El micrófono está en silencio y su cámara apagada. No es una entrevista por Zoom, sino una clase de primer año de Administración de Empresas de la ORT a la que Felipe Cairus se conecta unos minutos más tarde para conceder esta charla.

Porque a pesar de que este año se consolidó como una de las primeras opciones de cambio en la mitad de la cancha de Nacional, es un chico que busca mantener el perfil bajo y que a sus 24 años dedica tres días de la semana al primer semestre de una carrera universitaria.

Un año atrás, su realidad era muy distinta. Estaba jugando en Segunda División, a préstamo en Rentistas, y sus opciones de volver al club dependían de que sus habilidades le alcanzaran, al igual que en la facultad, para aprobar el último examen.

Aunque todo parecía ir bien rumbeado al comienzo, a los dos meses de adaptación, una vieja lesión de ligamentos cruzados le pasó factura y lo obligó a ser intervenido nuevamente. La rodilla de Cairus juntó líquido y lo tuvieron que volver a operar porque se le había hecho fibrosis y no podía estirarla.

A diferencia de 2021, cuando estuvo nueve meses afuera de las canchas, tuvo un período de recuperación más corto y, en diálogo con Ovación, reconoció que dos veranos atrás, por culpa de esa misma lesión, hasta había pensado en dejar el fútbol. “En las vacaciones del 2022, en enero, me levantaba y pensaba si quería seguir jugando o no. Recién iba tres meses de recuperación y me quedaban seis o siete. Yo siempre me entrené en el verano y al no poder correr ni hacer nada, estaba entregado. Cada vez que me levantaba me preguntaba si era para mí o no”.

En parte por eso es que el mediocampista hoy reflexiona: “Cuando andás bien, tenés dos millones de amigos y después cuando estás lesionado o no aparecés más en el radar, no te llama nadie”.

Foto: Juan Manuel Ramos.

Pasó el tiempo y con él llegaron las buenas noticias. Faltaban solo cuatro días para Navidad cuando Rentistas le dio vacaciones a sus jugadores, entre ellos Cairus, que por entonces sospechaba que podía regresar a Nacional, pero no estaba seguro: “A mí hasta que no me llamen y me digan que me tengo que presentar tal día, no confirmo nada”.

Finalmente, recibió el llamado y se presentó a entrenar el primer día de pretemporada en Los Céspedes, donde tuvo una charla sincera con Álvaro Recoba y a la semana siguiente cambió de grupo para jugar los playoffs del ascenso. “El Chino me dijo que me iba a tener en cuenta, que éramos muchos en mi puesto, pero que la oportunidad en algún momento me iba a llegar y que si quería quedarme, la esperara. Yo la abracé. Tenía ganas de quedarme en Nacional más que nadie y creo que la estoy aprovechando”.

Foto: Juan Manuel Ramos.

Antes, Cairus había sido capitán y referente de una Tercera División que entre su camada tenía a Jeremía Recoba, Lucas Sanabria, Mateo Antoni, Ignacio Suárez y otros de sus compañeros que hoy desplegan sus alas en el plantel de Primera. Solo le faltaba la chance a él, que cuando decidió quedarse a pelear el puesto, le prestó el oído a Diego “Torito” Rodríguez, quien estaba por rescindir contrato: “Me tenía tremenda fe. Siempre me daba para adelante, me decía cosas positivas, con muy buenas intenciones. Me daba consejos para la cancha, de vida y también si me veía medio bajoneado, me decía ‘tranquilo’ y que no me hiciera la cabeza”.

Otro de los referentes importantes en su carrera fue Martín Ligüera, en este caso como entrenador. Un rezongo suyo le bastó para recuperar la forma física que había perdido durante la pandemia: “Me entró. Me acuerdo que volví de la pandemia y estaba pasado de kilaje y me llamó para la oficina con el profe. Me mostró los resultados que le había dado la nutricionista y dijo que estaba mal, que no podía estar así, que no era profesional, y ahí hice un cambio físico en dos o tres meses que fue impresionante”.

Estefania Leal/Archivo El Pais

Ajenas a las canchas, están las figuras de sus dos padres, que junto a sus hermanos y su novia lo bajan a tierra: “No soy de andar gastando por gastar porque me educaron así mis padres. Papá siempre me decía que si vas a comprar, es porque verdaderamente lo necesitás. Si tenés tres pares de zapatos, ¿para qué querés uno más?”.

Y en la actualidad, el mejor ejemplo a diario lo ve en Mauricio Pereyra: “Mañana le voy a preguntar por qué nunca estuvo en la selección. No entiendo; juega mucho, ja”.