Con información de La Nación / GDA
El seleccionado de Curazao arribó a Santiago del Estero a pura sonrisa y distensión. El combinado caribeño que compite en la Concacaf viene de perder el sábado en su tierra con Canadá por 2-0 en la Nations League de aquella confederación. La mayoría de sus futbolistas, de ascendencia neerlandesa, jamás soñó con enfrentarse a los vigentes campeones del mundo. Ni con tener enfrente a Lionel Messi, capitán argentino y máximo ídolo de muchos de los jugadores que tendrá del otro lado del campo.

Al igual que Panamá en el Monumental, los visitantes saben que pisarán el Madre de Ciudades para ser más partenaires que rivales de la Argentina. Y para llevarse un souvenir o un recuerdo de una noche inolvidable: de hecho, la federación pidió a la AFA 23 camisetas de Messi para llevarse de vuelta a casa. Serán parte del festejo de la tercera estrella en el interior del país.

Foto: AFP

El encuentro se jugará desde las 20:30 horas de este martes y se podrá ver a través de DSports y DGo.

En lo futbolístico, Curazao es una suerte de “Holanda B”. En su última convocatoria, el seleccionado que representa a esta isla de 443 kilómetros cuadrados al norte de Venezuela tuvo apenas siete futbolistas nacidos en el territorio nacional, cuyo jefe de Estado es el rey Guillermo, marido de Máxima Zorreguieta. Los restantes 16 son “importados”. La mayoría, de Países Bajos, adoptó la nacionalidad tras ser descartados por la Naranja Mecánica.

Para obtenerla alcanza algún lazo familiar con el pequeño país caribeño. Dos pesos pesados del fútbol neerlandés hicieron lo suyo para que cada vez más futbolistas formados en Europa decidieran representar a Curazao: Patrick Kluivert y Guus Hiddink. El exdelantero de Ajax y Barcelona llegó a Curazao en 2015 como entrenador. La selección había empezado a jugar en forma oficial apenas cuatro años antes, y bajo la tutela de un DT argentino: Manuel Bilches, que registra pasos por Canadá, Belice e Indonesia.

Con Kluivert en el banco de suplentes, Curazao llegó más lejos que nunca en las eliminatorias mundialistas y alcanzó por primera vez la etapa final de la Copa de Oro de Concacaf. Nada mal para un país de apenas 160.000 habitantes. Dos rasgos: fútbol atractivo y alegría en las concentraciones. Salvando las distancias, algo parecido a lo que ocurre con el seleccionado al que dirige Lionel Scaloni.