Lo ganó porque supo hacer daño en los momentos indicados. El Nacional de Pablo Peirano volvió a la senda triunfal con un 3-0 ante River Plate que le dio un espaldarazo al entrenador, sobre todo porque tomó dos decisiones influyentes: los ingresos de Diego Romero y Nicolás Lodeiro a la oncena.
El estratega detectó una falencia en el sector izquierdo de la defensa y, en una cancha complicada, optó por el roce y la experiencia del exjugador de Deportivo Maldonado y mandó al banco a Juan Pablo Patiño, de bajo desempeño ante Boston River. En el caso del 14, la ausencia de Juan Cruz de los Santos por cuestiones físicas le abrió la puerta y mostró pinceladas de su jerarquía. Con su ya conocido pase filtrado, inquietó a la defensa del Darsenero y puso a correr a Lucas Villlalba en reiteradas ocasiones.
El tricolor hizo una estupenda lectura anticipada del juego sabiendo que el local iba a tener momentos de desesperación porque la tabla del descenso lo apremia.
Un centro de Luciano Boggio a los 17’ derivó en el choque del arquero Fabrizio Correa con un compañero y en la posterior definición de cabeza de Julián Millán para estampar el 1-0.
El gol estuvo lejos de romper el partido porque Nacional no abrumó. Pero si avisó con una triangulación entre Villalba, Lodeiro y el Diente López, que remató de forma imprecisa y se lo perdió.
El equipo de Raúl Salazar lo siguió intentando. Con el sector derecho abroquelado por la eficacia de Romero, optó por desbordar por izquierda y mostró capacidad asociativa para las intervenciones de Matías Alfonso, Juan Quintana y el joven extremo Agustín Vera.
El 10 fue el mejor del ataque del anfitrión y en reiteradas ocasiones dejó por el camino a Ancheta, pero le faltó compañía. Sobre todo porque Tiziano Correa no tuvo una tarde inspirada.
Ya en el complemento, a los 52’ llegó la jugada que resume el acierto de Peirano: Romero filtró el pase para Lodeiro, que desbordó y le puso la pelota en la cabeza a Gómez, quien no falló. Fue el 2-0 parcial que dejó el partido encaminado.
Por si fuera poco, tres más tarde López recibió con tiempo, definió cruzado y no lo celebró por otras chances falladas.
Desde entonces las modificaciones se hicieron constantes, el ingreso de Nicolás Schiappacasse generó los silbidos de la visita y terminaron sobrando 20’. El Bolso obtuvo su tercera victoria en el Clausura y le puso presión a Peñarol porque durmió siete puntos arriba en la Anual.
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