TORNEO APERTURA
El negriazul no jugó un buen partido pese a que afrontó con titulares un juego ante una oncena rival alternativa. Aún así lo pudo haber ganado.
Siempre una derrota duele, pero en este caso la sufrida por Liverpool ante Peñarol debe molestar más todavía. Primero, porque el conjunto negriazul dejó escapar la oportunidad de alcanzar en lo más alto de la tabla a Deportivo Maldonado, que jugará este lunes.
Segundo, porque recibió el gol decisivo en la última jugada, luego de haber fallado uno instantes antes.
Y tercero por lo mal que jugó. Con su formación titular (más allá de alguna ausencia como la del Colo Romero y Gonzalo Carneiro), Liverpool no pudo prácticamente inquietar a un equipo alternativo de Peñarol. Así y todo, casi sin proponérselo, anotó y estuvo a punto de lograr otro.
Fue una de las actuaciones más flojas de los dirigidos por Jorge Bava y por eso el lamento debe ser mayor: porque deben ser conscientes que de haberse acercado nada más al potencial futbolístico que tiene este equipo debería haber sacado un mejor resultado y, quizás, estar en lo más alto de la tabla.

Liverpool tuvo un cierre de partido terrible. No solo recibió el gol que le costó la derrota en el sexto minuto de descuento, sino que además sufrió la expulsión de Fabricio Díaz por haber agredido a un jugador de Peñarol, ya que entendió que le gritó el gol en la cara.
El futbolista negriazul hizo sus descargos en redes sociales: “Quiero pedir disculpas por mi reacción hacia el jugador del otro club. Fue una situación del momento que no me supe controlar. Tampoco me gustó la actitud del rival que vino a gritarme el gol en la cara”, escribió Díaz, quien fuera convocado para la selección en la última doble fecha de las Eliminatorias. “Seguir trabajando que esto es largo y da revancha. Vamos Liverpool!!”, apuntó el mediocampista, segundo capitán del equipo.