El Diente López corriendo el escudo de Nacional sobre el césped para que sus compañeros no lo pisaran durante la entrada en calor. La silbatina inmediata al calentamiento de Martín Campaña. El saludo de varios jugadores a la periodista Ana Inés Martínez. Los rollos de papel higiénico invadiendo las dos áreas. El semblante serio de Diego Aguirre, de brazos cruzados. Y el rodeo de Martín Lasarte ante una fila de fotógrafos para poner un pie en la cancha y que nadie interrumpiera su señal de la cruz... Fueron muchos los momentos pintorescos que se vivieron en el clásico y las cámaras no captaron.

El colorido empezó con una arenga vibrante del preparador físico Marcelo Tulbovitz, que se llevó los aplausos de la tribuna. Siguió con un Bruno Arady reconvertido en hincha y alentando a todo trapo como uno más. Cerró con un entredicho caliente que bien pudo haber terminado en pelea entre el delegado Enrique Campos y el dirigente Evaristo González, quien picó la discusión diciéndole “pelotudo” enfrente al veedor del partido.

Hubo perlas de un lado y del otro. Protagonistas en la cancha -como Luciano Boggio que le gritó el gol del empate desaforado a la tribuna de Nacional y se chocó el pecho con Jeremía Recoba- y otros que desde fuera intentaban participar. Lasarte fue uno de estos cuando quiso que Recoba -que salió expreso corriendo al ser cambiado- devolviera con aplausos la ovación que le había hecho la gente.

Foto: Estefanía Leal | El País

Quienes estaban (estábamos) sentados en la tribuna José María Delgado apreciaron a través de la pantalla de los palcos que en la Atilio García (el sector de enfrente) voló un encendedor que le pegó en la nuca a Jaime Báez. Fue imperceptible, aunque instantes después el árbitro Esteban Ostojich se cruzó toda la cancha y dejó en manos del veedor una petaca, que ya sobresalía a lo lejos.

Más que un clásico, es ley no escrita que en los partidos entre Nacional y Peñarol haya rojas. Y Diego Polenta, que ni siquiera jugó, recibió el castigo por irse de boca.

El estado del césped del GPC

Foto: Estefanía Leal.

Ya en los primeros movimientos del calentamiento de Nacional, sobre un rincón a pasos de la tribuna José María Delgado, se percibía que Jeremía Recoba le devolvía la pelota a Luciano Boggio y el pasto levantaba arena. Si bien en Nacional intentaron bajarle el perfil a la situación durante la semana diciendo a Ovación que el estado del césped no iba a afectar a la jugabilidad, el Gran Parque Central dejó de ser un billar y pagó el precio de no haber sido levantado a tiempo. El cuidado de un pasto que no se cambia hace 20 años ya exige un levantamiento desde cero. Debido a la demora (90-120 días), el club solo resembró.

Parte de la lluvia de papel que bajó desde las tribunas Abdón Porte, Atilio García, Héctor Scarone y José María Delgado tenía condimento de la campaña electoral que celebró Nacional el pasado diciembre. El Colectivo 7411 le pidió a las agrupaciones recoger el material que había quedado en desuso tras el cierre de la campaña y así fue que decenas de listas se utilizaron para un recibimiento que tuvo desde bomba de humo, papel picado hasta fuegos artificiales, globos y una camiseta gigante. Los hincha comenzaron a preparar la fiesta sobre las seis de la mañana, que fue cuando les abrieron las puertas del GPC.