No pasó por encima a su rival, pero lo cierto es que tampoco pasó zozobra y lo ganó merecidamente. Peñarol sacó adelante un partido bravo, venció a Boston River, se acomodó en el Torneo Clausura y se mantiene como único puntero de la Tabla Anual.
No era sencillo para los dirigidos por Darío Rodríguez afrontar este encuentro luego del arranque de torneo con dos empates consecutivos, flojos rendimientos individuales y mucho menos cuando enfrente tenía al puntero del campeonato. Por eso la victoria de ayer significó un triunfo importantísimo en las aspiraciones de Peñarol por el título del Uruguayo y que puede cambiar el ánimo del plantel de cara a lo que viene.
Si bien el Sastre casi se pone en ventaja al minuto de juego, en un cabezazo a la salida de córner que entre el palo y Guillermo de Amores evitaron que terminara en el fondo del arco, Peñarol fue levemente superior. Al menos lo fue hasta los 51’ de juego cuando encontró el único tanto del partido en los pies de Matías Arezo. El goleador se fue expreso al arco tras una muy buena asistencia de Maximiliano Olivera, pisó el área y definió de manera notable al segundo palo de Santiago Silva. El juez de línea levantó la bandera por posición adelantada, pero el VAR llamó inmediatamente al árbitro y no lo dejó reanudar el juego. La revisaron durante casi seis minutos e incluso llamaron a Mathías de Armas para que observara la jugada. En las imágenes se corroboró que Arezo estaba habilitado. Fue su tanto número 13 para alcanzar al Colo Ramírez en la tabla de artilleros.
Hasta ese momento Peñarol había llevado el partido a campo contrario apoyado principalmente en la velocidad de sus extremos. Ángel González había tenido una ocasión clara que se perdió a centímetros del palo y luego Lucas Hernández y Valentín Rodríguez tuvieron cada uno un mano a mano con el arquero que no supieron resolver correctamente.
Sin embargo, luego del gol de Arezo, el equipo se tiró atrás. Un poco por la tranquilidad del resultado y otro poco también porque el propio Boston River lo llevó a jugar a eso. Darío Rodríguez pobló la mitad de la cancha, pero de todas maneras el equipo no sufrió inconvenientes porque el local nunca encontró cómo quebrar la última línea aurinegra.
¿Lo negativo? Mirando el vaso medio vacío: Peñarol no podrá tener ante Defensor a Matías Arezo (llegó ayer a la quinta amarilla). Seguramente tampoco podrá tener a Abel Hernández, que continúa recuperándose de un desgarro. Lucas Hernández ayer salió sentido y habrá que seguir su evolución.
Peñarol sumó de a tres, ganó en confianza y tomó aire para el futuro. El sábado que viene tendrá otra prueba exigente recibiendo a Defensor, rival en ambas tablas, en el CDS.
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