quiera venir a visitarte sino conocer la ciudad. Voy a estar esperando a mis amigos y a mi familia porque lo considero algo muy importante para el tema mental y para jugar”, explica Carballo a la distancia.

La madurez y la mentalidad de ganador es un gen que ha ido germinando en su interior con el correr de los años. De hecho, en una de sus primeras apariciones frente a cámara, apenas cumplida la mayoría de edad, ya aventuraba lo que sería su pensamiento de futuro: “Lo que me motiva a levantarme todos los días temprano para ir a entrenar es el hecho de superarme a mí mismo para poder cumplir el sueño que tengo desde chiquito”.

Nada -ni siquiera el nudo en la garganta que se le formó durante muchas noches viviendo en Brasil- pudo frenar a Felipe, que hoy sigue relojeando de cerca la chance de volver a estar convocado a la selección uruguaya, después de haber debutado en 2023 y de integrar las últimas listas de reservados este año. “El contacto con algunas personas de la selección sigue estando. En estas últimas nominas he estado reservado, pero no en la convocatoria final. A uno lo hacen motivarse para decir ‘estoy a un pasito’, pero algo está faltando, entonces hay que seguir. Si bien sé lo que (Marcelo) Bielsa les pide a los jugadores en mi posición, los partidos los miro. Trato de ver a (Federico) Valverde y a (Rodrigo) Bentancur, que son los más parecidos a mí para seguir aprendiendo de ellos”.

Carballo, Gutiérrez y Ginella junto a Luis Suárez.
Felipe Carballo junto a Juan Manuel Gutiérrez, Luis Suárez y Francisco Ginella.

De sus pares, los ojos siempre los tuvo cerca. Y así como hoy son Valverde y Bentancur esos modelos a seguir, en su momento lo fue Sebastián Eguren, antes referente en el plantel de Nacional donde su talento se gestó.

La confianza entre ambos hizo que el mánager general le hiciera saber del interés del club para que pensara en un regreso. La conversación se dio a principio de agosto, justo antes de que apareciera New York Red Bull con una propuesta de cesión, con opción de compra por US$ 3,5 millones, y el pase se cerrara en cuestión de horas.

De todos modos, las puertas de Nacional le quedaron abiertas: “Con Seba Eguren hablé. Antes de venir para acá él me llamó. No dependía ni de mi ni de Nacional. Estaba Gremio en el medio. Hay partes contractuales y económicas en las que a veces no se entra en detalles, pero era parte de una decisión del club y en la que yo no tenía mucho para hacer. Lo mío estaba. Lo de Nacional también. Faltaban otras cosas en el medio. Con Seba hablamos un montón. Generé mucha amistad de cuando me tocó jugar con él”.

Felipe Carballo festejando un gol con New York Red Bull.
Felipe Carballo festejando un gol con New York Red Bull.
Foto: @NewYorkRedBulls.

El destino quiso que Carballo comenzara a construir un camino distinto en Nueva York y hoy el presente le sonríe. Está contento con la ciudad, está adaptado al fútbol y cada tanto comparte un asado con la filial de Nacional y Santiago Rodríguez, su excompañero de equipo, hoy rival en la MLS.

Espera que más temprano que tarde se dé su reencuentro con Luis Suárez, la estrella uruguaya del Inter Miami que en Brasil lo trataba como un “hijo”: “Con Luis hablamos bastante seguido por celular. La última vez que lo vi fue en diciembre del año pasado. Después no hemos tenido tiempo de encontrarnos. Ya nos encontraremos en vacaciones o en el próximo partido nuestro contra el Miami”.

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